El desvío de maquinistas a Asturias deja a Galicia sin tren de mercancías

E. EIroa, M. Sande A CORUÑA / LA VOZ

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PACO RODRÍGUEZ

El corte de servicio afecta a la línea norte del FEVE, que surte a Alcoa en San Cibrao

14 jul 2016 . Actualizado a las 13:40 h.

Toda la línea norte de ferrocarril que une Ferrol con Irún dejará de transportar mercancías dentro del territorio gallego. La empresa pública Renfe suprime el servicio por la necesidad de derivar maquinistas para cubrir necesidades de transporte de pasajeros en la red de cercanías de Asturias.

El corte del servicio afecta al trazado del FEVE, empleado para el tránsito de mercancías. Queda interrumpido en Galicia, pero los trenes sí circulan desde Asturias hasta el País Vasco. La compañía decidió suspender el servicio de un día para otro y se lo comunicó el miércoles mismo a sus clientes mediante un correo en el que solo decía que «por cambios organizativos» el miércoles mismo cortaba la línea. Su intención, indican fuentes de Renfe, es restablecerlo lo antes posible, y confirman que se trata de un problema de personal. «Estamos buscando la mejor solución con la plantilla de la que disponemos», indican, y apuntan que esperan tener resuelto el asunto «en las próximas semanas».

La interrupción del paso de los trenes afecta a compañías como Alcoa. De su planta de San Cibrao salen cada día hacia Amorebieta unas 350 toneladas de placa de aluminio por ferrocarril. Si no se restablece el servicio la compañía tendrá que recurrir al transporte por carretera, lo que supondrá despidos en las empresas dedicadas al transporte por tren. La multinacional nada sabía de la intención de Renfe.

La falta de transporte afecta también a otras firmas que emplean la línea del FEVE. Así, los vagones movían unas 36.000 toneladas al año de madera. Serfoafer es una de las firmas afectadas por ese cambio.

Otro tráfico relevante también tendrá que buscarse alternativas mientras no se normalice la situación. Se trata de la palanquilla, un acero de uso industrial que se movía entre el País Vasco y Ferrol, desde donde llegaba por carretera hasta A Laracha. Ese servicio, que en el 2013 llegó a trasladar 100.000 toneladas, había reducido ya sus cifras después de que Renfe mermase las frecuencias de transporte a solo una a la semana.

«Esta situación prexudica gravemente ás empresas transportistas que investiron neste sistema de transporte intermodal e tamén aos traballadores de circulación do ADIF», dice Severino Rodríguez, coordinador de CC. OO. de servicios ferroviarios para Galicia. En su opinión, la empresa pública «continúa co proceso de desmantelamento do transporte de mercadorías por ferrocarril».

La compañía ferroviaria insiste en que la situación es provisional y que no está en sus planes prescindir del tren gallego, aunque tampoco pone fechas para su restablecimiento.

Unos 6.000 camiones

La línea de vía estrecha para uso de mercancías mueve al año unas 150.000 toneladas de diversos productos. Transportar esa cantidad por carretera supondría poner sobre el asfalto unos 6.000 camiones anuales, con un mayor coste para los empresarios -a mayor precio menor competitividad, destacan desde el sector-, un mayor deterioro de la red de carreteras y un empeoramiento del tráfico.

El problema de las mercancías en Galicia es parte de la solución a otro problema que tenía Renfe en Asturias. Allí la falta de maquinistas afectaba a los trenes de cercanías. El Ministerio de Fomento tomó cartas en el asunto y la semana pasada anunció la incorporación de 15 nuevos especialistas para dirigir las máquinas que operan en la línea de FEVE en el principado. Al menos una parte de esos profesionales operaban hasta ahora en Galicia.

Tres meses sin contenedores en la terminal de San Diego

Los problemas en los servicios de mercancías de Renfe no son nuevos. La compañía pública decidió suprimir hace tres meses, también sin previo aviso, la única línea regular de contenedores que quedaba en la terminal coruñesa de San Diego, donde ese tipo de transporte funcionó durante décadas. A Coruña llegaba un tren diario desde Barcelona, una frecuencia que se redujo primero a tres a la semana y finalmente a un único convoy, que acabó desapareciendo. Desde la empresa argumentaban que no existía demanda suficiente, pero fuentes del sector del transporte indican que los costes que imponía el operador hacían que resultara más económico mover un contenedor desde Barcelona por carretera que hacerlo en tren, que además en los últimos tiempos llegaba a la ciudad vía Vigo, con el consiguiente sobrecoste.