Creció al mismo tiempo que la empresa de sus padres, Mariscos Comesaña, pero como hija que es de su tiempo, Águeda Comesaña le dio una vuelta al negocio familiar y puso en marcha una web para ofrecer por Internet lo mismo que ellos en el mercado tradicional: marisco de calidad. El 20 % de la facturación ya corre a cuenta de Sal y Laurel, y su familia se ha rendido al poderío digital
Susana Luaña