La calabaza: un tesoro otoñal

En la temporada de otoño, acompañando la paleta de colores que esta estación nos regala, nos encontramos un pequeño (o enorme, ¡quién sabe!) tesoro de tonos anaranjados y con formas muy características: la calabaza. Esta hortaliza es increíblemente versátil y tiene un sabor muy característico que enamora a muchos paladares, pero no solo eso, sino que también es un alimento completo y con muchos beneficios nutricionales.

Mucho más allá del sabor

Además de contar con un sabor que reconforta, la calabaza cuenta con una gran cantidad de beneficios nutricionales:

• Es una gran fuente de fibra: ayuda a favorecer la digestión y a mantener niveles saludables de glucosa en sangre
• Aporta muchos antioxidantes: especialmente betacarotenos, precursores de la vitamina A, que es esencial para la salud ocular y funciones inmunológicas
• Alto contenido en vitamina C: también contribuye a fortalecer el sistema inmunológico, algo que es esencial en estos meses de frío
• Es rica en agua, por lo que tiene un bajo aporte calórico: esto es ideal para personas con sobrepeso o que tienen problemas digestivos
• Contiene minerales tales como calcio, magnesio, potasio, fósforo y hierro
• Es un alimento diurético: ayuda a eliminar líquidos retenidos y también a evitar cálculos renales
• Sus semillas son comestibles y pueden convertirse en un estupendo aperitivo con un alto contenido en magnesio, el cual ayudará a tu corazón a funcionar de manera óptima

Es una hortaliza típica del otoño, lo que es otra ventaja añadida ya que estaremos consumiendo un vegetal de temporada y respetando el ciclo natural de nuestro entorno, además de aprovechar el momento del año en el que la calabaza alcanza su punto óptimo de frescura y sabor.
Eligiendo productos de temporada no solamente estaremos beneficiándonos de su sabor y del frescor, sino que también estaremos realizando un consumo sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

¿Cómo escoger una calabaza?

El mejor truco para poder escoger una calabaza perfecta es buscar aquellas que tengan una piel firme y sin manchas, ya que las que presentan grietas o hendiduras suelen estar más maduras y posiblemente la pulpa esté magullada (además, suelen pudrirse en muy poco tiempo ya que el exterior está destinado a proteger la pulpa) y el tallo debe de estar adherido a la calabaza, seco y con aspecto firme. Además es importante fijarse en el peso, ya que si la pieza pesa poco en comparación a su tamaño, es posible que por dentro se encuentre deshidratada y seca.
Una vez hayas conseguido la calabaza perfecta y llegues a casa, no olvides guardarla en un lugar fresco y seco para prolongar su durabilidad.
¿Ya cuentas con calabaza en tu despensa? Llega la hora de cocinarla, así que tienes un amplio abanico de posibilidades a la hora de prepararla, ya que puedes cocinar platos tanto dulces como salados.
Aunque su versatilidad presenta un sinfín de opciones al ahora de ser cocinada, una de las más populares es la crema de calabaza, ya que suele ser un plato reconfortante, lleno de sabor, ideal para calentarte en los días fríos y otoñales.

Si te preocupa hacer crema en exceso, ¡no te preocupes! Existen recetas deliciosas para combinarla con otros alimentos como por ejemplo una crema otoñal de setas y calabaza, una pieza de caballa al horno con crema de calabaza o unas increíbles albóndigas de garbanzos acompañadas de crema de calabaza, quinoa y acelgas.

Resumiendo, la calabaza no solamente es uno de los tesoros que nos trae el otoño, sino también todo un regalo nutricional que ayudará a impulsar nuestro bienestar.

 Más sobre gastronomía saludable en
La Salud Sabe Bien