Artículo de opinión
25 dic 2016 . Actualizado a las 01:52 h.¡Que no vuelvan a Gijón! eso es lo que pensó el grueso de los aficionados sportinguistas y con bastante razón. Cuatro partes disputadas contra el Eibar en Copa del Rey y 3 goles encajados en la primera jugada bien merecen esa opinión.
¿Había strippers en la banda? no, aunque estaría bien que fuese verdad, porque así encontraría una razón explicable para tal suceso. Aunque viendo que no reaccionaron ni cuando la afición vasca les cantó en su cara: "A Segunda", el diagnóstico parece grave. A estas horas ya están de vacaciones mientras el resto de los mortales seguimos trabajando, y si alguno de ellos lo lee pensará que estoy siendo super injusto, pero es que los sportinguistas nos conformamos con competir, ni jugar bien, ni ganar, ¡competir! pero ni eso...y lo peor es que ya se ha convertido en costumbre por lo visto.
Diferencias entre un equipo de verdad y uno de chiste:
1. Con el 3-0 en el marcador, 5-1 en el global a favor de los vascos, el capitán del Eibar ve tarjeta amarilla por obstaculizar el saque de banda de Canella y no perder la posición. Minutos después su extremo Bebé baja a recuperar un balón y lo roba como si se jugase la vida.
2. Kike García el delantero local se marcha enfadado al banquillo después de meter goles porque en vez de pensar en sus vacaciones de Navidad, sabía que con una defensa así podía hincharse a anotar más tantos. Era su gran noche.
3. Cualquier balón al área rojiblanca es ocasión de gol. No hace falta ni siquiera colgar bien el balón, cualquier rebote en la zona siempre cae al rival en zona franca de disparo a quemarropa. Se vio en El Molinón contra el Villarreal, pero ayer ya fue directamente escandaloso.
4. Ni se ataca, ni se defiende. No hay patrón de juego y ni se disputa el partido en equipo.
Y ahora que no me suelten el discurso de siempre. El perdón y las disculpas se piden sobre el campo.
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