Pablo Iglesias y Albert Rivera protagonizan su cara a cara más agrio en «Salvados»

Tamara Rivas Núñez
T. Rivas REDACCIÓN

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Las continuas interrupciones y descalificaciones enterraron el espíritu con el que los líderes de Podemos y Ciudadanos se sentaron a dialogar en el Tío Cuco hace siete meses

06 jun 2016 . Actualizado a las 15:22 h.

Del Tío Cuco al Círculo de Bellas Artes de Madrid. Siete meses después de su primer cara a cara televisivo en La Sexta, Jordi Évole ha vuelto a juntar a Pablo Iglesias y Albert Rivera en el Partido de Vuelta, el último programa de Salvados para hablar de pasado, presente y futuro de cara a las elecciones del 26 de junio. Y si algo ha quedado claro desde el minuto incial, es que el tono conciliador y dialogante que los líderes de Podemos y Ciudadanos mantuvieron allá por octubre ha quedado enterrado tras unos meses en el que las acusaciones y descalificaciones entre ambos han sido la tónica habitual.

El propio programa de Salvados se encargó de evidenciar cómo esa distancia entre Pablo Iglesias y Albert Rivera ha ido en aumento desde el 20D a través de un vídeo que hacia presagiar que la audiencia no se encontraría en esta ocasión con el espíritu del tío Cuco. Y así fue.

Las acusaciones de intransigencia, de hacer vieja política, de preocuparse solo de las sillas, de falta de generosidad en las negociaciones estuvieron presentes desde el arranque de Salvados, hasta el punto de que el propio Jordi Évole tuvo que intervenir en varias ocasiones para tratar de rebajar el tono en el que fluía un programa en el que hubo continuas interrupciones y en el que la frase «no te pongas nervioso» se convirtió en un mantra.

Hablaron del gasto electoral, de las encuestas, de los posibles pactos tras el 26J, pero las chispas entre Pablo Iglesias y Albert Rivera saltaron a la hora de hablar de los refugiados cuando Jordi Évole les recordó que España solo ha acogido a un 3 % de la cifra a la que España se había comprometido. El líder de la formación morada aprovechó el dato para recordar que en Barcelona, uno de los denominados ayuntamientos del cambio, se han implementado programas para recibir refugiados.

El candidato de Ciudadanos le dio la razón y reconoció su vergüenza ante la «pasividad del Gobierno de España». El momento más álgido del debate llegó cuando Albert Rivera acusó a Pablo Iglesias de ser un demagogo respecto a la crisis migratoria que se está viviendo en Europa. «Pablo, no seas demagogo. Yo he tenido a niños llorando en mis brazos a punto de morir», le espetó el líder de la formación naranja en alusión a su reciente visita a un campo de refugiados griego, a lo que su rival político le contestó preguntando por qué entonces ha votado a favor de quitarle la tarjeta sanitaria a los inmigrantes.

A falta de veinte días para que se celebren unas nuevas elecciones, las encuestas sitúan a Podemos por delante del PSOE, y a Ciudadanos, al igual que ocurría antes del 20D, como cuarta fuerza política. Si las predicciones se cumplen, los partidos políticos están abocados a volver a sentarse a negociar para tratar de formar Gobierno, algo que según Albert Rivera no ha ocurrido porque «Podemos y Rajoy se han dado la mano para impedirlo».

Sobre los posibles pactos tras las elecciones, los líderes de Podemos y Ciudadanos han vuelto a dejar claro cuáles son sus líneas rojas. «Voy a sentarme en la mesa después del 26J con quien quiera hablar, pero Podemos cree en un modelo que nosostros no defendemos», esgrimió Albert Rivera, aunque dejó claro que en caso de ser con el Partido Popular, necesitarán ver un cambio tanto de equipo como de Gobierno porque «Rajoy no representa el cambio que la sociedad demanda». Por su parte, Pablo Iglesias quiso dejar claro que «tiene que haber un gobierno de coalición progresista con el PSOE y les seguiremos tendiendo la mano».

Aprovechando su nueva enésima intervención en horario de máxima audiencia, Pablo Iglesias y Albert Rivera fueron enfrentando uno a uno los aspectos más destacados de sus programas electorales para utilizar el programa de Salvados como una plataforma más para hacer campaña. Sobre la educación, el líder de la formación morada volvió a recordar que la educación pública «tiene que ser la prioridad» aunque para ello habrá que mejorar la calidad, mientras que el líder de Ciudadanos defendió un sistema en el que el modelo público y concertado puedan convivir.

La sanidad y los diferentes modelos de contratos volvieron a avivar la tensión en la mesa. Rivera acusó a Iglesias de «criminalizar a Amancio Ortega» tras la donación del empresario gallego de 40 millones de euros para la lucha contra el cáncer en Andalucía, y el líder de Podemos se defendió asegurando que «una sanidad pública no se tiene que financiar con donaciones» y acusando al PP de cargarse el «mejor sistema sanitario de Europa con la privatización».

En referencia al panorama laboral, Pablo Iglesias advirtió que «el principal problema es la temporalidad», por lo que su partido promete reducirla y «mejorar las condiciones de trabajo» ya que ambas cosas son una «cuestión de eficiencia económica». Por su parte, el líder de la formación naranja propuso que «las empresas que acaban con la precariedad laboral tienen que tener un bono mientras que las que más despiden deberían tener un castigo».

Y así, enfrentándose en cada punto que Jordi Évole les desgranaba, atacándose cada vez que podían, y elevando el tono en sus intervenciones transcurrió el cara a cara entre Pablo Iglesias y Albert Rivera. Un debate que evidencia la ruptura definitiva entre Podemos y Ciudadanos y que a priori vuelve a dejar el panorama posterior al 26J lleno de incertidumbre ante la falta de capacidad de acuerdo entre dos fuerzas que se vislumbran claves para conformar un Gobierno.

Más de tres millones de espectadores

 El «cara a cara» entre Pablo Iglesias y Albert Rivera congregó anoche a 3.237.000 espectadores, con una cuota de pantalla del 18,2 %, y se convirtió en la emisión más vista del día.

No obstante, el programa de ayer se quedó lejos de los datos de audiencia del primer debate moderado por Jordi Évole entre Iglesias y Rivera, emitido el pasado 19 de octubre antes de las anteriores elecciones generales, que fue seguido por 5.214.000 espectadores y se convirtió en el programa más visto de la historia de Salvados.