El valor de las madres enseña los dientes en la enfermedad. La maternidad no es de color de rosa; en casos como este va de apegos feroces y de pequeños milagros. «Acompañar a mi hija en sus enfermedades es vivir con el corazón en carne viva», afirma Cecilia Rodríguez, madre de una niña de 13 años con las que libra una batalla contra el síndrome de Ehlers-Danlos hipermóvil, el de KBG, la gastroptosis y las migrañas, entre otras dolencias
ana abelenda