Como dice el refrán «lo que quita el frío, quita el calor». En la época estival es importante aprender a sobrellevar las altas temperaturas adaptando nuestros hábitos

Cuando llega la época más cálida del año solemos beber más líquidos, salir a la calle a determinadas horas (cuando el sol está más bajo), procuramos cubrirnos la cabeza... es decir, buscamos métodos para evitar los incómodos síntomas del acaloramiento.

Regular la temperatura corporal es esencial, sobre todo cuando los termómetros empiezan a subir de manera drástica. Nuestras comidas, bebidas o el tipo de ropa que usemos pueden ser nuestros mejores aliados para equilibrar nuestra temperatura interna.

Tomar bebidas calientes

Como dice el refrán: «lo que quita el frío, quita el calor». Aunque pueda parecer contradictorio, cuando hace mucho calor lo más recomendable es tomar alguna bebida caliente. Al principio nos subirá la temperatura interna y los sensores de la boca, garganta y tracto digestivo mandarán una señal al cerebro para que fabrique más sudor. Expulsando ese sudor nuestro cuerpo se aclimatará de forma natural.

Mientras que si nos tomamos algo frío o con hielo en un día con temperaturas elevadas, supondrá un choque térmico para el organismo. Inicialmente, una bebida fría nos puede dar una sensación refrescante, pero conseguiremos un efecto contrario al deseado. Nuestro cuerpo hará el esfuerzo de regular la temperatura y acabaremos más acalorados que al principio.

Lo más recomendable será consumir las bebidas a una temperatura ambiente, parecida a la de nuestro cuerpo, evitando así los cambios bruscos. Una buena manera de mantener esa temperatura sería tomando un buen gazpacho o salmorejo, con todos los nutrientes que aportan.

Evitar las duchas de agua fría

Por mucho que nos apetezca darnos una ducha de agua fría para sobrellevar el calor, deberíamos evitarlo. En los primeros instantes podemos sentir un alivio inmediato pero, al igual que con las bebidas frías, no durará mucho. Cuando nos duchamos con agua fría nuestro cuerpo reacciona cerrando los poros, manteniendo el calor y esto puede hacer que nos sintamos aliviados por un corto periodo de tiempo. En su lugar, optaremos por duchas tibias que nos ayudarán a regular la temperatura corporal.

Usar ropa negra y transpirable

Aunque pueda parecer contradictorio, vestir ropa negra puede ser una buena estrategia para combatir el calor. Los colores oscuros absorben la luz solar y la convierten en calor, lo que puede hacer que nos sintamos más calurosos. Sin embargo, la ropa negra también puede actuar como una esponja ante el calor, absorbiendo el calor corporal del cuerpo y el externo, elige telas ligeras y transpirables para ayudar a mantener una buena circulación del aire.

Nuestros cuerpos emanan calor, no solo es cosa del sol. Si llevamos ropa clara ese calor corporal «golpeará» la tela que lo cubre y éste se refleja sobre el cuerpo. Por lo que sería más adecuado vestir con prendas oscuras, absorberán todo el calor y nos sentiremos más aliviados.

Comer platos ligeros

Durante los días calurosos, el consumo de comidas pesadas y abundantes puede hacer que nuestro cuerpo trabaje más para digerirlas, lo que genera una sensación de calor interno. En su lugar, es conveniente optar por comidas ligeras como ensaladas, frutas y vegetales de temporada.

Algunas ideas de comidas para estos días serían, por ejemplo, la ensalada de frutas en tarro -muy sencilla de preparar- o la de pulpo, mango y aguacate. Estos platos nos aportarán el agua y los nutrientes necesarios para mantenernos hidratados y enérgicos, pero sin sobrecargar nuestro sistema digestivo.

 Consumir picante

Aunque pueda sorprender, consumir alimentos picantes puede ayudarnos a combatir el calor ya que, al ingerirlos, nuestro cuerpo responde generando sudor, lo que a su vez promueve su enfriamiento. Además, el picante también puede estimular nuestro sistema circulatorio.

Algunas opciones de comidas picantes para días calurosos son el brócoli picante con salsa de yogur o los mejillones diablo, para los más atrevidos.

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