Más de la mitad de los senadores de Brasil se declaran a favor de procesar a Rousseff

Agencias

ACTUALIDAD

ADRIANO MACHADO | REUTERS

La sesión de la cámara alta cumple ya las 18 horas. La apertura de juicio político a la presidenta se decidirá por mayoría simple, por lo que la mandataria será separada del cargo hoy mismo

13 may 2016 . Actualizado a las 13:02 h.

Más de la mitad de los senadores de Brasil, 41 de los 81 integrantes de la Cámara alta, se han declarado en sus discursos a favor de someter a un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff y a apartarla del cargo, informa Efe. La medida se decidirá por mayoría simple, por lo que si los senadores confirman con su voto la opinión que han proferido desde la tribuna de oradores, Rousseff será separada del cargo hoy mismo durante los 180 días que puede durar el proceso.

Cuando se habían cumplido las primeras 18 horas de una sesión que se desarrolló durante el miércoles y ya entró en la madrugada de hoy, tomaron la palabra 58 senadores, de los cuales 41 declararon su inclinación a aprobar el juicio político, 16 se manifestaron en contra y sólo uno no aclaró sus intenciones.

Durante la noche previa, manifestantes contrarios al impeachment se apostaron frente al tribunal entre gritos de «Anula, Teori», en alusión al juez Teori Zavascki, encargado del pronunciamiento, informa Colpisa. En una respuesta inusitadamente rápida, el magistrado puso fin a las expectativas de milagro que esperaban en el palacio de Planalto, sede de la presidencia.

El senador Lindbergh Farías, del Partido de los Trabajadores, lamentó el fallo del juez, pero añadió que no desistirán. «Vamos a luchar hasta el último instante», dijo pensando ya en que el juicio político no acabe con la destitución definitiva de Rousseff.

Sin esperar el fallo del Supremo, el Senado comenzó una sesión maratoniana en la que se inscribieron 68 oradores. Por mayoría simple, la Cámara alta debía decidir, ya en la madrugada española, si autorizaba la apertura del juicio de destitución. Según los cálculos previos, los partidarios del impeachment superaban los 41 votos necesarios. En vano fueron los intentos de senadores oficialistas por aplazar el inicio de la sesión hasta el pronunciamiento del Supremo.

Las deliberaciones comenzaron con los discursos de cinco legisladores a favor del juicio. Tras el descanso de mediodía, y conocida la decisión de Zavascki, siguieron las intervenciones. Para el presidente de la comisión especial, Antonio Anastasia, hay «indicios suficientes» de que la presidenta cometió un «crimen de responsabilidad» al practicar las llamadas pedaladas fiscales.

Con un resultado final favorable a la suspensión de Rousseff como el que se anticipaba anoche, la presidenta, que hasta ayer firmó decretos y se reunió con ministros, debería ser informada este jueves personalmente sobre la decisión. Dilma se negó a renunciar y sostuvo que prevé «luchar hasta el fin». Pero su despacho ya estaba vacío. La presidenta confía en que se probará su inocencia y que podrá volver en seis meses.

Si bien existe la esperanza de un proceso más ecuánime que en la Cámara baja, aunque el Senado, presidido para la ocasión por el presidente del Supremo, terminara absolviendo a Dilma dentro de seis meses, sus opciones políticas de volver parecen escasas. Rousseff tardó demasiado en reaccionar ante una crisis política y económica de larga duración y, con la derrota en el Senado, deberá entregar el cargo a su vicepresidente, y exaliado, Michel Temer. Tachado por la presidenta de «golpista» y «traidor», Temer lleva semanas conformando un Gobierno que, según esperan los mercados, pondría en marcha un ajuste en la ya muy alicaída economía.

Luiz Inácio Lula da Silva planea una estrategia de resistencia que le permita mantenerse en campaña por si una renuncia de Temer diera paso a elecciones anticipadas. El expresidente es el político mejor valorado en las encuestas para gobernar Brasil.