Asturias, un paraíso para las enfermedades crónicas

E. G. B. REDACCION

ASTURIAS

salud
F. Sotomonte

Más de 780.000 personas mayores de 14 años que fueron atendidas en 2022 en los centros de atención primaria tenía al menos una de estas patologías. Cuatro de cada 10, tenía más de 5

09 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El 86% de los más de 900.000 usuarios mayores de 14 años atendidos en los centros de atención primaria de Asturias en 2022 tenía al menos un diagnóstico de enfermedad crónica. Son 780.566 personas en una comunidad que inició 2022 con 1.004.686 habitantes. Es decir, que prácticamente siete de cada 10 habitantes de Asturias acudieron a su centro de salud para ser tratados de una o más patologías crónicas. Y, por si fuera poco, ocho de cada 10 de esos pacientes tenían más de dos patologías y cuatro de cada 10, más de cinco de las 14 enfermedades crónocas más prevalentes.

¿Cuáles son las enfermedades crónicas diagnosticadas en Asturias más prevalentes? Son 14 las que acaparan, en mayor o menor medida, las atenciones dispensadas en 2022, por supuesto con la hipertensión arterial a la cabeza con 205.471 pacientes atendidos (26,3%) en atención primaria en 2022, seguida de la depresión (17,8%), la artrosis (12%), la diabetes (10,7%) y la osteoporosis (6,2%).

El listado se completa con la insuficiencia renal crónica (4,8%), la cardiopatía isquémica (4,7%), la cirrosis (4%), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) —3%—, el accidente vascular cerebral (AVC) —2,5%—, la artritis (2%), la insuficiencia cardiaca (1,7%), las demencias (1%) y VIH/Sida (0,3%). 

Como se puede observar en la tabla que muestra los porcentajes y el número de pacientes crónicos por patología, las diferencias entre hombres y mujeres son también notables. No obstante, en el caso de la presión arterial alta, que afecta a un tercio de los adultos del mundo siendo la principal causa de muerte, no hay mucha diferencia aunque es más frecuente en mujeres: 22,8% ellas (110.262 pacientes) y 22% ellos (95.209).

No ocurre lo mismo con la depresión, la segunda enfermedad crónica más prevalente que en las mujeres alcanza un porcentaje del 20,6% (99.198), más del doble que en los hombres al no llegar ni al 10%, con 39.755 pacientes. El número de mujeres con artrosis que fueron atendidas en atención primaria también duplica al de los hombres mientras que en la diabetes, cuarta patología más prevalente, no hay demasiada diferencia aunque los hombres estén más afectados.

Significativa es la diferencia en osteoporosis, con 45.383 mujeres afectadas (9,4%) y 2.931 hombres (0,7%), mientras la insuficiencia renal crónica afecta a ambos géneros por igual, con porcentajes del 4% aproximadamente mínimamente superior en los hombres, que también están más afectados por la cardiopatía isquémica —casi el doble más que las mujeres—, la cirrosis, la EPOC y la AVC. Las mujeres, por su parte, se ven más afectadas por la artritis, la insuficiencia cardiaca y, aunque la prevalencia es muy baja, por demencias.

Estudio de la Universidad de Alicante 

Estos datos forman parte de un estudio realizado por los investigadores de la Universidad de Alicante Óscar Suárez y María Teresa Ruiz-Cantero que, a través de la morbilidad por enfermedades crónicas y su atención sanitaria en Asturias, analizan las diferencias y las desigualdades de género en la atención sanitaria. La investigación, titulada Morbilidad por enfermedades crónicas y su atención sanitaria en Asturias: análisis de género y que ha sido publicada en Gaceta Sanitaria, toman como referencia Asturias porque el Servicio de Salud del Principado (Sespa) tiene precisamente desde 2022 un programa informático con datos de patologías crónicas registradas en la historia clínica de atención primaria que estratifica la población por grupos de morbilidad ajustada (sexo y edad) y que fue desarrollado por el Ministerio de Sanidad.

Entre los resultados que obtienen de analizar los datos, destacan esos elevadísimos porcentajes de usuarios de atención primaria con al menos una enfermedad crónica: un 89,9% de mujeres y un 82,1% de hombres, aparte de que la probabilidad de padecer enfermedad crónica es significativamente mayor el 50% de las patologías analizadas tanto en hombres como en mujeres.

También se comprobó que la probabilidad de acudir a urgencias es superior en las mujeres en el 50% de las patologías y que la probabilidad de ingresar en un centro hospitalario es superior en los hombres en 13 de las 14 patologías estudiadas. El análisis de la comorbilidad también reveló que las mujeres presentan una mayor carga de enfermedades, siendo significativamente más propensas a tener tres o más patologías.

Además, la media de enfermedades crónicas y los índices de complejidad fueron más altos en mujeres. Este patrón, aunque Asturias sea la región más envejecida de España —los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) dicen que hay 249 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16 años—, se reproduce en todos los grupos de edad.

Sesgo por género 

También se constata que la edad y la complejidad de la enfermedad tienen una capacidad limitada para prever las hospitalizaciones tanto en mujeres como hombres y, aunque se observan diferencias según el género, es la complejidad de las enfermedades —más que la edad— la que muestra una conexión significativa con una mayor hospitalización. De ahí la importancia, como destaca el estudio, de llevar a cabo una gestión eficaz de enfermedades crónicas complejas en atención primaria para reducir las hospitalizaciones.

Como conclusiones, los investigadores destacan que pese a la mayor magnitud y complejidad de las patologías crónicas en las mujeres de todas las edades, los hombres tienen una probabllidad más alta de hospitalización y reciben un mayor esfuerzo terapéutico. En el caso concreto de la hipertensión arterial y la insuficiencia cardiaca, pese a ser más prominentes en mujeres, son los hombres los más propensos a ser hospitalizados por estas patologías.

«La menor hospitalización de las mujeres que de los hombres, pese a la mayor frecuencia de enfermedades crónicas susceptibles de ser hospitalizadas, así como su mayor comorbilidad y complejidad, requieren investigaciones y estrategias autonómicas y nacionales que consideren la existencia de factores inherentes a la persona enferma y la naturaleza de la enfermedad, pero también el equipamiento de salud y sus procesos asistenciales, incluidas las competencias de los recursos humanos responsables de la atención hospitalaria, para descartar, afrontar y eliminar la existencia de sesgos de género en la atención sanitaria en perjuicio de las mujeres», concluyen los investigadores.