Estados Unidos reconoce al menos 2.700 muertes con ataques aéreos desde el 2009

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CARLOS BARRIA | Reuters

Las cifras corresponden a intervenciones hasta el 2015 en países como Pakistán, Yemen, Somalia y Libia

02 jul 2016 . Actualizado a las 10:19 h.

Estados Unidos develó el viernes parte de sus acciones contraterroristas secretas al detallar por primera vez la cantidad de muertos en ataques aéreos a países como Pakistán, Yemen, Somalia y Libia. La oficina del Director Nacional de Inteligencia (DNI) dio la cifra de muertes estimadas para los 473 ataques aéreos que dijo haber realizado entre el 2009 y el 2015 fuera de las zonas de guerra de Siria, Irak y Afganistán.

Esos ataques, realizados con drones, aviones y misiles, mataron entre 64 y 116 civiles y hasta 2.581 combatientes, en países como Pakistán, Libia Yemen y Somalia, señaló la DNI. Las autoridades militares estadounidenses publican regularmente información sobre ataques contra el grupo Estados Islámico y otras organizaciones, sobre todo en Irak y Siria. Empero esta es la primera vez que la administración del presidente Barack Obama da una cifra de muertos en países como Libia, Somalia y Pakistán.

El informe se divulgó tras el cuestionamiento de diversas organizaciones y medios de prensa a la legalidad y al secretismo de esas operaciones militares. Los críticos sostienen que los ataque aéreos estadounidenses - y especialmente los ataques con drones- tiene muchas más víctimas de los que dicen las autoridades de Estados Unidos, y la publicación de este viernes no pareció cambiar esa argumentación. La Unión de Libertades Civiles de Estadounidense (ACLU, por sus siglas en inglés) dijo que el informe es demasiado acotado y no elimina las dudas sobre la legalidad del uso de Estados Unidos de su fuerza militar.

«Es difícil reconocer el mérito del balance de muertos del gobierno, que es más bajo que todas las evaluaciones independientes», comentó Hina Shamsi, directora del proyecto de seguridad nacional de ACLU. «El gobierno sigue manteniendo secretas las identidades de las personas que mató, las definiciones que aplica para decidir quién es un blanco legítimo, y sus investigaciones sobre casos verosímiles de supuestas matanzas arbitrarias», sentenció.

Y hasta la DNI reconoció que sus propias cifras podían tener debilidades. «Las cifras publicadas hoy deben ser consideradas a la luz de las inherentes limitaciones en cuanto a poder diferenciar el número preciso de muertes de combatientes y no combatientes dados los entornos no permisivos en los que dichos ataques suelen suceder», expresó la DNI en un comunicado.

Muchas veces, ni las fuerzas armadas, ni los servicios de inteligencia estadounidenses pueden enviar una misión al lugar del ataque de un dron, lo cual lo hace casi imposible determinar de manera definitiva cuantas personas murieron. Según Laura Pitter, asesora de la ONG Human Rights Watch en asuntos de seguridad nacional estadounidense, es imposible verificar el balance de muertos mientras Obama siga sin explicar cuales son las personas que Estados Unidos busca combatir y por qué, y mientras las autoridades estadounidenses no proporciones detalles sobre las víctimas.

«No es posible determinar si las personas que fueron matadas eran civiles, y en consecuencia si Estados Unidos cumple con su propia política y con el derecho internacional», sentenció. Obama firmó este viernes un decreto que ordena a las agencias implicadas en ataques contra grupos extremistas tomar el máximo de precauciones «para reducir la probabilidad de víctimas civiles».

El texto precisa explícitamente que las autoridades deberán reconocer la responsabilidad de Estados Unidos en casos de víctimas civiles y dialogar con el Comité Internacional de la Cruz Roja y las demás organizaciones no gubernamentales que operan en zonas de conflictos.

Pero el presidente que se elija en noviembre, podrá suprimir el decreto y hay críticos que señalan que la medida de Obama llega tarde, al finalizar su mandato de ocho años, durante los cuales mantuvo estos ataques antiterroristas bajo secreto.