Patricia Llaneza, medalla de bronce en una olimpiada de ajedrez: «Jugué en Asturias con un hombre que decía que si perdía conmigo se retiraba»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

La ovetense Patricia Llaneza es bronce olímpico de ajedrez y campeona de España en el año 2006
La ovetense Patricia Llaneza es bronce olímpico de ajedrez y campeona de España en el año 2006

El ajedrez es un deporte que está «muy masculinizado». Son muy pocas las mujeres que practican esta actividad y las que lo hacen luchan a diario por romper las barreras de género. La ovetense Patricia Llaneza es una de ellas. Asegura que por ser mujer se le considera una jugadora de nivel inferior y eso que su palmarés dice todo lo contrario

05 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Por razones de género las mujeres han sido históricamente discriminadas. Durante mucho tiempo las féminas fueron relegadas a un segundo plano al ser consideradas inferiores a los hombres. Y aunque la sociedad ha avanzado, a día de hoy, en diversos ámbitos de la vida ven coartados sus derechos y libertades. El deporte es uno de ellos. Hay numerosas actividades que se asocian con el sexo masculino al tener en cuenta erróneamente las diferencias biológicas. De igual modo, pese a ser un juego intelectual, en el que el físico ni siquiera importa, la práctica del ajedrez está «muy masculinizada».

La cantidad de mujeres que se ejercitan en este deporte sigue siendo mínima. Es más, en los torneos suele haber una escasa participación femenina. Esto se debe en gran medida a que en sus orígenes el ajedrez era un juego de hombres, mientras que ellas antiguamente tenían incluso prohibida la entrada a los cafés y tabernas donde se solía jugar. Gracias a la presión que hicieron las propias afectadas, quienes se unieron y levantaron la voz contra esta injustificada discriminación, consiguieron que se las dejase practicar esta actividad. Aunque de ese hito han pasado años y paños, por mor de la filosofía machista que impera en nuestra sociedad, las ajedrecistas siguen siendo discriminadas.

«La gente sigue dando por supuesto que por ser mujer no sabes jugar al ajedrez», asegura Patricia Llaneza, quien a sus 44 años sabe bien de lo que habla. La ovetense afincada en Barcelona desde hace casi dos décadas lleva más de media vida dedicándose profesionalmente a esta práctica deportiva y es testigo de cómo las ajedrecistas por cuestiones de género son víctimas de «violencia verbal», además de tener que soportar miradas y situaciones «incómodas». «Hay mucho paternalismo», apunta.

«Los hombres dan siempre por hecho que eres un jugador inferior»

Aunque la mayoría de los torneos de ajedrez que se disputan en España son mixtos, es decir, las mujeres pueden participar en las mismas competiciones que los varones, y por tanto podríamos hablar de que existe cierta igualdad, Patricia asegura que sigue habiendo ciertas actitudes «sexistas». Recuerda que de cría fue a un torneo por equipos, siendo la única chica del grupo. «Me preguntaron si sabía anotar las jugadas porque se supone que los chicos sí lo saben hacer», cuenta.

«Los hombres dan siempre por hecho que eres un jugador inferior», lamenta Llaneza, cuyo palmarés dice todo lo contrario. Ha sido campeona de España en 2006 y ha resultado subcampeona hasta en cuatro ocasiones. Representó a España en las Olimpiadas de Ajedrez un total de cinco veces, alzándose en el año 2002 con la medalla de bronce en Bled, Eslovenia. Aun así hay quienes siguen cuestionando su talento por el simple hecho de ser mujer. «Una vez jugué en Asturias con un jugador que decía que si perdía conmigo se retiraba, pero no lo decía de otros chavales de mi nivel», asegura, antes de señalar que se enfrentó varias veces a él y en alguna que otra ocasión le ganó.

Además de ser jugadora, Patricia es árbitro en esta modalidad deportiva. Sin embargo, por sorprendente que parezca, cuando cumple este rol no sufre ningún tipo de discriminación. A diferencia de otros deportes, cuando se encarga de velar por el cumplimiento del reglamento en una competición de ajedrez no tiene «ningún tipo de problema». «No sufro faltas de respeto ni de falta de autoridad ni de nada», asegura.

Aunque esta disciplina a simple vista está muy lejos de alcanzar la paridad, sí que se llevan a cabo propuestas para animar a las féminas a ponerse delante de un tablero. «Aparte de las competiciones mixtas hay una categoría separada y exclusiva para mujeres con el objeto de promocionar este deporte y que más mujeres se integren y se aficionen. Entonces, en ese sentido, tenemos como más oportunidades», detalla la ovetense. Y para fomentar la tolerancia, «las federaciones tienen sus propios planes de igualdad». Además, «hay una asociación, la Women in Chess Foundation, que lucha porque en los torneos de ajedrez haya protocolos contra la violencia sexista».

Para la ovetense Patricia Llaneza el ajedrez es vida. Trabaja en una empresa del sector y además es su pasión
Para la ovetense Patricia Llaneza el ajedrez es vida. Trabaja en una empresa del sector y además es su pasión

Cuando Patricia empezó a jugar al ajedrez era de las pocas mujeres que lo hacía. Por aquel entonces, tal y como asegura, «era muy raro ver alguna». Tenía 6 años en el momento que se adentró en esta disciplina. Fue su padre quien le enseñó la técnica y echando partidas con sus hermanos fue perfeccionando la misma. También en el colegio en el que estaba matriculada, San Pedro de los Arcos, en Oviedo, jugaba con algunos de sus compañeros.

Acudía además a clases con el histórico ajedrecista Pablo Morán, quien impartía sesiones en los bajos del estadio de fúbtol Carlos Tartiere. «Íbamos en grupos y la verdad que la mayoría eran chicos», recuerda. De igual forma, también aprendió «mucho» por su cuenta. «Ahora se instruyen por el ordenador pero de aquella lo hacíamos leyendo libros de ajedrez», rememora la ovetense, quien con tan solo diez años participó en el primer torneo escolar Ramón Toran, «lo que ahora son los juegos deportivos del Principado».

Con 12 años empezó a formar parte de la selección escolar femenina sub 16 de Asturias con quien ganó dos medallas de oro, una de plata, una de bronce y consiguió además un cuarto puesto con el equipo. Se convirtió con 16 años en campeona de Asturias, título que consiguió hasta en tres ocasiones más. Siendo aún juvenil y vinculada ya al club de ajedrez Ciudad Naranco se situaba entre «las 10 mejores ajedrecistas de España a nivel absoluto».

Fue en el año 2006 cuando consiguió el primer puesto en el campeonato nacional de ajedrez, competición en la que en las dos ediciones anteriores obtuvo el tercer y segundo puesto, respectivamente. Es decir, fue escalando posiciones en el podio. Participó con la selección española en cuatro campeonatos de Europa y representó al país en las olimpiadas de ajedrez que se disputaron entre el 2002 y el 2010, consiguiendo una medalla de bronce en la competición deportiva mundial que se celebró en Bled, en Eslovenia.

«Fue algo completamente inesperado porque era la primera vez que jugaba una olimpiada y lo que menos te imaginas es que vas a ganar partidas casi cada día», reconoce antes de asegurar que la entrega de las medallas fue un momento «muy especial». «Había una zona acordonada con solamente los premios y yo estaba en esa zona VIP con los campeones de la élite mundial», recuerda orgullosa.

«En unas olimpiadas notas más presión que en un torneo individual»

Participar en unas olimpiadas supone lidiar también con los nervios. Para empezar, uno comparte sala con los mejores jugadores del mundo. En el caso de Patricia, con Kasparov, Magnus Carlsen o la mismísima Judith Polgar, quien siempre ha sido su referente. Además al jugar en equipo, el resultado no solo afecta a uno mismo sino también al resto de componentes, es por este motivo que «notas más presión que en un torneo individual».

«Quieres dar lo mejor de ti y hacer todo lo posible para ganar porque quieres ayudar al equipo, estás jugando al nivel más alto y encima representado a tu país, pero en último término es la presión que tu mismo te pongas», asegura la ovetense, quien desde los 26 años forma parte del club Foment Martinenc, en Barcelona. «Cuando me mudé aquí arraigué en el club. Les ayudo además gestionar el mismo y organizar torneos», apunta.

Cada fin de semana, Patricia disputa partidas de la liga catalana y en periodos vacacionales participa en algún torneo, sobre todo los que tienen lugar en Francia. Trabaja además como creadora de contenido digital de ajedrez para que cualquier persona pueda entrenar desde su casa. Un contenido del que ella misma también se nutre. «Soy muy afortunada porque trabajo en una empresa de ajedrez y puedo seguir entrenando a la vez, pero es verdad que existe el riesgo de que me sature», reconoce.

Después de tantos años vinculada a este deporte si hay alguna vivencia que le ha marcado, entre otras muchas, fue cuando vio que el periodista español especializado en ajedrez, Leontxo García analizó en El Rincón de los Inmortales la «belleza excepcional» de una de sus partidas. «Me hizo mucha ilusión porque al fin y al cabo se juegan a diario y en todo el mundo muchas partidas y que se haya fijado en una mía es increíble», reconoce la ovetense.

Y si tuviese que darle un consejo a alguien que quiere adentrarse por primera vez en este mundo, Patricia Llaneza lo tiene claro: disfrutar. «No hay que pensar en competir sino en lo bonito que es este deporte y las posibilidades que tiene porque las partidas son infinitas. El juego en sí es lo que te tiene que atraer, no el resultado», aconseja. En este punto resalta que el ajedrez es una disciplina que no entiende de género ni de edades. Tampoco de condiciones físicas porque «cualquier persona, incluso los invidentes, pueden jugar». «Eso me parece lo más especial en relación con otras actividades», asegura Llaneza, quien tan solo desea que la igualdad entre hombres y mujeres sea real para que todo fuese ya perfecto. «No es un problema del ajedrez sino de la sociedad, conforme va evolucionando pues este tipo de situaciones se van reduciendo», asevera.