Capriles: «Si Maduro quiere aplicar este decreto, que vaya sacando los tanques»

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

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MARCO BELLO | Reuters

El presidente de Venezuela afirma que España orquesta una «campaña internacional de odio»

18 may 2016 . Actualizado a las 17:39 h.

El líder opositor venezolano Henrique Capriles anunció que la población «desacatará» el decreto de estado de excepción y afirmó que si Nicolás Maduro desea ejecutarlo «tendrá que sacar sus tanques de guerra y aviones a la calle». «Él cree que sobre la base de tener más poder va a terminar logrando una resignación en la gente, que se acostumbre a la situación. [...] Pues mientras más radical se ponga, más acelerará su salida del poder», agregó. Además, pidió a los militares que se decidan entre Maduro o la Constitución: «Le digo a la Fuerza Armada: aquí está llegando la hora de la verdad, de decidir si usted está con la Constitución o usted está con Maduro».

Capriles señaló que para desacatar el decreto se requería que la Asamblea Nacional lo rechace, lo cual se da por descontado, aunque se teme que después el Tribunal Supremo lo reactive invocando algún tecnicismo, como ya ocurrió con el decreto de emergencia presentado en enero. Pero además el Parlamento debería revocarlo, «según el artículo 339 de la Constitución, que le concede también esta facultad [...], que en términos políticos envía un mensaje mucho más fuerte y pondrá mucho más difícil al Tribunal Supremo reactivarlo», explica el abogado constitucionalista y defensor de los derechos humanos José Vicente Haro.

El decreto 2.323, publicado el lunes, «es una combinación de los tres tipos de estados de emergencia contemplados en la Constitución», según Luis Salamanca, también constitucionalista, que otorga amplias facultades a Maduro. «La situación jurídica actual es muy precaria y conduce a una confrontación de la gente en la calle con el Estado, que cada vez se aleja más del constitucionalismo democrático internacional y se convierte en una dictadura del ejecutivo sobre los demás poderes», añade.

Por lo pronto, desafiando el estado de excepción y al alcalde del municipio más importante de Caracas, el dirigente opositor volvió a convocar para hoy una manifestación para exigir que el Consejo Nacional Electoral no siga retrasando el referendo revocatorio.

«Geopolítica de reconquista»

Maduro trató de contrarrestar la movilización de la oposición con una rueda de prensa con corresponsales internacionales vía Skype en la que defendió el decreto. Afirmó que el Ejército había detectado «una intromisión en el espacio aéreo venezolano de un avión espía estadounidense» antes de denunciar que su Gobierno padece «una campaña mediática internacional de odio y manipulación» que parte «desde España». «Toda esta campaña tiene como eje Madrid-Miami-Washington, pero el centro planificador, ejecutor de lobby, está en Washington. Todos los embajadores de Estados Unidos en el mundo tienen la prioridad de sumar en contra de Venezuela», afirmó. «Creen que ha llegado el momento después del golpe de Estado en Brasil [...] y buscan el ablandamiento del terreno» antes de lanzar una intervención militar, añadió.

«Es una geopolítica de reconquista de América Latina y el Caribe desplegada por el imperio: por eso calla sobre el golpe en Brasil y se abalanza sobre Venezuela», alegó. Y acusó de estar «involucrada» en ella a «toda esa oposición y esa Asamblea Nacional inoperante, ineficiente, inútil, dominada por la vieja oligarquía burguesa».

Pensionistas que residen en el extranjero llevan sin cobrar desde enero

Vigo, Madrid, Barcelona, Bilbao y Tenerife, pero también ciudades de Chile, Italia y Portugal vivieron ayer una jornada de protestas de jubilados venezolanos que llevan desde enero sin cobrar sus pensiones, informa Efe.

El problema afecta a más de diez mil pensionistas que viven en distintos países con los que Venezuela tiene convenio.

Debido a la demora, los afectados, la mayoría de avanzada edad, deben alquileres o no pueden comprar medicamentos, según explican en un documento entregado a la cónsul general, Ginette de las Nieves González Latorraca. Muchos, que prefieren ocultar sus nombres por miedo a represalias, han tenido que volver a vivir con sus hijos.

La oposición no cree necesaria la mediación de Zapatero

El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero llegó ayer a Caracas con el propósito de mediar en la crisis venezolana. Lo hizo acompañado de otros dos exmandatarios, el dominicano Leonel Fernández y el panameño Martín Torrijos. Todos son cercanos a Maduro y en diciembre formaron parte del grupo de observadores oficiales de las elecciones.

Fuentes cercanas a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), declararon, bajo condición de anonimato, que aceptarán las invitaciones que puedan recibir de los expresidentes, incluso aunque creen que mediar no es la palabra adecuada para lo que sucede en Venezuela. «Vamos a hablar con ellos porque es importante que comprendan que la situación en Venezuela es la de un Gobierno cada vez más antidemocrático y que ellos tienen que, de alguna manera, hacerlo entrar en razón», indicó el portavoz opositor.

La visita de los expresidentes es vista en la oposición con cierta simpatía, porque puede «ayudar a que el Gobierno no siga eludiendo su compromiso y parapetándose en el Supremo y el Consejo Electoral, y el referendo revocatorio tiene que avanzar». Pero creen que «no se necesitan mediadores para el diálogo, el espacio de diálogo es el Parlamento, como en cualquier país del mundo, y el Gobierno lo niega sistemáticamente».

A pesar de que Maduro fue quien invitó a Rodríguez Zapatero en diciembre, en la oposición se reconoce que el exjefe del Gobierno español se reunió también con los dirigentes de la MUD, aunque fuera el mismo día de los comicios y después alabara a Maduro por promesa de «aceptación» de los resultados.

Zapatero, Torrijos y Fernández también forman parte de la Comisión de la Verdad creada por el presidente como alternativa a la Ley de Amnistía aprobada por la Asamblea Nacional y declarada inconstitucional por el Supremo, a la que la oposición no asiste por considerarla amañada. No está convocada ninguna reunión de dicha comisión para los próximos días.