Semblanza de José Luis García Rúa
Asturias
Pedro Pablo Bazán, militante de CNT, hace un repaso a la vida del filósofo y secretario general del sindicato
08 Jan 2017. Actualizado a las 05:00 h.
Ha fallecido José Luis García Rúa, del que se ha dicho ha sido filósofo, profesor, maestro, latinista, ensayista, articulista, poeta, anarquista y militante anarcosindicalista entre muchas otras cosas. Ante todo, fue un gran ser humano que quiso dedicar su vida a los demás, y vengar de esta manera la muerte de su padre (destacado militante del Sindicato de la Construcción de la C.N.T. de Gijón) durante la Guerra Civil.
Nació un 31 de agosto de 1923, justo un día antes que una parte del grupo anarquista «Los Solidarios», formado por militantes de la C.N.T., realizara una expropiación (la mayor hasta la fecha) en la sede del Banco de España en Gijón. Parecía premeditado su futuro. Se crió en el Gijón de la dictadura de Primo de Rivera y de la II República, estudiando en la Escuela Neutra Graduada, de inspiración racionalista, donde tuvo como profesores a destacadas figuras como Eleuterio Quintanilla y Avelino González Mallada. Vivió en primera persona la Revolución del 34 y la Guerra Civil que segó la vida de su padre, muerto en combate en el cerco a Oviedo.
A José Luis le gustaba mucho recordar de esta etapa cuando durante un bombardeo de la Legión Cóndor, casi ya a finales de la Guerra en el Frente Norte, y mientras se encontraba dando la lección de francés con su maestro Quintanilla, este advirtió a los alumnos que quisieran de que acudieran a un refugio aunque él iba a continuar con la lección, José Luis no se movió de su sitio y la lección continuó, siempre habló de este momento como una gran enseñanza vital que le transmitiera Quintanilla.
Al morir su progenitor en combate, un miliciano que le velaba preguntó a José Luis si quería ver el cuerpo de su padre, al contemplarlo el niño José Luis se echó a llorar a lo que le miliciano le contestó: «no llores, cuando seas mayor tendrás tiempo para vengarle». José Luis quiso creer y así fue, que con su trayectoria de lucha y dedicación a los demás cumplió con creces su objetivo.
Tras caer el Frente Norte se refugió junto a su hermano en Olot, donde continuó sus estudios de bachiller; acabada la guerra se refugió en una colonia de viejos y jóvenes en Logues (Francia) donde realizó su primera acción de conciencia militante: habiendo recibido numerosas quejas por parte de los refugiados españoles por la carestía alimentaria, el Alcalde de la localidad afirmó que con los 5 francos que el gobierno republicano español dada por refugiado no tenía para más, José Luis, que ya leía y hablaba el francés, leyó en un diario llamado «El Alba» que el gobierno de Negrín daba al gobierno francés 15 francos por cada refugiado español. José Luis recortó la noticia y la colgó junto a una traducción al castellano, lo que le valió su internamiento en los campos de concentración de «Barcarés» primero y «Argelès-sur-Mer» después. Allí tomó contacto con otros refugiados españoles, principalmente los libertarios, a los que admiraba por su actitud de compañerismo y camaradería que no observaba en otros grupos de refugiados. Allí conoció, entre muchos otros a Pepito, militante de las Juventudes Libertarias del barrio de La Arena en Gijón, que le reconoció como hijo de Emilio García y al que ayudó a establecerse en el campo, Pepito llegó a sobrevivir a los rigores del campo nazi de Mauthausen-Gusen. También conoció a otros que habían sido compañeros militantes de su padre. Quedó impresionado con la historia de un compañero gijonés que había sido fusilado y arrojado por el acantilado del Cerro de Santa Catalina en Gijón, despertando horas después sobre una montaña de cadáveres, viéndose sin grandes heridas consiguió escapar de la ciudad y pasar a Francia.
En diciembre de 1939 José Luis y su hermano fueron requeridos por su madre que al encontrarse enferma su hermana necesitaba ayuda, en este momento conoció José Luis los rigores y las explotaciones del mundo laboral: en la mina de La Camocha, construyendo tejados, en una fábrica de baldosas de donde es despedido tras quejarse por sus condiciones laborales, etc. Ese día de vuelta al hogar familiar le contó a su madre lo sucedido y su intención de continuar estudiando el bachillerato: «voy a estudiar y no me va a explotar ningún hijo de puta más», fueron sus palabras.
Decide continuar estudiando el bachillerato por libre que completa en dos años, siendo su intención original la de examinarse de todo el bachillerato que le restaba en un año, cosa que no le permitieron las autoridades educativas. Comienza entonces la carrera de Lenguas clásicas», lo que hoy sería Filosofía y Letras, en la Universidad de Oviedo primero y gracias a una beca del Ayuntamiento gijonés en la Universidad de Salamanca después. Allí se licencia en Filosofía Clásica con premio extraordinario y se doctora con la Tesis: «El sentido de la interioridad en Séneca» (1955). Como profesor adjunto de Antonio Tovar da clases de Historia de la Antigüedad y más tarde de Filosofía Latina. Gana una beca para ampliación de estudios en la ‘Stifung Maximillaneum’ de Múnich, y la disfruta en el curso 1952-53.
En 1957 renuncia a la adjunta de Salamanca y en 1958 al lectorado de español de la Universidad de Maguncia. De 1958 a 1971 reside de nuevo en Gijón, dedicado a la enseñanza privada y entregado plenamente a la lucha de oposición clandestina al régimen franquista. Socio fundador en 1961 de GESTO, crea con otros compañeros una escuela obrera en la calle Cura Sama, que es cerrada por la policía en 1965, año en el que también es clausurada GESTO Teatro de Cámara de Gijón, hasta que dos años después, se reabre como sociedad cultural.
De la Academia de la calle Cura Sama podemos decir que tenía como objeto: «enseñar y transmitir cultura al mismo tiempo que se fomentaba la reflexión». Intención con la que se formó en 1996 el Aula Popular que lleva el nombre de José Luís y que a día de hoy sigue realizando actividades, especialmente la Semana del Aula Popular José Luis García Rúa que consta de un ciclo de conferencias y actos culturales.
Casi todo el cuadro político antifranquista de la época se formó en ella, valga como ejemplo los nombres de: Vicente Álvarez Areces, Guillermo Rendueles, José Luis Iglesias, Marcelo García, Ramiro Díaz Medina, José Leopoldo Portela, José Ramón Herrero Merediz, y un largo número de obreros y militantes anónimos. Como conferenciantes vio pasar a Manuel Julivert, Gustavo Bueno, Agustín García Calvo, Sánchez Ferlosio y un largo etc.
Plenamente implicado en la lucha antifranquista ayuda a los mineros en huelga recolectando dinero para hacer paquetes de comida que se preparaban en la tienda de su madre en la calle del Príncipe de Gijón, ayuda al F.U.SO.A., convoca concentraciones clandestinas para conmemorar el 1º de mayo, imprime y reparte propaganda socio-sindical y política y un largo de etc. de acciones, de las que la mayoría quedarán ya en el olvido.
Durante los años sesenta y setenta sufrió numerosas represalias: fue revocado su nombramiento como profesor de alemán en la Facultad de Filosofía y letras de la Universidad de Oviedo por ‘desafecto al régimen’ (1962), cesó también como profesor de alemán en la Escuela de Comercio de Oviedo (1964). El entonces decano Emilio Alarcos escribe una carta en la que decía de José Luis: «Su padre fue un destacado dirigente de la C.N.T. fallecido en el frente de Oviedo siendo miliciano rojo. En el orden moral ha tenido una trayectoria muy confusa, políticamente se le considera desafecto al régimen desde que fundó en Gijón una academia que fue clausurada por orden de la superioridad donde se celebran coloquios y conferencias, algunas de carácter francamente marxista. Se hizo pasar por perseguido del régimen y en cuanto al orden intelectual siempre ha demostrado su disconformidad y rebeldía».
Su ficha policial de la época habla de su actividad en la Academia de la calle Cura Sama: «imparte una enseñanza de cultura general haciéndolo con carácter gratuito y por un encubierto deseo de divulgación cultural», sobre las conferencias impartidas allí todos los sábados por numerosas personas dice: «estas conferencias y coloquios pretenden dar a conocer a estos pseudointelectuales para ganar las simpatías de un auditorio que seleccionado antes o después resulta útil a otros manejos posiblemente políticos» continua la ficha policial afirmando «que su conducta sigue una línea paralela a la de Gustavo Bueno pero su irresponsabilidad le lleva a un campo más abierto de hostilidad al régimen» y «entre otras anotaciones que se pueden hacer sobre este sujeto» señala como más importantes que «asiste diariamente a una tertulia integrada por comunistas, intelectuales de oposición y algún sacerdote o seminarista, que recibe por correo propaganda y publicaciones marxistas, que el 1º de mayo que se invitó mediante octavillas a una manifestación en el Paseo de Begoña allí estaba presente García Rúa, a otra que se pretendió en el Paseo de la Playa durante las huelgas del 64 también concurrió, durante las huelgas de ese año repartió alguna ayuda económica, y que ha organizado un acto de homenaje a Eleuterio Quintanilla, masón, fundador de la escuela laica, exiliado en Burdeos, defendiendo en la prensa su personalidad porque dice fue su mejor maestro».
En 1966 denunció mediante una carta abierta dirigida a la Unesco su situación de perseguido por el franquismo.
En 1969 fue uno de los fundadores de las Comunas Revolucionarias de Acción Socialista (C.R.A.S.), que según el propio José Luis era una: «organización puente que trata de ser lugar de encuentro de posiciones diferentes que silencia o pone en sordina las características diferenciales de sus componentes».
Se podría decir que C.R.A.S. fue una plataforma con la que se pretendía unificar la lucha clandestina antifranquista, al autodisolverse formaron mayoritariamente sus miembros el núcleo fundacional de la C.N.T. en Gijón.
A finales de 1971 se traslada a Andalucía, comenzando a dar clases en la Universidad Laboral de Córdoba, de la que es expulsado. En 1972 es también expulsado del Instituto Séneca de la misma ciudad. En el curso 1972-73, comienza a dar clases Historia de la Filosofía en el Colegio Universitario Santo Reino, de Jaén, hasta 1975, en que pasa a la Universidad de Granada. Desde 1976 y tras ganar un contencioso al Estado en la magistratura de Sevilla, es profesor adjunto titular y luego catedrático en la mencionada universidad, donde explicó Historia de la Filosofía y se jubiló como Catedrático Emérito.
Durante esa época participó activamente en la reconstrucción de la C.N.T., participando en los dos primeros mítines públicos tras la Guerra Civil, el primero en La Felguera y el segundo en Gijón. Ocupó varias responsabilidades dentro de la C.N.T. ? A.I.T. como fue la de Secretario General de la Regional andaluza durante dos ocasiones, Secretario General del Comité Nacional de 1986 a 1990, mandato durante el cuál se ganó ante el Tribunal Supremo el contencioso sobre las siglas de la C.N.T. que se mantenía con la parte escindida que pasó a denominarse desde entonces como C.G.T., fue por dos veces director del periódico ‘C.N.T.’, y durante los años 1997 a 2000 Secretario General de la Asociación Internacional de Trabajadores (A.I.T.)
Realizó una ardua y gran tarea de propaganda y militancia en la C.N.T. hasta sus últimos días, valga como ejemplo que éste último 1º de mayo participó en el mitin de que la C.N.T. hizo en Granada. Como anécdota puede contarse que exigió que durante su mandato como Secretario General la sede del Secretariado Permanente se estableciera en Madrid y no en el lugar de residencia del Secretario General como es costumbre, teniendo un colchón en los locales madrileños de la C.N.T. donde dormía muchas noches tras haber dedicado intensas jornadas a sus tareas como Secretario General.
Nunca hizo proselitismo de sus ideas como profesor, aunque siempre fue castigado por ellas en el ejercicio de su trabajo.
Finalmente la vida se le escapó en la mañana del 6 de enero del 2017 a los 93 años de edad, habiendo vengado (como antes comentamos) con creces la muerte de su padre.