Los «empresistas» asturianos, en pie de guerra contra el impuesto de sucesiones

Graciela M. Camporro REDACCIÓN

ACTUALIDAD

Los «empresistas» asturianos, en pie de guerra contra el impuesto de sucesiones.María Isabel Menéndez, José Antonio Sierra y Gabriel García, representantes de Empresistas de Asturias
María Isabel Menéndez, José Antonio Sierra y Gabriel García, representantes de Empresistas de Asturias

«Este tributo no es inocuo para las clases bajas, es confiscatorio para las clases medias y no consigue una redistribución justa de la riqueza», afirman

26 oct 2016 . Actualizado a las 14:25 h.

Un impuesto con carácter confiscatorio y obsoleto. Así califica Empresistas Asturias al criticado impuesto de sucesiones en la región. El colectivo pide la supresión de éste o, en su defecto, que el tipo máximo no supere el 8%. Además, exigen homogeneizar el impuesto de manera autonómica para garantizar la igualdad de todos los ciudadanos. Destacan que el año pasado hubo un total de 1.626 renuncias respecto a las 12.800 personas que fallecieron en la región. Afirman además que la cifra de ciudadanos que tienen que pagar este impuesto en Asturias es superior al 3%.

«El gran problema es que las grandes fortunas se están deslocalizando, domiciliándose en otras comunidades, lo mismo que en lo referente a la inversión. Esto afecta directamente al consumo y empleo», señala el Presidente de Empresistas de Asturias, José Antonio Sierra. Desde el colectivo afirman que la postura es clara y piden la desaparición del impuesto «ya que los bienes recibidos están dispuestos a otros tributos». De no ser posible, exigen que el impacto sea mínimo, con tipos impositivos máximos que no superen el 8%, frente al 87% que puede llegar a aplicarse en algunos supuestos. Además, piden que se busque una armonización autonómica que garantice la igualdad entre los ciudadanos españoles. «No debemos ser la reserva espiritual de un impuesto totalmente desfasado cuando la tendencia en otras autonomías es la de aminorar el impacto y favorecer el ahorro que aquí se desmotiva», afirma.

El colectivo empresarial asegura que el número de personas afectadas por esta tasa es superior al 3%. «Este impuesto no es inocuo para las clases bajas, es confiscatorio para las clases medias y no consigue una redistribución justa de la riqueza, pues finalmente los que más tienen son los que menos van a pagar», afirman. Los representantes del Colegio de Titulados Mercantiles tampoco quieren obviar la cifra de personas que han tenido que renunciar a su herencia, al no poder hacer frente al pago del tributo. En total, de las 12.800 personas fallecidas en Asturias, la cifra de renuncias ha sido de 1.626, lo que supone el 14,90% de toda España. «Vemos en nuestros despachos gente humilde, a la que nos es muy difícil explicarles que para seguir viviendo en su casa tienen que pagar», indica Gabriel García, vocal de la Junta Directiva.

Destacan las 10.000 firmas recogidas contra esta tasa que «representan un 10% de la población asturiana, lo que es mucho más que el 3% que se ha dicho». Según sus estimaciones, los asturianos tendrán que tributar al menos en dos ocasiones -tras la muerte del padre y la madre-, sin contar el efecto que pueda suponer en las futuras generaciones.

Asturias es la comunidad autónoma que tiene la mayor presión fiscal en comparación con otras comunidades autónomas, según un estudio realizado por este Colegio que señala que una herencia de 800.000 euros en Asturias conlleva el pago de 162.000 euros y, en el mismo supuesto, sólo pagaría 134 en Canarias. Muy similares son las cifras que se encontraría un heredero en Extremadura (158.000 euros) o Aragón (155.000), mientras que en Madrid y Cantabria sólo debería afrontar el pago de 1.586 o 1.262 euros, respectivamente.