Corea del Norte exhibe su progreso

Sara R. Estella LA VOZ EN PYONGYANG

ACTUALIDAD

INTERNATIONA PEACE FOUNDATION | EFE

Los ciudadanos aplauden el discurso de su líder, Kim Jong-un, en el congreso del partido único, del que todavía se desconoce las decisiones que se han tomado

13 may 2016 . Actualizado a las 11:05 h.

El hermetismo en torno a la cita política más importante en décadas para Corea del Norte continuó ayer, en su segunda jornada. Nada ha trascendido todavía de las decisiones tomadas en el histórico congreso del partido único. De nuevo, a última hora del día la televisión oficial emitió la imagen de varios delegados alabando la figura de Kim Jong-un, cuyo poder se verá ratificado en este cónclave.

Como el día de la apertura, el joven dictador volvió a lucir un inusual traje de corte occidental. Un detalle que ha despertado el interés de los ciudadanos en las calles de Pyongyang. Para muchos, este nuevo atuendo lo asemeja aún más a su abuelo, Kim Il-sung, considerado el fundador de la patria y que en todas las fotos oficiales aparece con traje y corbata. «Me emocioné muchísimo cuando lo vi con el traje. Ahora es idéntico al gran líder Kim Il-sung y eso solo puede traer prosperidad para Corea», explicó a La Voz entre gestos de admiración una mujer de mediana edad que se identifica como Gyun.

A pesar de que el discurso se emitió pasadas las diez de la noche en Corea del Norte, muy tarde para un país que madruga para aprovechar las horas de luz, los ciudadanos aseguran que esperaron despiertos hasta que terminó. «Estaba tan emocionado por escuchar al gran camarada Kim Jong-un que no me di cuenta de la hora. Sus palabras atemorizarán a nuestros enemigos y nos harán más fuertes», nos contó un maestro de 40 años.

Por si alguno se lo perdió, la televisión norcoreana repitió el mismo boletín informativo durante todo el día y el diario oficial del régimen, el Rodong Sinmun, estaba impreso a todo color y dedicaba todas sus páginas a informar sobre el congreso.

El barrio de los científicos

En la recién inaugurada avenida Mirae, donde se han levantado coloridos rascacielos para acoger a los científicos, todos aplaudían los éxitos nucleares que el joven dictador destacó en su discurso. «Las sanciones de Estados Unidos y sus aliados nos han obligado a recurrir a nuestros propios medios para desarrollar nuestra defensa. Por eso es normal que produzcamos armas nucleares», nos dijo Jong Pong Do.

Precisamente ella es una de las agraciadas con una de las enormes viviendas de más de 200 metros cuadrados que han edificado en este barrio. Su marido es un importante científico, tiene 73 años y «trabajará hasta la muerte por el progreso del país», señaló Jong junto a los retratos de los anteriores líderes que cuelgan en el salón de su casa.

Los esfuerzos propagandísticos del régimen norcoreano se centran en vender los avances y la modernización de Pyongyang, donde vive el diez por ciento de la población del país. Según los expertos, la capital está reservada a las élites, lo que explica por qué todos justifican y aprueban la retórica bélica del discurso del joven dictador. Como era de esperar, las palabras de Kim Jong-un no fueron bien recibidas en Corea del Sur ni en Estados Unidos, que criticaron la decisión del régimen norcoreano de continuar con su programa nuclear y de misiles. En una conversación telefónica, el ministro de Exteriores surcoreano, Yun Byung-se, y su homólogo estadounidense, John Kerry, acordaron aumentar la presión sobre el país más aislado del mundo.