La Voz de Asturias

La mujer de Moráis: «Cada día que sigue aquí es un día perdido. Ya le pusieron una sonda nasogástrica»

Asturias

Luis Fernández Redacción
Eduardo Moráis y Patricia Fernández junto a una de sus hijas

Patricia Fernández asegura que el estado de salud de su marido sigue empeorando y que en el HUCA intentaron darle el alta, aunque tras quejarse consiguió que siga hospitalizado. Confía en que el traslado a la clínica Ruber sea lo antes posible

20 Oct 2021. Actualizado a las 19:37 h.

Los días siguen pasando y el traslado de Eduardo Moráis a la clínica Ruber de Madrid no acaba de concretarse. El Sespa confirmó el martes a la familia del joven trubieco de 35 años que sufre daños neurológicos que el tratamiento había sido aprobado y que el ingreso en la clínica privada madrileña se concretaría «en los próximos días». Pero, de momento, sigue en el HUCA y su estado de salud es cada vez peor. Ya le han puesto una sonda nasogástrica, está con suero en vena y su estado de ánimo sufre altibajos. «Cada día que pasa aquí es un día perdido porque prácticamente no se le están haciendo nada», lamenta Patricia Fernández, la mujer de Moráis.

La salud de Eduardo sigue empeorando. «Ya no traga nada», explica su mujer, motivo por el que le han colocado una sonda para que pueda alimentarse. Su estado de ánimo «va por momentos», asegura Patricia, quien detalla que, «por un lado está contento por el traslado pero el tema de la sonda es duro». La familia se siente arropada y reconoce que no esperaban que el vídeo en el que denunciaba su caso tuviera tanta repercusión. «Estamos muy agradecidos por todo el apoyo y los ánimos recibidos. A Eduardo le impactó mucho la manera de volcarse de la gente, que nos ofreció ayuda de todo tipo, incluso personas conocidas», asegura.

Su campaña de denuncia tuvo el efecto deseado y el traslado está aprobado, pero ahora tiene que materializarse. El motivo es que la seguridad social no tiene capacidad para hacer frente a su enfermedad y los médicos le aseguran que solo puede ser tratada de forma multidisciplinar en la clínica privada Ruber, en Madrid. Y, pese a que lleva semanas peleando, Patricia tiene claro que esto es solo el principio. «La primera batalla se ganó pero falta la más importante, que es la recuperación», apunta una mujer que, mientras intenta solucionar la situación de su marido, sigue trabajando y cuida a sus dos hijas, una de cuatro años y otra de diez meses.

Patricia explica que no sabe quién tiene la responsabilidad de hacer efectivo el traslado, pero que el martes le dijeron que «sería pronto». «Al parecer lo que falta es aceptar el presupuesto», detalla. Mientras tanto, Eduardo sigue en el HUCA. «Queremos dar las gracias al personal sanitario porque están cuidándolo muy bien», afirma, pero añade que «el tratamiento con el que está es únicamente escitalopran para evitar situaciones de estrés que puedan hacerle empeorar y el suero». «Cada día que pasa es un día perdido porque aquí prácticamente no se le están haciendo nada», asevera.

La mujer de Moráis también denuncia que el martes quisieron darle el alta en el HUCA precisamente por eso, «porque no le están haciendo nada y tener una sonda nasogástrica no es motivo de ingreso. Él no está de acuerdo con el alta y, por supuesto, yo menos. Fui personalmente a hablar con la Jefa de Servicio de Neurología y finalmente se queda ingresado». «Si le dieran el alta pediría responsabilidades por lo que pueda pasarle», asevera.

Esperanzas en Madrid

El tiempo apremia y, una vez en Madrid, comienza una nueva batalla. «No sabemos qué esperanzas hay de recuperación», reconoce Patricia. «Primero tienen que hacerle una valoración inicial y de ahí decidir si es un paciente apto para la terapia. En ese caso, no dirían en qué consiste», detalla. El camino será largo pero cada día cuenta, por eso Eduardo y Patricia piden que el traslado sea lo antes posible para poder centrarse en su siguiente reto.

 

 

 


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