Herrera le da una vuelta

El excesivo intervencionismo táctico de Herrera ante el Valladolid dejó un efecto gaseoso. Los rojiblancos, perdidos sin Sergio, no acabaron de entender nunca el guión del partido ante la exasperación del técnico catalán. El abanico de Herrera, útil en muchos partidos, tuvo un efecto boomerang y terminó por marear al propio equipo. El Sporting, en curvas, es quinto y ahora, además, ha perdido a Sergio. La desconfianza es normal; el delirio derrotista se entiende injusto. Queda demasiado tiempo y las distancias son mínimas como para cavar tumbas.

La elección del técnico catalán, discutida por muy pocos, también responde ahora a situaciones como ésta; la experiencia de Herrera debe ser medida en situaciones de incertidumbre y de alto riesgo. La baja de Sergio aumenta un reto ya de por sí mayúsculo: sustituir a un insustituible. La jornada catorce presenta unas de las primeras grandes decisiones de Paco. El entrenador rojiblanco sopesa distintas ideas para minimizar la ausencia del canterano. Reforzar la medular, en vista de la debilidad evidente de la misma línea, es en estos momentos la opción más probable.

Herrera recuperaría una línea con Bergantiños como ancla, a lo Sergio, y con dos interiores de recorrido. Otra opción es dotar al equipo de más músculo con Rachid Aït-Atmane como opción más fiable. El argelino, que ya disputó sus primeros minutos ante el Valladolid, centra los focos a dos días del partido. Paco le tiene que dar una vuelta.