Feijoo desactivó a Sánchez, al que atacó desde el primer segundo

OPINIÓN

JUANJO MARTIN | EFE

11 jul 2023 . Actualizado a las 10:24 h.

Alcaraz ganó a tiempo su partido en Wimbledon para pasarle la raqueta a los candidatos a la presidencia. Dos horas después, supimos que en realidad solo le dio la raqueta a Feijoo. Sánchez empezó perdiendo la iniciativa y terminó perdiendo el debate. El encuentro con Feijoo fue tenso y bronco, pero sucedió desde el comienzo algo raro. El que iba por delante en las encuestas no salió a defenderse. Todo lo contrario. Atacó desde el primer segundo y obligó a quien tenía que remontar los estudios demoscópicos a cortar continuamente el discurso de Feijoo. La combinación de ataque, aplomo y humor por parte del candidato del PP descolocó al socialista, que solo recuperó el tono a duras penas en algunos momentos del total del cara a cara. Sánchez, al salir dijo que se tenía que ir, que tenía que coger un avión para la cumbre europea de la OTAN en Vilna. Seguía con el gesto tenso. Feijoo, al salir dijo que estaba tranquilo y contento de haber podido explicarle mejor a los españoles quién es. Se iba muy relajado.

La noticia y la negativa. Es raro que haya una noticia en un debate entre candidatos presidenciales. Pero ayer la hubo. Feijoo desactivó las acusaciones del posible pacto con Vox al ofrecerle y firmar delante de las cámaras un acuerdo a Sánchez para que gobernase la lista más votada. Sánchez no lo hizo. Despreció la oferta y siguió atacando el pacto con Vox. Fue uno de los golpes más duros que Feijoo le dio a Sánchez.

La ley del «solo sí es sí». Fue otro de los ataques más sonoros de Feijoo a Sánchez. «A usted le preocupa mucho cómo va a pasar a la historia. Pues lo hará como el presidente que firmó una ley que puso a violadores y pederastas en la calle». A Sánchez se le desencajaba, además del gesto, la mandíbula. Estuvo el candidato a la reelección muy tenso todo el tiempo. Resultó extraño. Había dedicado muchas horas a preparar el debate y los resultados no se notaban. Solo cuando afeó al candidato del PP el uso de algunos simpatizantes de la derecha del grito de «Que te vote Txapote» logró descolocar algo a Feijoo.

Pocas propuestas y muchos golpes. Feijoo desactivó a Sánchez llevando el debate a la gestión de Sánchez. A los puntos más débiles y polémicos de cinco años en la Moncloa. Fue hábil. La ya mencionada ley del «solo sí es sí». El cambio de opinión sobre gobernar con Podemos. Los indultos a los políticos golpistas del independentismo catalán. Su cambio de política con Marruecos. Fue una sucesión de acusaciones, que Sánchez apenas fue capaz de rebatir.

Los socialistas, obligados a decir que ganaron. Malo cuando los simpatizantes de uno de los dos contendientes se ven obligados a decir que Feijoo solo mintió y ofendió. Cuando se recurre a ese resumen sobre el rival, es que tu candidato apenas lució. Sánchez, cuando dejaba de repetir por lo bajo y no tan bajo «no es verdad», soltaba párrafos en tono de mitin, mensajes ya muy conocidos sobre la amenaza del túnel tenebroso si el PP gobierna con Vox. Hasta Rufián lo dijo en su Twitter «que alguien llame a Zapatero». Y es que Sánchez no estuvo a la altura. Ni el socialista más militante lo puede negar. Perdió una oportunidad de oro.