Una historia de acoso que se hizo viral

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

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Oscar Vazquez

Diagnosticado con Asperger, algunos compañeros le pegaban porque era diferente

09 feb 2017 . Actualizado a las 08:02 h.

El testimonio de un vigués que fue víctima de acoso escolar se está convirtiendo en un fenómeno viral en las redes sociales sin haberlo pretendido. Álex Gómez Gómez es estudiante del primer curso de un ciclo superior de Integración Social en el Colegio San José de A Guía. Como una experiencia más en el aula, se animó a contar a sus compañeros en una carta cómo fueron los años de su infancia y adolescencia, marcados por continuas situaciones de acoso y agresiones de algunos compañeros de clase. Su historia llamó la atención de otras compañeras del segundo curso del mismo ciclo, que decidieron transcribir su carta en un blog personal.

Según explica, la misiva en la que cuenta su historia en primera persona consiguió miles de visitas en cuestión de horas. «Mi cuerpo esconde los golpes recibidos, las burlas sin sentido, las palabras necias que he oído y las lágrimas», afirma en uno de los párrafos de su escrito. Numerosas personas le han felicitado por haber dado el paso de hacer público los años que atosigamiento continuo que le tocaron vivir y que le impiden recordar la infancia como una etapa feliz de su vida. Reconoce que no lo hace por ser valiente, sino por ayudar a la gente que pueda encontrarse en la situación que él ha superado.

Ahora se ha propuesto seguir divulgando esta etapa de su vida para que su testimonio sirva para llamar la atención sobre el acoso escolar, que considera que sigue estando muy presente en los centros de enseñanza, aunque los casos no siempre sean visibles. «La gente piensa que el acoso escolar es algo que no tiene importancia, que es cosa de niños, pero se sufre mucho, la persona que lo padece y todo su entorno», señala.

«Los acosadores buscan cualquier defecto para hacerte daño, si tienes gafas porque tienes gafas si tienes poco pelo porque tienes poco pelo y cosas así. Realmente, consiguen hacer daño, yo no lo olvido», asegura.

Asperger

Diagnosticado con el síndrome de Asperger, algunos compañeros lo veían como un bicho raro, se reían de él y le pegaban. Él, sin embargo, siempre se ha considerado una persona normal. «Creo que el Asperger no es una enfermedad, es una forma de ser, aunque es cierto que me costaba más que a los demás cosas tan simples como correr, escribir o entenderlo todo a la primera», asegura. «La gente como yo puede mostrar sentimientos, dar y recibir abrazos, tener contacto físico, somos normales», asegura.

Álex llegó a estar hospitalizado por los abusos de compañeros de su clase. En una ocasión se quedó sin habla durante horas y fue la unidad psiquiátrica la que dio parte de los hechos. El caso no tuvo ninguna repercusión penal para sus hostigadores porque eran menores de edad. Fueron castigados con una expulsión temporal y después «volvieron con más rabia», afirma. «Se mofaban hasta de que mi padre hubiera muerto, decían que se había ido porque no me soportaba, porque se avergonzaba de mí», cuenta en su carta.

«Los educadores no tienen armas legales para combatir el acoso», opina Alex, que cree que prevenirlo es una cuestión de educación, pero no de la que se aprende en las aulas, sino la que tiene que asimilarse en el seno familiar. «Mucha gente lleva a sus hijos al colegio para que los eduquen, cuando en realidad es algo que tiene que hacerse desde la propia casa». Reconoce que el apoyo que recibió de su familia fue vital para poder salir adelante y superar aquellos episodios que sufrió desde la educación primaria hasta la ESO. «El proceso ha sido de muchos años, de recibir ayuda psicológica, hasta que ha llegado un punto en el que esto se supera», asegura.

En su caso, tardó mucho tiempo en poder superar esta situación. No fue hasta que se matriculó en un curso formativo y se encontró con personas más maduras. Años después volvió a encontrarse con alguno de sus agresores. «Al principio les tenía miedo», asegura.

Mucho apoyo

Reconoce que fue fundamental contar con apoyo para poder desarrollar el proceso para la recuperación de la autoestima que le fueron minando durante años. «Yo lo tuve en mi casa y, al entrar en la ESO, en la orientadora del centro», afirma. Alex prefiere no decir en qué colegio estudió para no enfocar el acoso en un lugar concreto, dado que considera que es un problema que está extendido de forma general, tanto en colegios públicos como privados o concertados.

Ahora este joven de 21 años vecino de Coia se ha propuesto poder ayudar a niños y a jóvenes para poder brindarles optimismo. Su objetivo es continuar formándose. A todas aquellos estudiantes que sufren acoso escolar, Alex les aconseja que no se callen nunca y que denuncien. «Me gustaría que no se den por vencidos, que cuenten lo que les pasa, porque hacerlo no es ser ningún chivato y porque al final el tiempo pone a cada uno en su sitio».

Estudiante de un ciclo de Integración Social. Está matriculado en el Colegio San José de A Guía, donde contó su historia que se ha hecho viral.

Ejemplo de superación. Reconoce que le gustaría seguir formándose para poder ayudar a otros estudiantes acosados.

Llegó a estar hospitalizado al quedarse sin habla después de recibir una paliza