La propuesta de prohibir fumar en las terrazas reabre el debate sobre el tabaco: «A los fumadores se les trata como apestados»

Sergio Muñoz Solís
Sergio M. Solís REDACCIÓN

GIJÓN

Begoña Reina posa en la terraza de la cafetería La Fragata
Begoña Reina posa en la terraza de la cafetería La Fragata

El nuevo Plan Integral del Tabaquismo suscita variedad de opiniones entre hosteleros y clientes: «Tengo amigos que se levantan, echan el cigarro y vuelven a la mesa»

05 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ministerio de Sanidad quiere ampliar los espacios libres de humo y volver a posicionar a España en la vanguardia de la lucha contra el tabaco. Para ello, se están atendiendo las 200 propuestas autonómicas que se han trasladado a Madrid. Si bien se acaba de conocer que finalmente no se prohibirá fumar en espacios privados como los coches, entre las medidas que aún se encuentran en estudio está la prohibición de fumar en las terrazas. En un principio, había trascendido que Asturias y Cataluña son las regiones que se se muestran favor de una iniciativa que «tiene mucha miga», según la ministra Mónica García, y que alejaría los cigarrillos de los establecimientos hosteleros. Sin embargo, fuentes de la consejería de Salud del Principado no han adelantado la posición que defenderá el Ejecutivo autonómico en la reunión entre comunidades y ministerio que se celebra hoy y se han limitado a decir que es en ese encuentro en el que dejarán clara su postura.

El debate está servido entre quienes defienden mantener la posibilidad de fumar en terrazas, pues son lugares sin problemas de ventilación y de reuniones sociales, y quienes desean que estos espacios se despidan del humo del tabaco. También siguen de cerca este asunto los propietarios de los bares, que temen que la medida perjudique su recaudación.

«La gente se sienta en las terrazas para fumar, cada vez que vaciamos los ceniceros están llenos», relata Begoña Rañón, quien regenta la emblemática Chocolatería Mayca en el centro de Gijón. Su estimación es que «más de la mitad de la terraza fuma», un porcentaje que crece durante el invierno.

En una de las mesas exteriores de este local toman un café Javier Espina y Xuacu Valdés. «Yo no fumo, pero tampoco quiero que lo prohiban, aunque sea una contradicción», indica Espina. Por su parte, Valdés entiende la medida pero no cree que sea la más eficaz: «Todo lo que sea mejorar la calidad de vida es bueno, pero a mí no me molesta el humo en una terraza, no le veo el problema estando al aire», señala.

Javier Espina y Xuacu Valdés en la terraza de la Chocolatería Mayca
Javier Espina y Xuacu Valdés en la terraza de la Chocolatería Mayca

A pocos metros, en el siempre concurrido Paseo de Begoña se encuentra el Scormount Café. Tras la barra, Natalia Fernández tampoco está de acuerdo con la propuesta y cree que se peca de hipocresía: «Si no quieres que la gente fume, quita el tabaco», comenta. Además, añade que si esta decisión no se adopta es porque «fumar da dinero». «Hay gente que dice que no va a venir si les quitamos de fumar», revela Fernández. Para ella, los clientes son «bastante respetuosos» en cuanto a la convivencia de fumadores y no fumadores en las terrazas.

«A los fumadores se les trata como apestados, apoyaría separar zonas en las terrazas, pero la prohibición me parece exagerada», opina Javier Naves en el exterior del local. Él y su acompañante, Isabel González, solían fumar hasta hace unos años y reconocen que en espacios cerrados «el humo es mucho más molesto».

Javier Naves e Isabel González en la terraza del Scormount Café.
Javier Naves e Isabel González en la terraza del Scormount Café.

Nuria Álvarez, que ocupa otra de las mesas del mismo negocio, respalda «totalmente» la idea. «Es desagradable para quienes no fumamos tener que respirar el humo de la gente de alrededor», asevera, al tiempo que recuerda los numerosos riesgos del tabaco para los fumadores pasivos, aquellos que sin consumirlo también se exponen al humo: «Produce mucho cáncer y es un foco de enfermedades», sentencia.

A Begoña Reina, propietaria del Café La Fragata y fumadora, la propuesta le parece «fatal». «Pagamos impuestos a la hora de comprar el tabaco y también, como hostelera, por tener terraza», recuerda Reina. «Si nos negamos a renovar las licencias de terrazas, también los ayuntamientos van a verse afectados», añade. Para ella, la solución al conflicto pasaría por seguir «el sentido común», y evitar fumar «cuando hay personas mayores o bebés cerca».

En una de las mesas de la terraza de La Fragata se encuentran Verónica Fernández y José Ramón Abad, ambos exfumadores y que se posicionan a favor de la prohibición. «Entiendo que la gente tiene derecho a fumar, pero pueden levantarse y apartarse un poco de la zona donde hay otras personas», sugiere Fernández. «Yo tengo amigos fumadores que se levantan, echan el cigarro y vuelven a la mesa», relata Abad.

La ciudadanía se muestra dividida ante un tema que suscita todo tipo de opiniones, con posturas más reacias entre los propietarios y trabajadores del sector hostelero. A la espera de conocer las decisiones finales que se recogerán en el Plan Integral del Tabaquismo, las discrepancias entre autonomías sobre las medidas que se deben adoptar también son patentes, con territorios como Baleares o La Rioja reticentes a la ordenación estatal y más partidarios un sistema de autorregulación en el que las Comunidades tengan mayor capacidad de decisión.