La abstención del PSOE a cambio de reformas abriría para Rajoy una legislatura muy complicada

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

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Los expertos se dividen entre los que creen que Sánchez debe irse y los que no ven razones para ello

04 jul 2016 . Actualizado a las 06:57 h.

La aritmética electoral ha vuelto a complicar la formación de Gobierno. Mariano Rajoy necesita la abstención del PSOE para superar la investidura. De momento, la dirección socialista mantiene su rechazo al PP, lo que podría abocar a unas nuevas elecciones, un escenario indeseado por todos los partidos. Los expertos consultados por La Voz consideran que el PSOE tendría que optar por lo menos malo, es decir, facilitar la presidencia a Rajoy mediante la abstención, pero a cambio de un programa de reformas que asuma algunas de sus propuestas. Sobre si Pedro Sánchez debería seguir siendo quien encabece la reconstrucción del partido hay división de opiniones entre los que opinan que un cambio en estos momentos sería negativo y los que sostienen que es imprescindible debido a la caída libre en las elecciones.

¿Qué tendría que hacer el PSOE: votar sí, abstenerse o votar no a Mariano Rajoy?

Santiago Martínez

Abstención y gobierno muy difícil de Rajoy. Sin duda, la situación del PSOE es delicada, pues se encuentra en una encrucijada y decida lo que decida recibirá criticas externas e internas. No obstante, si interpretan que su resultado, nuevamente el peor de su historia, fue debido al papel realizado durante estos seis meses, quizás deban ser prevenidos y evitar repetir el mismo guion que ya saben que les conduce de nuevo a una situación de inacción. Nadie entendió el pacto con Ciudadanos porque la aritmética no daba y porque le bloqueaba el apoyo de su socio más natural, Podemos. Por el contrario, ahora resulta que quien se ha beneficiado de estos seis meses es Mariano Rajoy. Una gran coalición es impensable, votar a favor también, la abstención sería posible y votar no quizás nos llevaría a nuevas elecciones y la ciudadanía le castigaría por ser el culpable de seis meses más sin Ejecutivo. Una abstención podría permitir un gobierno muy difícil a Rajoy, que apenas llegaría a completar la legislatura y el PSOE podría beneficiarse de ello. 

Daniel Ureña 

Claro mandato de facilitar la formación de Gobierno. Creo que el nuevo escenario tras el 26J ha dejado un claro mandato para la formación de un Gobierno cuanto antes. Independientemente de la decisión que tome el PSOE, debería primar el interés general y facilitarse la formación de un Gobierno estable para España. 

Carlos Barrera

La opción menos mala es la abstención condicionada a reformas. Es una encrucijada complicada la que tiene el PSOE, pero también es cierto que se le abren varias opciones y que debería elegir la menos mala para sus intereses y, al mismo nivel, para los de España. Tendrán que hilar fino. Además, sería perjudicial que alargaran en exceso el proceso de la toma de decisión, porque empieza a existir una presión cada vez más fuerte de la opinión pública en favor del desbloqueo de la situación. Quizás lo menos comprometido sería la abstención condicionada a alcanzar algunos compromisos de reformas que proporcionarán una mínima estabilidad.

Félix ortega

Solo es descartable la gran coalición. Depende mucho de la perspectiva que adoptemos. Si se trata de mantener la coherencia ideológica y evaluar el coste / beneficio en términos electorales, el voto en contra sería la respuesta adecuada. Si se busca una fórmula de compromiso entre sectores del partido que propugnan posiciones distintas, la abstención tal vez fuera la decisión capaz de mantener los actuales equilibrios internos. Si se pretende que el nuevo Gobierno adopte un programa con medidas de cambio, votar sí a la investidura facilitaría modificar algunas de las políticas que ha venido impulsando el PP. En este momento el voto negativo es el más probable; pero nada es descartable, excepto la gran coalición. 

¿Cree que Sánchez debería liderar la nueva etapa que se abre para el PSOE?

Santiago Martínez

La división interna es el peor escenario. Sería complejo imaginar a otra persona diferente, ya que lleva relativo poco tiempo como líder socialista y el PSOE entraría en una lucha interna que ahora mismo nada le ayudaría. La imagen de división interna es el peor escenario que podrían ofrecer en estos momentos. La posible alternativa, Susana Díaz, acaba de recibir un revés en su feudo que le hace perder cierta legitimidad de protesta, lo que daría más margen a Pedro Sánchez para decidir. No obstante, Sánchez sufre claramente de un cierto efecto halo negativo, es decir, la imagen tan marquetiniana e impostada con la que se dio a conocer ante los españoles ha quedado tan enquistada en la mente de la gente que va a ser difícil que la corrija. Paradójicamente, necesitará de un plan de imagen que destruya toda la percepción artificial generada hasta ahora.

Daniel Ureña 

Sánchez debe anteponer el interés general al suyo propio. Es una decisión que ha de tomar el PSOE, pero en mi opinión a Pedro Sánchez, si es capaz de anteponer los intereses nacionales a los suyos propios, le beneficiará a largo plazo y reforzaría su imagen como hombre de Estado.

Carlos Barrera

Dar paso a otro líder. Tras dos derrotas consecutivas alcanzando los peores resultados de su partido, la decisión debería ser la de dejar paso a otro líder, si no inmediatamente al menos en el congreso próximo del PSOE. Sánchez se ha quemado bastante, tanto interna como externamente, y su reputación ha quedado en entredicho. En una debacle de resultados no es fácil, sin embargo, adivinar una alternativa. No puede ser nadie de su equipo más próximo. Eduardo Madina o alguno de los barones regionales (no necesariamente Susana Díaz) podrían entrar en juego.

Félix ortega

Cambiar de líder puede erosionar más al PSOE. Pedro Sánchez tiene a su favor conocer de primera mano el complicado proceso político actual y, en caso de elecciones anticipadas, disponer de una imagen pública ya construida. Y en su contra, un progresivo declive electoral y la precariedad de su liderazgo dentro del PSOE. Cambiar ahora de líder puede contribuir a erosionar aún más al partido, por la inestabilidad que proyectaría hacia afuera. Pero los conflictos internos quizá lleven a emprender el camino, arriesgado, de la sustitución, lo cual tendría que realizarse rápidamente, eligiendo a una persona que cuente con, al menos, dos condiciones. Primera, un sólido apoyo interno, y segunda, un capital mediático suficiente como para no tener que construirlo a marchas forzadas. Las opciones se reducen a prácticamente una: la presidenta de Andalucía, Susana Díaz.