180 días de incertidumbre en la jefatura del Estado

CARLOS OCAMPO REDACCIÓN / LA VOZ

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Durante su destierro político, Dilma Rousseff deberá abandonar Planalto, pero podrá ocupar la residencia presidencial, el palacio de la Alvorada

13 may 2016 . Actualizado a las 13:02 h.

En cuanto el Senado baje el telón de la sesión plenaria abierta ayer, si, como todos los sondeos indican, aprueba abrir el juicio político, Dilma Rousseff quedará suspendida temporalmente como presidenta de Brasil

¿Cuándo será efectiva la destitución? ¿Es una medida definitiva?

La suspensión de la presidenta será efectiva desde que, al día siguiente de la votación, reciba la preceptiva notificación. Entonces comenzará el juicio político propiamente dicho en el Senado y quedará apartada de sus funciones durante 180 días. Al cabo de ese tiempo, aunque el juicio puede seguir adelante, Rousseff volverá al poder. Antes o después de ese plazo, con el voto favorable de dos tercios de la Cámara alta la destitución será definitiva. 

¿En qué situación Dilma?

Durante su destierro político, Dilma Rousseff deberá abandonar Planalto, sede del poder Ejecutivo, pero podrá ocupar la residencia presidencial, el palacio de la Alvorada. Su sueldo quedará reducido a la mitad. El presidente del Senado marcará su agenda. Dispondrá de un equipo de asesores.

¿Qué ocurre con la jefatura del Estado?

En cuanto Rousseff quede apartada cargo, el vicepresidente de Brasil, Michel Temer, se convierte en presidente interino con todos los poderes. Desempeñará todas las funciones del jefe del Gobierno y del Estado: podrá nombrar y destituir a ministros, ordenar decretos, enviar proyectos de ley al Congreso, y representar a Brasil en actos oficiales. Si la destitución de Rousseff fuera definitiva, Temer acabaría su mandato en el 2018. 

¿Puede alguien detener este proceso?

El Gobierno y varios partidos que se oponen a él han apelado ante el Supremo. Sin embargo, el alto tribunal rechazó ayer mismo el último recurso del abogado general del Estado, basado en supuestos vicios en el origen del proceso. Cabe la posibilidad de que las investigaciones por corrupción, que ya se llevaron por delante a Eduardo Cunha, siguiente en la línea sucesoria por detrás de Temer, acaben también en la destitución del mismo vicepresidente y del presidente de la Cámara alta, Renan Calheiros, que también figuran como sospechosos en la trama de sobornos de Petrobras. En tal caso, se produciría un vacío de poder y el Supremo convocaría elecciones.