Pedro Sánchez da un no rotundo a la oferta de Iglesias para ir juntos al Senado

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

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El líder socialista desautoriza a Ximo Puig, que quiere un acuerdo con Podemos

13 may 2016 . Actualizado a las 13:48 h.

Pablo Iglesias ha tomado claramente la iniciativa al inicio de la larga precampaña que conduce al 26J. Tras cerrar el acuerdo para que Podemos e IU vayan unidos a las urnas, se descolgó ayer con una sorprendente oferta al PSOE para presentar listas conjuntas en el Senado. «No, gracias», fue la inmediata y contundente respuesta que le dio Pedro Sánchez, quien defendió que su partido tiene «un proyecto autónomo y distinto», al tiempo que le recordaba que Iglesias ya desaprovechó la oportunidad de votar por el cambio, pero rechazó por dos veces su investidura como presidente del Gobierno. Para el líder socialista, la iniciativa es una mera «operación de márketing para decir que el PSOE no quiere entenderse con Podemos». «Ya tengo cierta experiencia con Iglesias, con sus insultos, descalificaciones y regalo de libros», señaló Pedro Sánchez.

Nuevo revés para Sánchez

La propuesta de Iglesias provocó otra crisis dentro del PSOE, en este caso un enfrentamiento entre Sánchez y el presidente valenciano Ximo Puig. La ejecutiva de los socialistas valencianos decidió proseguir las negociaciones que mantiene con Podemos y Compromís desoyendo la negativa del secretario general. Desde la sede socialista se dejó claro anoche que Sánchez no está dispuesto a que Puig vaya por libre y que la dirección echará abajo el preacuerdo al que han llegado ya las tres formaciones si no da marcha atrás. Lo haría en la reunión que mantendrá la comisión federal de listas el viernes, que es previa al comité federal que se celebrará el día siguiente para ratificar las candidaturas. Por primera vez, Sánchez desautoriza a un barón después de que el día anterior el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, vaticinara que Susana Díaz le disputará la secretaría general tras el 26J.

El consejo ciudadano de Podemos remitió una carta al comité federal de los socialistas defendiendo la alianza, en la que destacaba que el PP con solo 28,7 % de los votos en el Congreso obtuvo el 60 % de los escaños en la Cámara alta, «consolidando así una minoría de obstrucción y bloqueo que dificultaría la acción del Gobierno de cambio», con lo que podría «ralentizar sine die el proceso legislativo y obstaculizar las profundas reformas que necesita nuestro país».

En el texto resaltaba que los socialistas de la Comunidad Valenciana, Baleares y Aragón ya habían planteado la necesidad de forjar alianzas de izquierdas para superar al PP. El secretario general de la formación morada pidió al líder socialista que recapacite y reconsidere su oposición y abundó en las divisiones que hay entre los socialistas a este respecto. ««Me consta que en muchos territorios hay dirigentes socialistas que están de acuerdo», aseguró. Citó expresamente al presidente valenciano, Ximo Puig. Iglesias pidió al líder del PSOE que al menos permita que su iniciativa se debata en el comité federal para que se escuche a los barones que son favorables al pacto.

Pero la oferta de Iglesias estaba destinada al fracaso. Y el líder de Podemos contaba con ello. Si Sánchez lo hubiera aceptado se habría quedado prácticamente sin discurso en la campaña, ya que uno de sus ejes fundamentales es presentar al dirigente de Podemos como el gran responsable de que no haya habido un Gobierno de cambio. La propuesta de Iglesias hay que enmarcarla en la batalla a cara de perro por el espacio de izquierda que se va a dar el 26J. Aunque su estrategia es repetir una y otra vez que el PSOE es un aliado y el adversario es el PP, sabe que el histórico sorpasso está al alcance de la mano y ese es uno de los motivos, junto a la caída de Podemos que registraban las encuestas, de su alianza con Alberto Garzón.

Vuelco electoral

Un hipotético acuerdo electoral de los socialistas, Podemos e IU para concurrir juntos al Senado supondría un vuelco electoral, ya que sus candidatos serían los más votados en 49 de las 59 circunscripciones para repartir 208 escaños de la Cámara alta, de acuerdo con los resultados del 20D. En las elecciones, el PP venció en 45 circunscripciones y revalidó su holgada mayoría absoluta en esa Cámara. El PSOE triunfó en cinco y Podemos, en tres. Las seis restantes se repartieron entre los nacionalistas vascos, catalanes y canarios.