La Voz de Asturias

La Pizarra: El Sporting gana en modo apisonadora

Sporting 1905

Alejandro Vigil Morán
Djuka

Opinión desde el banquillo del Córdoba 1-2 Sporting

18 Mar 2019. Actualizado a las 15:02 h.

Contaba José Alberto al acabar el encuentro en El Arcángel que sus jugadores se encuentran en un momento muy elevado de confianza y no le faltaba razón. El Sporting remontó un marcador en contra por primera vez desde su regreso a Segunda división y lo hizo sin alterar un ápice su plan inicial, a su ritmo, lento pero decidido, como si en su interior supieran que sus opciones de triunfo llegarían al final. El gol encajado en posible fuera de juego no le hizo temblar el pulso a un equipo que logró su tercera victoria consecutiva al vencer por 1-2 al Córdoba.

La nueva propuesta del cuerpo técnico basa su método en un fútbol más directo y con dos delanteros centro que se encuentran como máximos responsables de hacer jugar a su equipo, recibiendo el cuero y jugando de cara mientras su compañero se desmarca para buscar el remate en pocos toques, tal como se entrenó durante los ejercicios de la semana. Todo ello bajo una consigna clara, tanto en los balones parados como en el juego estático hay que acabar siempre las jugadas que llegan cerca del área rival; entre comillas, es indiferente dónde acaba el disparo si con ello se logra evitar una contra, esa acción que tanto daño hizo al Sporting durante el comienzo del 2019.

La línea defensiva se ha retrasado, tratando de evitar una presión alocada que provoque fugas de agua a la espalda; la intención ha pasado de la máxima intensidad a la defensa por acumulación en un 4-4-2 a la espera del error rival, que en la categoría de plata suele acabar llegando. Una idea que está ofreciendo resultados, aunque se muestra poco vistosa, ante lo que José Alberto se escuda asegurando que hoy en día priman los puntos y es complicado encontrar un fútbol vistoso incluso en Primera división.

El juego de toque brilla por su ausencia, pero también el control del partido, lo que en alguna ocasión puede dar un susto inesperado. En ese sentido, algunos futbolistas como Carlos Carmona reclaman saber marcar los tiempos en determinadas ocasiones y no jugar por defecto en largo, lo que a veces puede llevar a regalar el cuero al rival sin necesidad.

Los más contrarios señalan que se pudieron perder los tres partidos -Peybernes apuntó que fue la peor primera parte en la etapa José Alberto-, mientras los máximos defensores recuerdan que el Córdoba empató su último partido en casa frente al Málaga encajando un gol en el minuto final y no era ningún conjunto infantil, así como ganar en Los Pajaritos o al Almería en Gijón, siendo el equipo más en forma de la categoría junto a Osasuna y el más peligroso como visitante, no es "moco de pavo".

Las tres preguntas incómodas

 

La propuesta inicial

José Alberto apostó por un 4-4-2 que ofreció una versión más estructurada de lo habitual en sus automatismos colectivos. Mariño en portería; defensa de cuatro para Geraldes, Peybernes, Álex Pérez y Molinero. En el día de ayer destacó especialmente la escasa vocación ofensiva de los laterales.

Por delante de ellos se mantuvo a Cofie, más apagado que de costumbre en ataque y defensa, aunque su anclaje posicional le ofrece mayor libertad a sus compañeros e indirectamente les hace mejorar, tal como le pide el cuerpo técnico. A su vera, aunque con mayores libertades ofensivas y posicionales jugó Nacho Méndez como complemento al doble pivote. El asturiano se dejó ver más, pero ayer no supo marcar los tiempos del partido y siendo lo más parecido a un organizador de juego sobre el verde, se trata de lo exigible. No obstante, llegó hasta las 14 acciones defensivas.

En las bandas, Carmona sufrió en un partido donde no encontró excesivos socios mientras el balón volaba de lado a lado, aunque en defensa trabajó como un medio más y se fue hasta las 22 acciones. Como guinda, abrió la jugada del primer gol con su saque de córner y marcó el 1-2 de volea. Mientras por parte de Aitor, fue el único hombre sobre el campo que buscó algo diferente al intentar los uno contra uno en velocidad contra su par -lo intentó 9 veces y ganó 5 duelos-, pero sus disparos y pases no acabaron en acierto.

En la delantera, Alegría hizo jugar más al equipo aunque le faltó llegar al remate, mientras Djuka aprovechó bien los espacios encontrando dos interesantes ocasiones de gol que no fue capaz de empujar a gol. Sus nombres acumulan la mayor parte del peligro asturiano y son los primeros en ponerse el mono de trabajo en fase defensiva.

Los cambios

Ivi por Aitor. Cambio de hombre por hombre. Con menos velocidad pero mayor toque, el extremo buscó también sin éxito el desborde por banda y provocó la falta del 1-2. Un movimiento lógico desde el banquillo, puesto que Ivi tiene más gol y podría haber aprovechado algún balón suelto en la frontal en medio de un partido dividido. Le sirvió para ganar ritmo de juego.

Cristian Salvador por Nacho. Hombre por hombre, el asturiano tenía una tarjeta amarilla. Salvador no falló ningún pase y aumentó una marcha más el fútbol del Sporting con su intensidad en la zona ancha cuando el marcador seguía 1-1.

Pablo Pérez por Djuka. Entró para ayudar al equipo desde lo colectivo y lo logró. Es el hombre que peina en un primer momento el balón parado botado por Molinero y que acaba en el 1-2.

Balón parado

Se evitaron en mayor medida los famosos contragolpes rivales después de los balones parados a favor. La entrada en los onces de Alegría parece haberle dado otro toque al equipo rojiblanco en ataque y su simple presencia ya genera caos en el área rival.

A nivel defensivo se echó en falta una mayor personalidad de Mariño para dominar el área.

Nota final para José Alberto y su cuerpo técnico

Bien. El equipo está lejos de ser brillante, pero al menos ha enlazado su mejor racha de victorias en lo que va de temporada. Además los cambios ayudaron al equipo, se han corregido errores del pasado y se ven sobre el campo las cosignas enyadadas en Mareo. Falta mucho que mejorar para ganar el derbi asturiano.


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