Estados Unidos continuará con las represalias contra las milicias apoyadas por Irán

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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Cientos de hutíes armados volvieron a desafiar a EE.UU. con un desfile en las afueras de Saná.
Cientos de hutíes armados volvieron a desafiar a EE.UU. con un desfile en las afueras de Saná. KHALED ABDULLAH | REUTERS

El presidente Biden no descarta incluso bombardear en suelo iraní a la Guardia Revolucionaria del régimen

05 feb 2024 . Actualizado a las 08:54 h.

Si el sábado fue el turno de la venganza estadounidense contra las milicias proiraníes en Irak y Siria, este domingo los misiles apuntaron hacia los hutíes de Yemen. Estados Unidos y el Reino Unido ejecutaron 48 ataques en seis provincias yemeníes. Las hostilidades se suceden entre promesas de represalias por ambas partes y algunos expertos ya opinan que la extensión de la guerra en la región es una realidad. Estados Unidos ya ha advertido que no va a cesar los ataques contra grupos respaldados por Irán.

La tercera operación conjunta británico-estadounidense sobre posiciones hutíes golpeó  «instalaciones subterráneas de almacenamiento de armas, sistemas de misiles, lanzaderas y otras capacidades», según el jefe del Pentágono, Lloyd Austin.

A pesar de los ataques, no se informó de ninguna muerte. De hecho, los hutíes declararon que sus capacidades militares «no son fáciles de destruir y han sido reconstruidas durante años de guerra», según dijo el portavoz de los insurgentes, Mohamed Abdelsalam. Lejos de acobardarse por la represalia anglosajona, el portavoz militar hutí, Yahya Sarea, dijo que los ataques «no pasarán sin respuesta y consecuencias». Incluso cientos de simpatizantes salieron a las afueras de la capital, Saná, para desfilar en una demostración de fuerza con cañones y ametralladora.

El pulso entre milicias proiraníes y los países occidentales involucrados en el mar Rojo y la órbita chií no tendrá fin a corto plazo. La Administración Biden, según fuentes citadas por The Washington Post, estaría pensando en mantener una «campaña militar sostenida» contra los hutíes. Y no solo contra los rebeldes yemeníes. Así lo señaló este domingo ante la prensa el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, que adelantó que el presidente Joe Biden ya ha ordenado nuevas represalias por el asesinato de tres de sus soldados en Siria hace una semana. Poco después, se conocía que Biden no descarta incluso ataques en suelo iraní contra la propia Guardia Revolucionaria. «De ser necesario, ordenaré medidas adicionales, incluso contra los cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica y su personal e instalaciones, para abordar la serie de ataques contra las fuerzas e instalaciones de Estados Unidos», advierte en una carta dirigida al Congreso de EE.UU. 

El Gobierno de Bagdad está agotado de los problemas que le ha traído Washington durante más de 20 años: «Irak no es el lugar designado para enviar mensajes y mostrar fuerza entre oponentes», dijo el ministro de Exteriores, Fuad Huseín. Sobre la retirada total de tropas norteamericanas del país aún no hay noticias, pero se sabe que el Gobierno de Al Sudani quiere seguir dando pasos para librarse de la «presencia extranjera».

Irán continuará con su estrategia de hostilidad asimétrica para evitar enfrentamientos directos con Estados Unidos e Israel, ya que no le interesa. Aun así, Teherán dejará en manos de sus grupúsculos la decisión de escalar los enfrentamientos. Desde las Unidades de Movilización Popular a los hutíes la respuesta es la misma: si tiene que haber sangre, la habrá.