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El profesor y analista Carlos Barrera; las politólogas Verónica Fumanal y Carmen Lumbierres; y el consultor político Santiago Martínez, de izquierda a derecha
El profesor y analista Carlos Barrera; las politólogas Verónica Fumanal y Carmen Lumbierres; y el consultor político Santiago Martínez, de izquierda a derecha

Bildu asciende de forma espectacular, aupado por los jóvenes, los partidos nacionalistas tienen más fuerza que nunca y el PNV seguirá gobernando

23 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El PNV mantendrá el poder en el País Vasco con el apoyo de los socialistas en unas elecciones marcadas por el ascenso histórico de Bildu. Los nacionalistas e independentistas suman casi el 68 % de los votos y 54 de los 75 escaños. Los partidos soberanistas están más fuertes que nunca, en un momento en el que, paradójicamente, el apoyo a la independencia está a la baja. Los expertos analizan el escenario y la repercusión de los resultados a escala nacional. «Desde el punto de vista numérico ha ganado el PNV; desde el punto de vista moral, Bildu; y desde la perspectiva de las expectativas, el PSE, que sale indemne y sigue siendo decisivo», resume Carlos Barrera. En otras palabras, «podría decirse que el triunfo principal es el de Bildu mientras los demás, a excepción de Podemos, salvan los muebles». «Estas son unas elecciones donde todos van a salir con un discurso de éxito», estima Santiago Martínez.

el escenario

El Parlamento más nacionalista de la historia. «Es un hecho que se ha conformado el Parlamento vasco más nacionalista de la historia, paradójicamente en una campaña en la que las cuestiones identitarias no han sido el foco principal de las formaciones contendientes, o quizás precisamente por eso», señala Barrera. «El proceso de construcción nacional vasca, a diferencia del catalán, que ha sido más bien abrupto durante la última década, se va consolidando a base de logros más sutiles y escasamente perceptibles, pero reales», explica. «La estrategia de la paciencia y el pragmatismo se está demostrando más eficaz que la de las bravuconadas», concluye. Constata que «suben levemente PSOE y PP, algo más el primero, pero el conjunto de las fuerzas llamadas constitucionalistas se encuentran lejos de la mayoría nacionalista y/o soberanista».

el pnv

Mantiene el poder, pero debe replantear su estrategia. «La fuerza del PNV evita el sorpasso de Bildu por la mínima en votos, pero pierde la hegemonía en dos de las tres provincias vascas, solo aguanta en Vizcaya», destaca Verónica Fumanal. Este hecho «hace que deban replantearse la estrategia, de lo contrario, si se consolidan las tendencias, dentro de cuatro años Bildu podría ganar en votos y escaños». «Mantener el Gobierno con el PSE era muy importante, si no habría tenido que recurrir a otras fuerzas políticas más incómodas para los nacionalistas vascos, como Sumar o el PP», sostiene. «El PNV vuelve a ser el partido más votado en las elecciones autonómicas, aun perdiendo seis escaños, gana en votos a EH Bildu y consigue mayoría absoluta con el PSE que le garantiza una legislatura tranquila», afirma Carmen Lumbierres. Y que «permite estabilidad en las diputaciones forales donde tienen acuerdo y siguen siendo el socio prioritario de Pedro Sánchez en el Gobierno de España».

Para Barrera, «es un serio aviso a navegantes: se le concede una prórroga de cuatro años gracias a su entente cordial con los socialistas, habituales socios de gobierno en Euskadi, pero si no la aprovecha podría ser la última». Martínez asegura que «el vencedor es el PNV, no porque mantenga el poder, sino porque lo logra en un escenario donde sus estudios preelectorales le alertaban de que podía ser adelantado por Bildu; por pocos votos lo logra y sobrevive, con el apoyo del PSE». «Fueron muy inteligentes detectando el desgaste de Urkullu y del partido e intuyendo que un cambio de cara podría ayudarles a contener la erosión al menos cuatro años más», resalta.

EH BILDU

Cumple sus objetivos al apostar por la institucionalidad. «Bildu consolida su estrategia de homologación y consigue un resultado histórico con la victoria en dos provincias vascas y empate en los escaños con el PNV», dice Fumanal. «Era bien conocido que su meta no era el gobierno, sino consolidar su crecimiento e implantación territorial y lo consigue, por lo tanto son los grandes ganadores, se convierten en la alternativa de gobierno al PNV y su implantación entre los votantes más jóvenes podría garantizarles sus aspiraciones de futuro», concluye.

«Bildu no ha cumplido finalmente con la meta soñada de superar al PNV, aunque puede airear su resultado de casi empate técnico con más orgullo que un PNV en claro declive», apunta Barrera. «Bildu obtiene un resultado histórico, pero que se queda incompleto para las expectativas generadas, absorbe la pérdida de los escaños de Podemos que desaparece, de seis a cero», según Lumbierres. «Habrá que ver con más detenimiento en las transferencias de votos qué parte ha ido a parar al voto aberzale, pero sin duda de manera mayoritaria», asegura. «Bildu apuesta claramente por la institucionalidad, abre una nueva etapa muy respaldado y con mucho empuje de su homólogo sindical ELA, fundamental en la campaña de denuncia de la calidad de los servicios públicos en Euskadi», añade.

«Bildu ha tenido un resultado histórico y dada la tendencia ya cosechada en las anteriores municipales, todo apunta a que no tiene techo mientras siga conservando la vitola de alternativa para aquellos que quieran un cambio político en el País Vasco», señala Martínez. Si bien «la paradoja puede estar en que ahora el electorado podrá ver durante esta legislatura que para que eso se dé, Bildu dependería de sí mismo al no contar con aliados dispuestos a apoyarle puesto que, en principio, el PSE siempre preferirá apoyar al PNV».

Los socialistas, decisivos; el PP, irrelevante

El PSE y el PP mejoran sus resultados, pero mientras el primero tienen la llave para la formación del gobierno, el segundo sigue siendo irrelevante en la política vasca.

el resultado del PSE

Decisivo para gobernar, pero no es alternativa. «El PSE obtiene un gran resultado en medio de la polarización entre los partidos nacionalistas y se convierte en la clave del gobierno», asegura Fumanal. De todos modos, «formar parte del gobierno con el PNV les imposibilita ser la alternativa, algo que podría resultar inconveniente a largo plazo», añade. «El PSE logra el mejor resultado desde hace 12 años y aunque está lejos del peso del partido a principios de los 2000, mejora en dos escaños, una ganancia en la que tiene mucho peso el candidato Eneko Andueza, y es estratégico para repetir gobierno con más influencia», afirma Lumbierres. «Al PSE le salva su capacidad de fuerza decisiva y que sea percibido, por una parte de la población vasca, como el contrapunto de moderación que necesita el Gobierno vasco», señala Barrera.

el resultado del PP

Crece, pero irrelevante. «Al PP le juegan una mala pasada las expectativas, a pesar de tener un importante crecimiento en voto del 60 % respecto a hace cuatro años al no conseguir rentabilizarlo en escaños, parece un crecimiento insuficiente para poder estar satisfechos», destaca Fumanal. Además, «el hecho de que Vox haya conseguido consolidar su escaño, le impide afirmar que el PP crece a costa de los ultras y les dificulta entendimientos futuros con el PNV». «El PP sube un escaño, pero no consigue ser decisivo en ningún aspecto y además no es capaz de absorber a los votantes de Vox en Álava que le otorga un escaño a la formación de ultraderecha», estima Lumbierres.

Buen resultado para Pedro Sánchez a la espera de las catalanas

Las elecciones vascas tienen también una lectura nacional. «En el ámbito estatal este es un buen resultado para Pedro Sánchez, que después de las gallegas ve no solo como el PSE crece, sino que es decisivo en el Gobierno y cómo la continuidad del PNV favorece la estabilidad de su legislatura», opina Lumbierres. «Queda por ver si sus planes para Cataluña terminan así de bien para sus intereses», apunta. «La única variante que podía producir algún tipo de desequilibrio entre las filas de los socios de legislatura del Gobierno de Sánchez era una victoria clara de Bildu, que no se ha producido», afirma Barrera. «Hubiese puesto en más aprietos la relación PSOE-Bildu a nivel nacional», explica. Por el momento, «las cosas seguirán como están, con PNV y Bildu en el mismo saco de socios a los que contentar». «Son las próximas elecciones en Cataluña las que contienen mayores elementos potenciales de desestabilización de esa mayoría de la investidura», prevé. «A nivel nacional, el PSOE consigue un resultado que le vale para garantizar la gobernabilidad de Sánchez y, por lo tanto, pueden dar por buenos los resultados», sostiene Fumanal.

La influencia en Feijoo

«El PSE logra dar algo de aire a Pedro Sánchez al evitar que uno de los titulares sea que el PSOE sufre un castigo, además de que logran reeditar la coalición con el PNV», según Martínez. «Después del varapalo gallego, el PSOE sube dos escaños y le dificulta a Feijoo el discurso de que el cambio de ciclo es imparable», añade. «Este resultado le ayuda a impulsarse de cara a las elecciones catalanas», concluye. «El PP también evita interpretaciones poselectorales comprometedoras al subir un escaño, si bien como ya se sabía su resultado iba a ser irrelevante en una Cámara de 75 escaños en la que además está completamente aislado», comenta el consultor político gallego. «Con este resultado Feijoo no puede, como hizo en las gallegas, echar demasiados cohetes y con el previsible resultado en las próximas catalanas, todo apunta a que durante un tiempo bajará el suflé del cambio de ciclo imparable en la Moncloa», asegura. Eso sí, «podrá aferrarse al hecho de haber roto la racha de seis elecciones consecutivas perdiendo votos en Euskadi.