Sánchez echa mano de viejas glorias del PSOE para relanzar su campaña

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

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Saúco Fernández

Ficha a Robles como número dos por Madrid y rescata a Borrell para asesor de Exteriores

13 may 2016 . Actualizado a las 13:42 h.

Pedro Sánchez contraataca. Tras un inicio de precampaña más que preocupante por la plasmación de la alianza Podemos-IU y el rebrote de las divisiones internas, ha dado un golpe de efecto al fichar para su equipo a dos veteranos de prestigio como Margarita Robles (León, 1957) y Josep Borrell (Puebla de Segur, 1947). El líder socialista ha decidido esta vez apostar sobre seguro, ya que las incorporaciones de dos valores muy apreciados por la militancia difícilmente pueden provocar rechazo entre los críticos, aunque pone de manifiesto la dificultad para incorporar nuevos valores a la primera línea del PSOE.

La actual magistrada del Tribunal Supremo será su número dos en la lista por Madrid en sustitución de Meritxell Batet, que se marcha para encabezar a los socialistas en Barcelona. También rescata al exministro para su «Gobierno en la sombra», un comité asesor de expertos «ministrables» que presentará el próximo domingo en un acto en Barcelona.

Los «ministrables»

Formará parte del mismo como asesor de Asuntos Exteriores, junto con la propia Robles (Justicia); Jordi Sevilla (Economía); Rafael Bengoa (Sanidad); Ángel Gabilondo (Educación): Teresa Ribera (Sostenibilidad y Cambio Climático); Gregorio Cámara (Reforma Constitucional) y Batet, en la vicepresidencia.

Sánchez ha tenido que recurrir para relanzar su campaña a dos viejas glorias de los años 90 que ocuparon cargos relevantes durante el mandato de Felipe González, aunque con el tiempo se distanciaron de él. Robles vuelve a dar el salto a la política en un momento especialmente convulso para el PSOE, que por primera vez corre el serio peligro de verse sobrepasado por la izquierda. Ya lo hizo en 1993, en los estertores del felipismo, cuando se incorporó como secretaria de Estado al ministerio que encabezaba Juan Alberto Belloch. Impulsó la investigación -«caiga quien caiga»- de casos de guerra sucia, como el del secuestro y asesinato de los etarras Lasa y Zabala, que fueron enterrados en cal viva, a pesar de la fuerte oposición de una parte del Gobierno y del partido. Defendió un final dialogado de ETA cuando pocos lo hacían y fue una gran defensora del proceso de paz de José Luis Rodríguez Zapatero, que no veían con buenos ojos destacados dirigentes socialistas. Fundadora y militante activa de la asociación progresista Jueces para la Democracia, en el 2008 pasó a formar parte del Consejo General del Poder Judicial, desde donde combatió la leyes del ministro Alberto Ruiz-Gallardón.

Progresista y feminista

Visiblemente satisfecho, Sánchez calificó ayer a su fichaje como «una mujer independiente, progresista, feminista socialista, que ha dedicado toda su vida a causas tan nobles como la justicia social y la igualdad entre hombres y mujeres». Por su parte, Robles afirmó que «es imprescindible que haya un cambio en este país». «La sociedad, los ciudadanos de España necesitan ese cambio. Necesitan mayor igualdad, necesitan poder pronunciarse libremente y sobre todo que no haya esas desigualdades tan importantes», señaló. «Tenemos que trabajar y dejarnos de discusiones internas y estrategias», manifestó en referencia a los rifirrafes dentro del PSOE. Fuentes del entorno de Robles trasladaron ayer que Podemos también la tanteó para ir en sus listas, pero no tuvo éxito.

Larga carrera

Borrell tiene una larga carrera, en la que ha ostentado cargos como el de ministro de Obras Públicas y el de presidente del Parlamento Europeo. En 1998 derrotó al entonces secretario general Joaquín Almunia en las primarias para elegir al candidato socialista a la presidencia del Gobierno, pero dimitió por la falta de apoyo de la dirección y el escándalo que afectó a dos de sus antiguos colaboradores. El año pasado publicó junto con Joan Llorach

Las cuentas y los cuentos de la independencia, un documentado estudio que desmonta los presupuestos en que se basa el nacionalismo catalán.

Al mismo tiempo que se conocían estas incorporaciones, la diputada y responsable de Empleo del partido, Luz Rodríguez, que formó parte del grupo de expertos que conformó Sánchez, anunciaba su renuncia a ir en las listas. El enfrentamiento entre ambos era notorio desde que fue desplazada de la lista por Madrid en las pasadas elecciones. Su marcha se une a las de Carme Chacón, que renunció a encabezar la lista por Barcelona, e Irene Lozano, fichada del UPyD, que fue en el número cuatro de la candidatura de Madrid.

Díaz rechaza la oferta de Podemos: «¿No somos la casta, el cortijo, la falta de transparencia?»

La presidenta andaluza, Susana Díaz, se alineó ayer con las tesis de la dirección federal y descartó rotundamente la propuesta de Podemos para alcanzar fórmulas conjuntas con las que reducir la mayoría del PP en el Senado. Díaz reprochó que se les haga esa propuesta cuando, hasta hace poco, eran criticados por la formación morada en la región. «¿No somos la casta, el cortijo, la falta de transparencia?», afeó, lamentando que Podemos solo busca «enredar en los partidos y enfangar la vida pública».

Visiblemente molesta, durante la sesión de control en el parlamento autonómico, Díaz mostró la misiva remitida a algunas sedes socialistas, como la de Granada, para citarles a buscar esas alianzas que sí quieren los socialistas valencianos. «No vamos a ir con ustedes», zanjó, defendiendo que los socialistas tienen «un proyecto propio» y «distinto» de «cambio real» para el país. En este punto, la secretaria de los socialistas andaluces arremetió directamente contra la formación morada y lo que considera golpes de márketing. «Ya está bien de jueguecitos y de bromas», dijo en respuesta a una pregunta de la líder de la formación morada, Teresa Rodríguez, sobre las relaciones de la Junta de Andalucía con Ausbanc. «Se les nota demasiado que quieren enredar en el resto de partidos políticos» y «enfangar la vida pública», añadió.

Por su parte, el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, insistió ayer en su propuesta de concurrir al Senado en coalición con Podemos y Compromís, y señaló que lo que no va «a hacer nunca es decidir no dar un paso» porque tenga «miedo a que sea que no».