La Voz de Asturias

Vacunados con AstraZeneca en Asturias: «¿Qué va a pasar con nosotros?»

Asturias

Esther Rodríguez Redacción
De izquierda a derecha: Silvia Feito, Tatiana Rodríguez y Ana Cueto

Varias asturianas que han recibido la primera dosis de este fármaco explican qué les parece la decisión de suspender cautelarmente la vacunación

17 Mar 2021. Actualizado a las 11:02 h.

La decisión de suspender de forma «inmediata y preventiva» la vacunación con AstraZeneca durante los próximos 15 días, después de que se hayan notificado casos de trombos entre personas vacunadas con este fármaco, ha caído como un jarro de agua fría entre los asturianos que ya han recibido la primera dosis. «¿Ahora qué? ¿No acabamos el ciclo de vacunación?», se pregunta la profesora de educación infantil Tatiana Rodríguez. Una incertidumbre que se une al miedo a desarrollar estos coágulos. Sin embargo, varias personas inoculadas con dicha preparación no se arrepienten. «La gente tiene miedo de que con la AstraZeneca le dé un trombo, pero luego no tienen miedo a pillar el coronavirus que puede ser mucho peor», resalta la higienista bucodental Laura Dacosta

Esta sanitaria, que ya se vacunó en febrero, reconoce que en el momento que recibió la noticia se alertó. Pero, haciendo balance, se dio cuenta de que «el número de casos de gente que sufrió un trombo por la vacuna es súper bajo». Además, indica que «quiero pensar que entre tantísima gente no me vaya a tocar a mí». Asimismo, reconoce que hay demasiada alarma social porque puede ser mucho peor contagiarse de coronavirus. Por tanto, no niega en ponerse la segunda dosis, aunque «me da un poco de respeto». En su caso apenas tuvo síntomas. «Solo tuve fiebre, cansancio y malestar en el estómago durante un día. A la mañana siguiente estaba perfecta. Aunque, eso sí, me dolió el brazo donde me inyectaron tres días aproximadamente», explica Dacosta.

Tampoco Tatiana Rodríguez tuvo muchos efectos secundarios tras poner la primera dosis el pasado sábado. «Solo un poco de pesadez en el cuerpo y dolor de brazo que aún sigue», detalla y añade que «es verdad que tengo gente conocida y compañeras que tuvieron ciclos de fiebre». Sin embargo, a ella la noticia de la suspensión cautelar de la vacunación no le pareció nada bien. «Estaba cabreada porque si disponían de otras marcas y viendo que días antes de vacunar a los docentes ya salió esa información, ¿por qué siguieron suministrando AstraZeneca?», lamenta. Pero, tampoco descarta recibir la segunda dosis. «Una vez puesta la primera ya no puedes hacer nada y por lo menos cerrar el ciclo de vacunación, sea cual sea el porcentaje de inmunidad. Si es que lo hay, claro», afirma

Asimismo, la docente que imparte clases en el CP Cotayo en Pola de Siero asegura que, aunque al principio no le hacía mucha gracia la idea de vacunarse, en el momento que le tocó el turno no se lo pensó ni dos veces. «Debía de hacerlo y así fue. La puse por dos motivos. Uno porque dentro de lo que cabe tenemos la suerte de ponerla antes de que nos llegue como ciudadanos y otra por deber moral», relata. De todos modos, considera que somos ratas de laboratorio con las que «están experimentando en estos momentos».

También la profesora de educación infantil Silvia Feito se vacunó el pasado viernes por responsabilidad social y solidaridaridad. «Tanto yo como mis compañeras estábamos nerviosas, pero decidimos acudir por el bien de todos. En mi caso, no solo para protegerme a mí, sino también a mis alumnos, mi familia y todo mi entorno», asegura. Por eso, en el momento que recibió la alarmante noticia se enfadó. «Esta situación me genera desconfianza, inseguridad… ¿qué va a pasar con nosotros?, ¿sirvió de algo la primera dosis?», se pregunta.

En su caso sí que sufrió varios efectos adversos. «Al día siguiente de recibir la primera dosis me pasé todo el día tumbada en el sofá. Tenía mucho dolor de cabeza, escalofríos, sudores, fiebre, dolor en el cuerpo, mucha sed, cansancio y un fuerte dolor en el brazo», detalla. Sin embargo, a la mañana siguiente se levantó como si nada. «Hice hasta deporte», reconoce entre risas. Por ello, tiene esperanza de que los trombos se trate de casos aislados porque ya de por sí está siendo un año muy duro para todos, especialmente para los profesores a quienes también se les ha incrementado la carga de trabajo. «Yo tengo que estar constantemente pendiente de mi alumnado porque al ser pequeños tengo que mandarles que se laven las manos, que no compartan la merienda… aunque he de decir que los niños nos dan una lección de responsabilidad muy grande», sentencia.

En cambio, la profesora del Colegio Público de Colloto, Ana Cueto, la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca no le generó ningún sintoma. Además, tampoco le crea desconfianza la suspensión cautelar de la vacunación con este fármaco. «Estoy muy tranquila. Cuando saltó la noticia, ese mismo día nos llegó un sms de que nos iban a inocular y no dudé en ir a vacunarme. No está demostrado científicamente de que haya una relación entre los trombos y esta vacuna», señala. Asimismo, indica que «no creo que la tengan que retirar del mercado, en tal caso la mejorarán. Parece que hay una campaña contra este fármaco» y espera que no se pare mucho el proceso de vacunación, ya que «queremos ver pronto la luz al final del túnel».

Por su parte, Mario Villaveirán, portavoz en Asturias de Jusapol, asegura que la decisión adoptada por el Ejecutivo les ha dejado de nuevo con las espaldas abiertas. Ya había ciertas dudas, escepticismo y miedo a la vacuna ya que «era la más barata del mercado y apenas hay un compromiso institucional con nosotros». Sin embargo, la inmensa mayoría de los Policías asturianos no dudaron en inocularse. «No teníamos opción a no ponerla cuando trabajas en primera línea. Hay un contacto dinero y un riesgo manifiesto y por eso optas a ponértela. Por solidaridad con otras personas y, sobre todo con el colectivo médico», reconoce Villaveirán.

Por el momento, casi todos los agentes no han sufrido efectos secundarios más allá de los contraindicados en este fármaco como cansancio, dolor en el estómago, entre otros. Sin embargo, como hace 13 días que los han inoculado, aún están a la expectativa por si manifiestan algún trombo. «Sí antes tenías dudas y miedo, ahora más todavía. A ver en qué para todo esto», sentencia.

Mientras tanto todos los asturianos vacunados con AstraZeneca deberán aguardar por lo menos dos semanas para ver en qué para su segunda fase de inoculación. Por su parte, la Consejería de Salud asturiana, aunque no se ha puesto en contacto con ninguna de las personas que pusieron dicha vacuna, defiende que los trombos ocurren más entre la población general que entre los vacunados con AstraZeneca. El jefe del Servicio de Vigilancia Epidemiológica, Ismael Huerta, según recoge Europa Press, ha restado importancia a los casos entre personas que han sido vacunadas, ya que «la frecuencia entre vacunados es diez veces menor» que entre no vacunados. No obstante, el «principio de máxima precaución» ha llevado a España a suspender temporalmente su administración «hasta revisar en profundidad los casos y su relación o no con la vacunación».


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