La Taberna del Piano cambia de partitura: nuevos propietarios tras tres décadas con Jose y Maite

Marcos Gutiérrez

GIJÓN

La Taberna del Piano en Gijón
La Taberna del Piano en Gijón

Los fundadores de este emblemático restaurante de la calle Cabrales se jubilan y pasan el testigo con una mezcla de «tristeza y nervios»

21 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Los negocios hosteleros están ligados al yugo de la vida y el paso del tiempo tanto como las personas que los regentan. Es, por tanto, inevitable que, cada cierto tiempo, establecimientos emblemáticos cambien de manos a medida que sus fundadores pasan a disfrutar del bien merecido descanso. Eso es, precisamente, lo que va a ocurrir a partir del domingo con uno de los restaurantes más familiares para aquellos que alguna vez hayan disfrutado del paseo por el muro de San Lorenzo.

En efecto, La Taberna del Piano cambia de aires. El domingo, Jose Moirón y Maite Sanz, sus fundadores, su hija Monse y su sobrina Vanesa dicen adiós a este restaurante de Gijón cuyas puertas abrieron en 1990. Lo hacen dejándolo en las buenas manos de Hugo Pérez, propietario del Café Cristina, ubicado en la calle Badajoz del barrio de Pumarín.

Jose cumple 66 en mayo y Maite tiene 63 y llegaron a Gijón sin experiencia en la hostelería. Con los años, eso sí, Maite fue adquiriendo maña como trabajadora del sector gracias a su experiencia en establecimientos como la bodega La Rioja, en la plaza del Marqués. Eso sí, apenas sabían nada de lo que supone regentar un local de estas características.

Jose explica que estos días se combinan una «sensación de tristeza y de nervios, pero bueno, hay que continuar». De esta última semana al frente del negocio que fundó le va a quedar un claro recuerdo: «el gran cariño que nos están dando los clientes».

La idea de comenzar con el restaurante surgió «por un amigo, Enrique, que nos animó». «Un día paseando vimos este local, nos gustó y lo cogimos», recuerda. «Empezamos como un restaurante especializado en asados, lechazo y cochinillo, pero luego ya abrimos un poco el abanico más al menú y otra carta diferente», rememora.

El domingo será el último día que estén al frente del negocio. Después de la comida habrá una pequeña celebración para los clientes y familia. De la jubilación ambos hosteleros esperan poder disfrutar de la familia y «descansar, sobre todo».

Pese a todo, la Taberna del Piano no va a decir adiós. De momento, es un breve 'hasta luego', ya que reabrirá en abril con su nueva propiedad a los mandos. «Con Hugo, La taberna del Piano queda en buenas manos», concluye