Los problemas del Sporting con el balón parado

Cuando se produce una racha tan prolongada como la que atraviesa actualmente el Real Sporting de Gijón resulta sencillo encontrar muchos pequeños factores que expliquen la tendencia de resultados. Si una de las conclusiones generales es la falta de gol del equipo, uno de los aspectos relacionados en los que el equipo de Rubén Albés está encontrando dificultades es en las jugadas de estrategia, o como se conocen popularmente como las acciones a balón parado.

Si el pasado sábado ante el Córdoba el Sporting lo sufrió en sus carnes, no resulta especialmente habitual que este tipo de jugadas supongan un quebradero de cabeza en área propia, como sí sucede en la contraria. En la rueda de prensa post partido Albés lo manifestó de la siguiente manera al ser cuestionado por la incidencia de unas acciones de estrategia que tantas veces sirven para decantar resultados:

«A balón parado el Córdoba es un equipo que genera cosas. A veces pasa. Sé que estamos con el tema del balón parado, nos está costando hacer goles, pero a nivel defensivo solemos hacerlo bastante bien, somos uno de los equipos que menos goles ha concedido en estas acciones».

Ambas cuestiones son ciertas, tanta solidez muestra el equipo en área propia en estas acciones como déficit en la contraria. De hecho, el Sporting es uno de los que menos provecho saca del campeonato a las acciones a balón parado si excluimos los penaltis. Unos tantos desde los 11 metros que suponen algo más de un 15% de los goles totales del equipo, el cuarto porcentaje más elevado de Segunda, lo cual daría para otro análisis.

Apenas 4 goles surgieron fruto de la estrategia, curiosamente -o no tanto- todos ellos en el tramo inicial de la temporada, sin hacer un gol de estas características desde la jornada 13 ante el Cádiz en una acción de lo más sencilla; un pase corto de Pablo García al pico del área donde recibió Gaspar, libre, para probar con un disparo potente desde la frontal en diagonal a la portería. 4 meses y medio sin hacer un gol a balón parado es demasiado tiempo.

Por aquel entonces, sin embargo, las acciones de estrategia podrían considerarse incluso una virtud del equipo. No era para menos, y es que cumplía su cometido de traducirse en puntos en un corto lapso de tiempo. En esas 13 primeras jornadas, con sus 4 goles en estas jugadas, el Sporting sumó siempre, como con el tanto de Róber Pier en Tenerife o de Diego Sánchez en la remontada en casa ante el Castellón, ambos de córner y con clara implicación de la pizarra, y otros más 'puros', como el gol de falta directa de Juan Otero ante el Albacete. En tiempos recientes sólo cabe la duda del gol de Olaetxea a pase de Maras en la última victoria rojiblanca -no es casual que se ganara- ante el Burgos, si bien la jugada quedó ensuciada tras varios rechaces previos al tanto y no entra en la estadística global.

El paso del tiempo no ha ayudado a mejorar la cara en este sentido, más bien todo lo contrario. Un factor más que no ha logrado sumar gol a un equipo que adolece de él y con ello la capacidad para sumar más victorias y puntos en una interminable racha de 2 triunfos en 17 encuentros. Una muestra tan amplia que encuentra diferentes aspectos en los que el Sporting debe mejorar, encontrando en las acciones a balón parado una de las principales tareas pendientes.