¿La manzana tiene gusano?

Victoria Toro

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CHANCE CHAN | Reuters

La caída de ventas de los dispositivos de Apple obligan a la firma de Cupertino a reiventarse ante sus inversores y entre las futuras novedades no se descarta el iCar

17 may 2016 . Actualizado a las 19:03 h.

En el primer trimestre de este año Apple solo vendió 51,2 millones de iPhones. Parece una cifra altísima, pero no lo es. O no lo es en comparación, porque en el mismo trimestre del año pasado, la empresa creada por Steve Jobs había vendido diez millones más de teléfonos inteligentes. Ese enorme descenso ha colocado a la compañía con sede en Cupertino en una posición muy difícil. Sus resultados interanuales son los peores de los últimos trece años y sus acciones han encadenado jornadas de descensos que las ha situado en el precio más bajo en varios años. Un escenario que obligó a su director ejecutivo, Tim Cook, a salir ante las cámaras buscando la calma de los inversores.

Porque ese es uno de los problemas a los que se enfrenta Apple: que los inversores empiecen a desconfiar. La empresa sigue siendo la más grande del mundo, pero su valor de mercado ha descendido en mil millones de dólares en un año. Hace doce meses, cuando sus acciones estaban disparadas, algunos analistas ya lo advertían. Aunque iba como un cohete, el alza se iba a detener, predijeron entonces. Incluso insinuaron que esa parada supondría un batacazo. Tras lo ocurrido, otra vez, los análisis tratan de ver si estamos ante el principio del fin o, de nuevo, Apple conseguirá reinventarse con alguno de esos cacharros, o iCosas, con las que ha llegado a donde está.

En su aparición en televisión, Cook, defendió esta última alternativa: «En los nuevos iPhone vamos a darles cosas sin las que no podrán vivir, pero que, simplemente, ahora no saben que necesitan». Es decir, lo que la empresa ha hecho hasta ahora. Primero con el ordenador personal, después con los teléfonos inteligentes y, por último, con las tabletas. Porque, y eso es indiscutible, ellos son los que diseñan nuestra cotidianeidad tecnológica o, al menos, los que lo han hecho hasta ahora.

Cook sugirió además que tienen algo en cartera que será, de nuevo, revolucionario. Las especulaciones no se han hecho esperar. Su televisión no está funcionando y su reloj inteligente no va mal, pero tampoco ha sido un bum como el teléfono. Así que es posible que o se trate de algo completamente nuevo o se trate de un coche, como se ha rumoreado insistentemente en los últimos años. El tiempo lo dirá, pero la alternativa del iCar, o como quiera que lo llamarán si se hace realidad, parece la más acertada.

Mientras tanto, los anuncios que ha hecho Apple sobre sus productos más inmediatos no han conseguido frenar la caída. Se espera el iPhone 7 para septiembre próximo resistente al agua, más fino que el iPhone 6 y con algunas prestaciones nuevas pero, al menos que se sepa por ahora, ninguna que le haga tan revolucionario como insinuó Cook.

El otro anuncio, un ordenador sin teclado, tampoco parece haber ilusionado a los inversores. Apple deslizó el rumor justo antes de presentar sus resultados. La intención era obvia, contrarrestar los problemas que esos malos resultados iban a crear, pero no ha funcionado porque, aunque a los expertos en tecnología la idea de un ordenador sin teclado físico les parece buena, no es lo suficientemente innovadora. Y no lo es porque parece muy difícil que ninguna idea vuelva a traer a los ordenadores personales a las grandes cifras de ventas del pasado.

La propia Apple ha visto como las compras de sus Mac se reducían un 10 % el trimestre pasado, el segundo consecutivo con esas mismas cifras de descenso. Pero eso no les está pasando solo a ellos. Los ordenadores se venden cada vez menos.

En este escenario de retroceso hay una división de la compañía de la manzana que sí va bien, incluso muy bien. Es la que dentro de la empresa se llama Servicios. Es decir, la que se dedica a proveer a los dispositivos: contenidos, aplicaciones, software? Y es indiscutible que en el mundo tecnológico actual, la creación de contenidos se está convirtiendo a pasos de gigante en una poderosa industria. Pero los inversores recelan: si los dispositivos no se venden, tampoco lo harán los contenidos para ellos. Aunque podría ser que Apple se reinventara de forma que eso que sí les siga dando dinero, un 20 % de aumento en el último trimestre, y se convierta en el motor del futuro crecimiento.