Henrique Capriles: «Este año habrá cambio de Gobierno»

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

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Pedro García Otero

El gobernador de Miranda cree que lo único que puede desactivar una explosión social es acudir a las urnas

22 may 2016 . Actualizado a las 09:47 h.

El excandidato presidencial y gobernador de Miranda, Henrique Capriles, ha ido endureciendo su discurso contra Nicolás Maduro. Lo ha hecho en la medida en que su tesis, la de solicitar el referendo revocatorio presidencial contra el cuestionado mandatario venezolano ha ido ganando aceptación entre sus conciudadanos.

Hoy, Capriles afirma que «este año habrá revocatorio y cambio de Gobierno en Venezuela». El líder opositor conversó con La Voz de Galicia sobre la actualidad del país sudamericano y sobre el papel de José Luis Rodríguez Zapatero en una eventual mediación para lograr el diálogo.

-¿Cómo interpreta el momento político y cuál es su pronóstico para los próximos meses?

-Venezuela es como una bomba que puede estallar. La tensión social está creciendo y el país se sigue deteriorando día a día. Nosotros no queremos que explote. Como sabemos que una explosión social sería lo peor para el país, hemos planteado la solución electoral.

-¿Qué notó al hablar con Zapatero y por qué cree que está intentando mediar en un diálogo?

-Cuando Rodríguez Zapatero nos preguntó si estábamos dispuestos al diálogo, le contestamos que siempre lo hemos estado, pero el diálogo no depende de nosotros. Y que quede claro: Nosotros no somos, ni vamos a ser, los salvavidas de Maduro. Al exjefe de Gobierno español le dijimos que no vamos a sentarnos en una conversación hipócrita para darle tiempo a que el revocatorio no suceda. El diálogo que podemos tener es el que tienda a ponerle una fecha al revocatorio. A este Gobierno lo único que le interesa es mantenerse en el poder, y no le importa si Venezuela queda en la ruina.

-¿Ha habido algún contacto con el chavismo a algún nivel? El presidente Maduro anunció que había autorizado a un grupo del PSUV a dialogar con la opositora MUD, no especificó nombres.

-Hay diálogo todos los días con los chavistas en la calle, no con la dirigencia. Esta mal llamada revolución destruyó dos culturas: La del diálogo, lo que es la cotidianidad en cualquier país, aquí es la excepción. Y la segunda es la cultura de hacer política. Este Gobierno no hace política. Pero hay una que no ha podido destruir, y que se fortaleció con la destrucción de las otras dos: es la cultura del voto como expresión del pueblo. Se ve en la participación masiva en todas las elecciones y en cómo la gente siempre exige que los problemas se resuelvan votando.

Si Maduro anunció un diálogo, yo lo digo bien clarito: a mí no me interesa hablar con Maduro. Ni yo ni el país tenemos nada de qué hablar con Maduro, salvo para ponerle fecha al referendo.

-¿Aunque no sea este año?

-No hay ninguna razón para que no sea este año. Esa es una matriz de opinión que el chavismo ha querido impulsar.

-Sobre la gente con la que sí habla, ¿cómo son en este momento sus relaciones con Leopoldo López? En la calle hay una visión de que «o Leopoldo o Capriles», parece una dicotomía nacional?

-Fui a la cárcel de Ramo Verde, no tuve acceso a conversar con él, pero hemos hablado a través de mensajes. Hay gente interesada en crear intrigas y promover enemistades. Lo cierto es que Leopoldo está preso y yo, como todos los venezolanos que somos demócratas, rechazamos que esté preso, como todos los presos políticos. Cualquier diferencia que hayamos podido o podamos tener, tenemos que ponerla de lado y poner el objetivo superior arriba, que es el cambio en Venezuela. Leopoldo será necesario para ese cambio. Todos los líderes que están presos, y los que no, también.

-También pasó un tiempo en la cárcel en el 2004. ¿No teme que vayan a por usted?

-Yo estoy defendiendo la Constitución, estoy defendiendo la legalidad, estoy defendiendo una solución democrática y si la respuesta del Gobierno ante lo que yo estoy proponiendo es meterme preso, que lo haga. Con eso no van a frenar el revocatorio, ni va a frenar la solución que estamos planteando.

-¿Cuáles son las próximas acciones de la oposición, luego de estas semanas tan duras?

-En este momento lo que es efectivo es la constancia de la demanda. Todos los días estamos teniendo una actividad de exigencia, de demanda social, de demanda política. Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe. ¿Qué queremos nosotros? Que «romper» signifique el revocatorio. Estamos definiendo las movilizaciones de las próximas semanas y las vamos a anunciar en breve. La semana que viene va a haber movilización.

-Hablando del tema social, ¿cuál es el punto de quiebra de la ruptura social?

-La ruptura social ya se dio. El estallido social, el desbordamiento, es muy difícil de prever cuándo sucederá, pero lo cierto es que viene. Cuando se convocó el primer firmazo, aquí hubo una bajada de presión gigantesca en apenas cinco días. Si las señoras del Consejo Electoral tuvieran un poquito de amor por el pueblo, entenderían que trancar el revocatorio es ponerle gasolina al fuego.

-Habla del «objetivo superior». ¿Cree que ese objetivo superior puede lograrse este año, y están ustedes preparados por si ese objetivo sucede?

-Yo sí creo que va a haber revocatorio y un cambio de Gobierno. Me dirán «es optimista» y sí, soy optimista, pero tengo razones, las veo en el país que recorro. El revocatorio se va a volver indetenible y el Gobierno no va a tener más remedio que aceptarlo, someterse a la consulta popular.

Y no quiero que esto suene poco modesto, pero nosotros sí estamos preparados para cambiar este país. Nosotros podemos hacer que el país sienta una recuperación en un año. No es decir que la crisis del país se resuelve en ese lapso, eso es demagogia. Cuando haya un cambio en Venezuela va a haber un cambio en el clima de inversión, que no va a haber un Gobierno enemigo, sino un Gobierno promotor.

«Estos gobiernillos farsantes caen por la corrupción, no por una conspiración»

Henrique Capriles comenzará a hacer giras por América Latina para promover el referendo, después de los llamamientos al diálogo de la comunidad internacional.

-¿Cómo valora los llamamientos?

-Ya en el mundo se oyen las voces sobre la exigencia del revocatorio. Un político no puede negarse nunca al escrutinio popular, y Maduro se está negando, además, a un escrutinio que está establecido en la Constitución, lo puso él mismo allí cuando fue constituyente en 1999. En los próximos días voy a arrancar giras muy puntuales por Colombia, Perú, Chile, tal vez, voy a ir a Brasil. Preparando además el terreno a la cumbre de Mercosur, en la que a Venezuela le toca asumir la presidencia. Mercosur, Unasur, van hacia un cambio. Y las caídas de los Gobiernos de izquierda no son consecuencia de una conspiración, o de un golpe; son consecuencia de la corrupción.

¿O es que acaso el PT en Brasil no se cae por la corrupción? ¿O es que acaso la señora Kirchner, además de todas las barbaridades que cometió, no permitió también una profunda corrupción? Estos gobiernillos se escudan en una conspiración internacional contra la izquierda. ¡No sean mentirosos, farsantes! ¡Se están cayendo por la corrupción!

Y que no digan que soy de derecha. Estoy bastante lejos de la derecha. Se ve en nuestro ejercicio de Gobierno. En Miranda, todo el esfuerzo que hacemos es orientado a la educación, que es igualadora, progresista.

-¿Está la oposición preparándose para las regionales? Parece que el Gobierno no las quiere hacer?

-Nosotros sí, pero el Gobierno no quiere.

-¿Qué van a hacer ustedes?

-Lo que pasa es que el país está muy volcado en el tema del revocatorio. Pero he dicho que revocatorio y elecciones de gobernaciones no son excluyentes. Incluso pudiéramos proyectar un escenario en el que haya revocatorio y en 30 días después usted pueda elegir un nuevo presidente y gobernadores. ¿Qué es lo que quiere el Gobierno? Por supuesto, no quiere que haya elecciones y el referendo lo descarta. El escenario que maneja es el de pegar las elecciones de gobernadores con las de alcaldes, a finales del 2017, jugando a que la gente caiga en la desesperanza y la resignación.