Cirugía sin sangre: el CCMI de Cáceres

Pablo Batalla Cueto

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Jesús Usón, director del CCMI
Jesús Usón, director del CCMI

El mayor centro de cirugía mínimamente invasiva de Europa se encuentra en Extremadura

26 ene 2017 . Actualizado a las 20:18 h.

Atacar la enfermedad agrediendo lo menos posible al cuerpo humano que la alberga: tal es el principio fundamental de la cirugía mínimamente invasiva, una forma de intervención quirúrgica que se sirve de los rutilantes avances en materia de nanorrobótica para evitar seccionar de manera significativa la musculatura y por tanto evitar el sangrado excesivo, la necesidad de reconstruir tejidos y los desarreglos estéticos que la cirugía a veces provoca, además de controlar mejor el dolor. Su origen se sitúa a principios de los años noventa del siglo XX y en Estados Unidos, donde comenzó a ser aplicada en intervenciones cardiológicas y radiológicas. Más tarde, la revolución así sentada fue ampliándose a otros campos, como la cirugía del pie, la de columna, la artroscópica y la de fracturas. Pero uno de los mayores centros del mundo -y el mayor de Europa- consagrados a la formación y a la innovación en este tipo de cirugía está en España, concretamente en Cáceres. Se llama Centro de Cirugía Mínimamente Invasiva (CCMI), ocupa más de veinte mil metros cuadrados, cuenta con diez quirófanos experimentales y otros cuatro con modernos equipamientos para la práctica de diagnóstico y terapéutica endoluminal, laparoscopia, endoscopia, microcirugía, anestesiología y cirugía general. Dispone incluso de un helipuerto y un auditorio que lleva el nombre de don Santiago Ramón y Cajal. Su director y su alma responde al nombre de Jesús Usón. Y, last but not least en estos tiempos que corren, es público.

«España tiene aquí un baluarte a nivel mundial», proclama un orgulloso Usón, que se muestra seguro de que el hecho de encontrarse el CCMI en Extremadura lastra el prestigio que podría y debería tener. «Si esto se encontrase en Bruselas o en Luxemburgo, todo el mundo sabría de ello, pero Extremadura no cuenta para nadie», lamenta. Eso sí, los profesionales del ramo sí conocen, y muy bien, lo que se hace en estas dos hectáreas de la provincia de Cáceres. «El centro tiene el certificado de Buenas Prácticas de Laboratorio, similar al FDA de Estados Unidos, y aquí vienen empresas de países como Francia, Alemania, Corea del Sur o el propio Estados Unidos a hacer sus ensayos preclínicos», explica, y aporta otra de las estadísticas lustrosas de las que el centro se enorgullece especialmente: la de que desde que el centro se inauguró en 1995 han pasado por él en torno a 18.500 profesionales entre licenciados, jefes de servicio, jefes de sección y catedráticos de medicina de todo el mundo.

El primer CCMI fue inaugurado, en efecto, el 17 de abril de 1995 después de nueve años de gestiones de Usón, que había iniciado en las primeras investigaciones en técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas desarrolladas en España en 1986, en unos barracones próximos a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura y tras obtener allí la cátedra de patología quirúrgica y cirugía. Pero pronto se quedó pequeño, y ello llevó a Usón a presentarse ante el entonces presidente de la Junta de Extremadura, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, a fin de solicitar su apoyo para construir un centro mayor. Ibarra accedió y el resultado, hecho finalmente realidad en 2007, es el visible hoy: un gigante de la medicina en el que, además de desarrollarse los proyectos ya mencionados, se camina ahora hacia nuevas especialidades como la terapia celular o la reproducción asistida.

«La voluntad al servicio de una idea», proclama la página web del centro citando a Ramón y Cajal.