Toque de queda en Bagdad tras la vuelta de las protestas contra el Gobierno en la Zona Verde

Laura Fernández Palomo AMÁN / CORRESPONSAL

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ALI ABBAS | EFE

La mayoría eran simpatizantes del prominente clérigo chií, Muqtada al Sadr, que lideraron también el asalto del 30 abril al Parlamento para exigir reformas políticas

21 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Oh, Ejército, este país está herido. ¡No te pongas del lado de la corrupción!», gritaban el viernes los manifestantes cuando las fuerzas de seguridad intentaron contener la segunda irrupción en menos de un mes de una protesta contra el Gobierno en la fortificada Zona Verde de Bagdad. La mayoría eran simpatizantes del prominente clérigo chií, Muqtada al Sadr, que lideraron también el asalto del 30 abril al Parlamento para exigir reformas políticas. La policía reaccionó con fuego real matando, al menos, a tres manifestantes, e hiriendo a decenas de ellos, según el medio kurdo Rudaw. Tras contener la protestas, se impuso el toque de queda en Bagdad y sus alrededores «hasta nuevo aviso».

Como en la última convocatoria, el viernes de rezo congregó a miles de manifestantes en la plaza Tahrir, de Bagdad, tras lo cual cientos de ellos se dirigieron de nuevo hacia el área más controlada de la capital, donde se ubican embajadas y sedes institucionales, hasta entrar en la oficina del primer ministro, Haider al Abadi. A diferencia de la anterior protesta, que fue eminentemente pacífica, las fuerzas de seguridad cargaron con gases lacrimógenos, pelotas de goma y fuego real. «La policía antidisturbios está conteniendo a cualquier persona que intenta dañar las instituciones del Estado, de conformidad con la ley», declaró a la televisión estatal el Comando de Operaciones de Bagdad.

Las protestan del 30 de abril terminaron al día siguiente con la retirada voluntaria de los manifestantes, que prometieron volver si no se completaba el Gobierno de tecnócratas independientes encargado de aplicar las reformas para calmar la crisis política que tambalea el país. Es una de las principales demandas para acabar con el sistema clientelista y sectario impuesto tras la guerra de Irak. Sin embargo, Al Abadi se enfrenta a la resistencia de las fuerzas políticas para componer el nuevo Ejecutivo, reacias a perder sus privilegios.

El descontento popular sigue aumentando después de dos semanas en las que Bagdad ha sido objetivo de una campaña de atentados suicidados del Estado Islámico (EI) que ha provocado más de 200 muertos.