UN PROYECTO DE ALIMERKA

Desde Omega-3 a proteínas, vitaminas, minerales... ¿Qué nos aporta realmente este pescado azul?

¿Cuántas cenas se habrán salvado gracias a una lata de sardinas? Este pescado azul es uno de los manjares del verano y un imprescindible en casi cualquier despensa. Aunque sean pequeñas, están repletas de beneficios nutricionales, lo que las convierte en un alimento idóneo para incorporar en nuestro día a día.

Las sardinas pueden ser también un tipo de pescado sostenible, siempre que lleven el sello azul de MSC. Este sello solo se concede al pescado o marisco de captura salvaje procedente de pesquerías que han sido certificadas en relación con el estándar, un indicador científico de pesca sostenible. Además, al ser una especie de rápido crecimiento y alta reproducción, su pesca tiende a ser menos dañina para los ecosistemas marinos que la de otros pescados.

Beneficios de las sardinas

  • Ricas en omega-3. El pescado azul es una excelente fuente de ácidos grasos omega-3, que son beneficiosos para el corazón gracias a sus efectos antiinflamatorios y anticoagulantes.
  • Alto contenido en proteínas. Las sardinas son una magnífica fuente de proteínas, esenciales para la reparación y el desarrollo muscular. Por ello, son muy recomendables para niños, deportistas y embarazadas.
  • Fuente de vitaminas y minerales. Las sardinas son ricas en varias vitaminas y minerales, incluyendo vitamina B12, vitamina B3, magnesio y selenio.
  • Bajas en mercurio. A diferencia de muchos otros pescados, las sardinas suelen tener niveles bajos de mercurio, lo que las hace una opción segura para el consumo regular.
  • Disminuyen la fatiga. Gracias a su contenido en hierro pueden ayudar a prevenir la falta de este y la fatiga, una ración de 150 gramos contiene unos 3 mg.
  • Ricas en yodo. Gracias a su alto contenido en yodo, pueden ayudar con la formación y desarrollo del cerebro. Esta función cobra especial relevancia durante la infancia.

Recuerda que aunque las sardinas son saludables, al igual que con cualquier otro alimento, es importante consumirlas con moderación dentro de una dieta equilibrada.

Comer sardinas forma parte de una dieta equilibrada

Ya sean frescas o en lata, las sardinas nos ofrecen un sabor y textura únicos. Existen diferentes maneras de prepararlas: a la parrilla, asadas, en conserva, o incluso crudas en ciertos platos de sushi. Si no te gustan de una forma, seguro que te gustan de otra. Al sur de Europa, especialmente en Italia, Francia y España, las sardinas son las protagonistas de muchas recetas tradicionales, desde la «sarde in saor» veneciana hasta la empanada gallega de xoubas.

Para los amantes de las conservas, las sardinas en aceite de oliva son un clásico que se puede disfrutar directamente de la lata, o usarse para darle un toque diferente a ensaladas, tostadas y pastas. Una sardina bien condimentada puede transformar una simple ensalada de verano en un plato principal, o darle a tus tostadas de aguacate un toque marino.

Gracias a su riqueza nutricional, versatilidad culinaria y sostenibilidad, las sardinas son una buena elección para cualquier amante de la gastronomía, pudiendo disfrutarlas de muchas maneras.

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