La fábrica gallega de Nestlé que produce 150 toneladas de leche condensada al día para países como Fiyi

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo PONTECESURES / LA VOZ

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Martina Miser

A punto de cumplir 85 años, la planta de Pontecesures resulta estratégica para el titán de la alimentación, como único proveedor de su línea de productos en Europa, Oriente Medio y Oceanía

25 feb 2024 . Actualizado a las 11:36 h.

«Básicamente se trata de mezclar leche y azúcar y evaporar agua». Cualquier sueño de toparse con algo parecido a la fábrica de chocolate de Willy Wonka se desvanece en cuanto entablamos conversación con Júlio Diniz, desde hace dos años, director de la planta de leche condensada de Nestlé en Pontecesures. La magia de la literatura de Roald Dahl encuentra a orillas del Ulla una contrapartida real donde la explosión de colores, las recetas imposibles y la música de los oompa-loompas dejan paso a líneas de procesado, envasado y empaquetado más propias de un laboratorio de microchips, donde el personal y todo aquel que pisa el interior de la factoría viste el blanco nuclear de un traje de seguridad alimentaria calado de los pies a la cabeza. Y sin embargo, a la hora de la verdad, cuando toca catar el producto, las 48 referencias comerciales de leche condensada producida en Pontecesures muestran la misma capacidad para contentar el paladar del más goloso, con La Lechera como marca enseña.

Es lo que hace pensar la buena marcha de una fábrica que el próximo 16 de agosto celebrará los 85 años desde la salida del primer bote de leche condensada ordeñada en sus tanques, y convertida con el paso del tiempo en una planta estratégica del mayor grupo de alimentación del planeta —Nestlé suma 275.000 empleados y está presente en 188 países—. Segunda por antigüedad entre las diez factorías de Nestlé en España, solo superada por la cántabra de La Penilla de Cayón (1905), Pontecesures absorbió en 1983 toda la producción de leche condensada de un grupo que solo 20 años antes contaba con siete centros dedicados a ello. Tres décadas después, en el 2012, el buen hacer de su plantilla ganó a otras dos plantas en Francia y Holanda ese juego de las sillas en el que acaban convertidas muchas decisiones estratégicas de las grandes multinacionales en materia de reparto y concentración de su producción. Desde entonces, la fábrica del Ulla manufactura toda la leche condensada que Nestlé vende en Europa, Oriente Medio y Oceanía, con Fiyi como el particular Finisterrae de su mapa de mercados. Palabras mayores, acompañadas de números de cinco y seis cifras.

Aprovechando más cada litro

En el año 2023, la planta de Nestlé en Pontecesures transformó 107.000 toneladas de leche en 50.000 toneladas de leche condensada. Diez años antes, nos cuenta Júlio Diniz, en el 2013 habían sido 78.000 y 32.000, respectivamente. Con un 37,2 % más de materia prima se generó un 56,25 % más de producto final, fruto de la apuesta continua de la dirección de la fábrica por incrementar la calidad del proceso y su acabado.

«Trabajamos solo con leche fresca de Galicia, procedente de cerca de cien granjas situadas en un radio de 60 kilómetros de donde estamos», nos cuenta Diniz. Son un 50 % de explotaciones menos que hace solo cinco años y muy lejos de las 600 de las que se surtía Nestlé en la comunidad en el 2012. Números aparentemente contradictorios que encuentran explicación en la potente modernización acometida por los ganaderos gallegos en las últimas décadas. Un proceso continuo al que la multinacional suiza ha contribuido desde prácticamente su apertura en Pontecesures, donde levantó el primer centro de transformación láctea existente en Galicia, convirtiéndose en pionera en la recogida de la leche en el campo de la comunidad. Y casi en paralelo, activando un servicio de fomento agropecuario, que ayudó a sus proveedores a mejorar el aprovechamiento de sus campos y la productividad de la ganadería que continúa hasta hoy: «Tenemos un equipo de asesores agropecuarios que pasan la mayoría del tiempo visitando granjas, dando formación, ofreciendo consultorías individuales de sostenibilidad, ayudando a los ganaderos en situaciones de dificultad...», explica el director de la planta.

«Básicamente se trata de mezclar leche y azúcar y evaporar agua», nos decía Júlio Diniz al principio de su explicación sobre la actividad de Nestlé en Pontecesures. «La fabricación de la leche condensada es un proceso antiguo», añade. Entonces, dónde radica el éxito de las 48 referencias comerciales manufacturadas a orillas del Ulla. Pues en la mezcla de la calidad de la materia prima empleada y el proceso de estandarización usado. «La leche de una granja no es igual a la de otra, ni siquiera la de la misma explotación en diferentes épocas del año. La leche es una materia prima viva. La clave es emplear la misma cantidad de grasa y proteína, jugando con el añadido de más leche magra o más nata en función de los valores de cada partida», cuenta Júlio Diniz.

El papel de la mujer y las tres generaciones de las mismas familias

En las instalaciones de Nestlé entran cada día de media 300 toneladas de leche y salen 150 de leche condensada en sus diversas gamas de entera, semidesnatada, desnatada, sin lactosa, dulce de leche, saborizada y vegetal; esta última, la única que no emplea leche, sino harina de arroz y avena. Una línea sostenida sobre el trabajo de los 207 empleados con los cerró el 2023 la planta cesureña —en el 2012 eran 149—, con dos particularidades que llevan a su director a hablar con orgullo de su plantilla, más allá de la calidad de su desempeño. «El 46 % de nuestros trabajadores son mujeres, el 40 % en nuestro equipo de liderazgo», a lo que añade: «Mantenemos un fuerte vínculo con la comunidad local, en nuestra fábrica ya hay empleados de la tercera generación de familias que empezaron con nosotros».

Cuarto turno para atender al Ramadán y exportación del 74 % de su producción

Que la única fábrica de leche condensada de Nestlé para Europa, Oriente Medio y Oceanía esté en España no es casualidad. Nuestro país consume el 26 % de la producción de la planta de Pontecesures. El otro 76 % se destina a exportación, con los países de Oriente Medio y África del Norte como principal destino, absorbiendo 14.000 de las 50.000 toneladas de leche condensada manufacturadas en el 2023. La factoría trabaja a tres turnos de lunes a viernes, con un cuarto de fin de semana de octubre a diciembre para, explica la dirección, abastecer el mercado musulmán con vistas al Ramadán. 

Antesala de una gran ampliación de la factoría

La fábrica de Nestlé en Cesures ocupa 20.160 m2 de una finca de 36.620. La compañía planteó hace dos años al Concello la recalificación del grueso de los 16.460 libres, hoy suelo urbano no consolidado, como suelo industrial. La propuesta derivó en la apertura de una modificación del PXOM, aún en tramitación. Nestlé confirma la operación con vistas a ampliar su planta, pero sin dar detalles. En el 2022, el entonces alcalde Vidal Seage habló de una inversión de casi 10 millones de euros y la construcción de zonas de embalaje y almacenamiento.