Preciado, algo más que un ninot

Josu Alonso
Josu Alonso GIJÓN

SPORTING 1905

Preciado
Preciado Levante

La comisión de falla Pedro Cabanes-Juan XXIII concede, en una decisión histórica, el indulto al ex entrenador del Sporting para librarlo del fuego

27 mar 2017 . Actualizado a las 01:08 h.

«Me preocupa más ser buena persona que ser el mejor jugador del mundo». Esta frase que firma Lionel Messi puede ser perfectamente aplicable a Manolo Preciado. El cántabro no era ni mucho menos el mejor técnico del mundo pero sí supo ganarse el corazón de la gente allá por donde pasó. Es un hecho que queda patente casi cinco años después de su fallecimiento. Un ejemplo de ello se encuentra en Valencia donde lo deseado por muchos y lo esperado por otros tantos finalmente se ha hecho realidad.

El pasado 19 de marzo era el día grande de las fallas. A las diez de la noche ardían las infantiles y dos horas más tarde, las adultas. ¿Todas? Finalmente no. El ninot de Manolo Preciado fue salvado del fuego y ocupará un lugar en el museo del Levante UD. Sin duda una de las grandes alegrías se la llevó su creador, Vicente Francisco Lorenzo que aunque asegura tener «plenamente asumido que construimos, revisamos y pensamos las fallas con el fin de que sean devoradas por el fuego, siempre hay excepciones. La emotividad del tema, la persona y el calado de Manolo Preciado llevan a que sea una cosa excepcional. Esto era mucho más que un ninot, era un sentimiento y ha sido una satisfacción enorme que al final esa representación de Manolo quede para la historia en el museo del Levante».

La figura del ex entrenador del Sporting vio la Nit de la Cremá desde la barrera mientras cerca de 760 fallas se convertían en ceniza en pocos minutos. El escultor y creador de la obra recibió la noticia a través de la comisión de falla Pedro Cabanas-Juan XXIII. Sus miembros decidieron por unanimidad salvarlo del fuego y posteriormente regalarlo al museo granota para que ocupe un lugar en la historia de la entidad que preside Quico Catalán. Conseguir el indulto no es fácil. El artista valenciano comenzó a hacer fallas para esta comisión hace dos años y explica que «participamos en 2015 en el concurso del Levante y por sorpresa la figura fue salvada del fuego porque al jurado que vino de parte del club les gustó muchísimo el trabajo y decidieron mantenerla en las oficinas, lugar donde se ubica en la actualidad».

Sin embargo, tras 19 años dando forma a figuras e ilusiones matiza que no es lo mismo. «A pesar de que supuso una gran alegría y un honor, nada que ver con la emotividad de caso de Manolo. Estamos hablando de una persona que sigue estando muy presente y dándonos lecciones de humanidad a todos. Tiene un doble poso de humanidad y vida. Por ello la alegría es inmensa».

 Razones de un indulto

El artista lo tiene claro pero ¿que llevó a la falla a decidir un indulto por unanimidad? Para Vicente Francisco Lorenzo el sentimiento que ha calado en la comisión es el mismo que le invadió a él. «Manolo sigue presente y continúa transmitiendo muchas lecciones a pesar de que no lo tengamos con nosotros y ni siquiera lo hayamos conocido. Ese sentimiento lo trasladé a un ninot y creo que es lo que ha calado entre los integrantes». La falla está formada por personas de distintas edades, una mezcla de generaciones producto de la experiencia, historia y savia nueva. «Por lo que me han ido contando y lo que vivimos en la plantá ha calado esa emoción y ese orgullo de haber tenido al ninot de Manolo Preciado y no ha habido ninguna duda. Ha sido unánime y es algo muy excepcional».

 La creación de la figura de Preciado también ha provocado una relación entre Manu Preciado y el autor. De momento ha sido un tanto accidentada ya que Manu no pudo conocer el ninot debido a una avería en el coche. Vicente recuerda que habló con Manu antes de entrar en la vorágine de la última fase de fallas. «Después fue imposible porque empezamos con el transporte, la plantá y demás y todavía no me ha sido posible volver a hablar con él. Me pareció una persona fantástica y tengo muchas ganas de conocerlo en persona a él y a su familia. Ya hemos quedado en que si yo voy por allí o él viene Valencia nos tenemos que conocer y darnos un abrazo muy fuerte», explica. Ese momento podría no tardar en llegar. Manu ya sabe que su padre se ha salvado del fuego y quiere conocerlo. No sólo él, también las siguientes generaciones. «Me parece fenomenal porque así lo podrán ver mis hijos. Me hace mucha ilusión», asegura. Más allá de la alegría también deja una interesante reflexión. «Es una pasada como le sigue queriendo todo el mundo». El tiempo pasa pero el recuerdo perdura. A partir de ahora en un lugar más, el museo granota del Levante UD.