¿Por qué la ruta del Cares se ha convertido en «una trampa» para senderistas?

Este verano está resultando especialmente intenso para los servicios de rescate de la Guardia Civil y el Servicio de Emergencias del Principado. La ruta del Cares es, en este sentido, una de las más problemáticas y donde se concentran más hechos luctuosos y rescates.

Sin ir más lejos, hace dos semanas una joven portuguesa se despeñaba tras apoyarse en una de las vallas que delimitan el camino y caer más de veinte metros. Además, el cuerpo del gijonés Javier Amigo, montañero desaparecido el pasado 24 de julio, fue localizado el 29 de julio tras sufrir una caída.

Juan Manuel Rionda Mier, presidente de la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias (FEMPA), insiste «desde hace años» en que la ruta del Cares «tiene una peligrosidad doble». Por un lado está la «objetiva en sí misma», relacionada con la orografía. La senda «tiene un abismo o desnivel que baja en la mayor parte del trayecto en vertical al río, por lo que si caes no tienes escapatoria». Además, «de la montaña se desprenden piedras y argallos que te pueden alcanzar». Asimismo estamos hablando de «un trayecto de 11 kilómetros donde no hay puentes» ni fuentes donde tomar agua.

El presidente de la FEMPA añade que está «luego el peligro de la propia persona. Hay cantidad de gente que va alegremente sin el equipamiento apropiado». «He visto a gente en zapatos, playeros rasos o playerines en trayectos que, además, son en suelo duro», añade. Todo eso deriva en «esguinces y agotamiento» en el mejor de los casos.

Cree que El Cares, como ruta, «es una trampa» porque «la gente cree que es un trazado sencillo, como en el caso de la de El Alba por ejemplo». Considera que para evitar los problemas que se suceden en la zona de manera recurrente sería necesario «poner una restricción o una tasa, porque no puede haber miles de personas cruzándose en un estrechamiento de pocos metros». Cree que hay personas mayores y «mucha gente llevando mascotas y chiquillos», lo que hace que se masifique «especialmente en los fines de semana de las épocas de más afluencia».

Juan Manuel Rionda considera que habría que contratar a «personas para controlar a la gente que pasa» y que no se produzcan embotellamientos ni aglomeraciones. Asimismo, insiste en la idea de cobrar «una tasa, por ejemplo, de un euro por persona», lo que permitiría «tener personal, un sanitario y en cualquier emergencia disponer de la atención médica inmediata».

Denuncia que El Cares «también es una trapa mortal para los helicópteros de rescate y esto es algo que no lo digo yo, sino los propios pilotos». El presidente de la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias pide encarecidamente a todos aquellos que tienen pensado hacer la ruta «que vaya físicamente preparados y equipados».

Concluye diciendo que, desde la federación, están en «comunicación con el Servicio de Emergencias del Principado y Bomberos de Asturias para ver si se puede elaborar un plan de prevención de accidentes para toda la región».