Así es el trabajo en el andamio con más de 60 años

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

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Un trabajador en un andamio
Un trabajador en un andamio

Un millar de empleados del sector de la construcción superan esa edad en Asturias. Los sindicatos exigen medidas para que puedan jubilarse antes

18 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Trabajo en altura, levantamiento de pesos y sujetos a los caprichos de la meteorología. El trabajo en el sector de la construcción requiere un estado de forma que, inevitablemente, se deteriora con el paso del tiempo. La dureza del puesto implica que uno de los principales requisitos para rendir adecuadamente sea mantener unas condiciones físicas óptimas, algo que no siempre se consigue a los 60 años. A pesar de ello, en Asturias hay un millar de trabajadores de más de esa edad en activo que tienen que seguir subiéndose al andamio para cumplir con sus obligaciones. Los sindicatos exigen acuerdos para que estas personas puedan salir del mercado antes de cumplir esos años con unas condiciones económicas aceptables. Además, alertan del riesgo que supone para la seguridad laboral.

Los datos de la Fundación Laboral de la Construcción (FLC) señalan que Asturias tenía al cierre del año pasado 1.046 trabajadores de más de 60 años. De ellos, 380 tienen más de 65. Uno de ellos es Manuel Ángel Cuervo, que tiene 60 años y trabaja en la empresa Pasek. Lleva 43 años trabajando en el sector, aunque siempre lo ha hecho para auxiliares, por lo que aunque reconoce que sus condiciones son duras, no lo son tanto como las de otros trabajadores del sector.

«Realizamos un trabajo en el que hay que mover mucho peso y en el que quemamos muchas calorías porque estamos en el refractario», explica Cuervo sobre su día a día. A pesar de ello, destaca que, en ciertos aspectos, en su empresa son «unos privilegiados», ya que aunque pertenecen al convenio de la construcción trabaja en una auxiliar. Ellos sí tiene un acuerdo para poder acceder a la jubilación a los 60 años, opción a la que tiene decidido acogerse. «El resto de trabajadores del sector también deberían tener esa posibilidad», defiende, ya que asegura, por experiencia propia, que «no es lo mismo desempeñar este trabajo con 60 años que con 50». «Pierdes agilidad, fuerza, y ves a muchos que todavía tienen que seguir subiéndose a los andamios». Toda esta pérdida de condiciones físicas repercute en la seguridad, afirma, aunque deja claro que en su empresa «tuve suerte, aquí se cumple escrupulosamente».

«El trabajo es el que es», apunta Cuervo, quien afirma que la exigencia es la misma a pesar de la edad. Por ello, considera que «hay que luchar y lograr convencer a la gente», ya que «está claro que con 60 años no se puede seguir trabajando en el sector de la construcción.

Exigencias sindicales

Es una reivindicación histórica de los sindicatos la de exigir una salida a estos trabajadores antes de llegar a esa edad. Jenaro Martínez, secretario general de MCA-UGT Asturias, considera que la mejor opción es «la recuperación del contrato relevo», ya que señala que la jubilación a los 60 años en construcción es «fundamental».

El líder sindical recuerda que se trata de un sector «con una penosidad grande» y con una dificultad para los trabajadores de determinada edad, que tienen «un riesgo importante para su seguridad». «Los trabajadores no van al trabajo a perder su vida» espeta el secretario general de MCA-UGT. Por otra parte, explica que la construcción requiere determinadas actuaciones «que nos son fáciles de desempeñar con algunas edades». «Subir a andamios, coger peso... la salud se resiente y no pueden desempeñar su trabajo correctamente», asevera Martínez. Por eso sostiene que con la jubilación a 60 años «podríamos revertir la situación».

Los excesos de los empresarios

El estallido de la burbuja ha provocado el hundimiento del sector de la construcción. En Asturias esto se ha traducido en el cierre de cientos de empresas y en el despido de miles de trabajadores. El año pasado la contratación repuntó tímidamente, pero también los excesos de los empresarios para ahorrar costes. En la práctica, esto se ha traducido en una pérdida de derechos laborales. Basándose en los informes de los delegados de prevención, los sindicatos han detectado tres tipos de fraudes: la proliferación de falsos autónomos, la excesiva subcontratación y las empresas que encuadran fraudulentamente a sus trabajadores para que pertenezcan a un convenio con menos derechos.

Todas estas artimañas de las empresas han provocado que los agentes sociales se hayan propuesto poner freno a los excesos. Para lograrlo, el Gobierno del Principado ha firmado con la patronal del sector (CAC), CCOO y UGT un convenio de colaboración que supondrá la intensificación del control por parte de los inspectores de trabajo en las compañías asturianas.