Bruselas intenta aplazar a octubre la multa a España por saltarse el déficit

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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OLIVIER HOSLET | Efe

Es la segunda tregua que concede al Gobierno en funciones de Rajoy, pese a las presiones de Berlín

05 jul 2016 . Actualizado a las 01:42 h.

Nuevo golpe de efecto de Bruselas, y ya van dos, para evitar que la Unión Europea sancione a España por negarse a corregir el déficit público, que en el 2015 alcanzó el 5,08 %, frente al techo del 4,2 % comprometido por Madrid. La Comisión Europea estudia la posibilidad de conceder un nuevo balón de oxígeno al Gobierno en funciones de Mariano Rajoy retorciendo una vez más el calendario político y aplazando una sanción que podría ascender al 0,2% del PIB español (2.200 millones de euros) y que desencadenaría la suspensión de los fondos estructurales. 

El pasado mes de mayo, el presidente del Ejecutivo europeo, Jean Claude Juncker, decidió posponer a julio la apertura del procedimiento sancionador «para no interferir en las elecciones». Se desató entonces una guerra entre los ultraortodoxos del Pacto de Estabilidad, con Alemania a la cabeza, y los paladines de la flexibilidad (Italia, Portugal y Francia). La contienda se extendió al colegio de comisarios, que hoy se reúne en Estrasburgo para estudiar los informes sobre España y Portugal, también en la cuerda floja. 

Aunque el debate se celebra hoy, está previsto que Bruselas no adopte una decisión formal sobre la activación del mecanismo de sanción hasta el próximo jueves 7 de julio, solo cinco días antes de que se den cita los ministros de Economía y Finanzas de la UE en Bruselas. Con tan poco tiempo de margen para estudiar la decisión de la Comisión, es muy probable que el Ecofin decida dejar fuera de su agenda el asunto de la multa, a la que tienen que dar luz verde. 

La maniobra de Juncker permite ganar tiempo y atrasar hasta después del verano el expediente, ya que no están previstas nuevas reuniones formales de los ministros hasta entonces. La siguiente cita, que sí será definitiva para España, será el 11 de octubre. Si los 27 deciden seguir adelante con el procedimiento, Bruselas tendrá 20 días para proponer el montante de la sanción. Cuando lo anuncie, el Gobierno español dispondrá de 10 días para recurrir la decisión. Esto nos lleva hasta mediados del mes de noviembre. Bruselas confía en que para entonces, en España haya un nuevo Gobierno capaz de ajustar sus planes presupuestarios a los deseos del Ecofin. La única forma de convencer a sus socios de que lo más sensato es cancelar la multa.

Apetito sancionador

La Comisión Europea ha puesto sus cartas boca arriba sobre la mesa, pero todavía no se sabe cómo reaccionarán los halcones del euro, los países con más apetito sancionador.

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, criticó la primera tregua concedida a España antes de las elecciones porque ponía «en peligro» la credibilidad de las instituciones europeas. Lejos de resignarse, Berlín contraatacó y pidió a los servicios jurídicos del Consejo que se pronunciasen sobre las artimañas legales que utilizó Juncker para retirar la soga del cuello a España. El enfrentamiento llegó a su punto álgido en la cumbre de líderes europeos del 29 de junio cuando el primer ministro italiano, Matteo Renzi, se encaró en pleno debate sobre la imposición de sanciones a España y Portugal con la delegación alemana, a la que acusó de actuar contra el sentido común. En esta cruzada contra los incumplidores, Berlín no está sola. El presidente del Eurogrupo, el socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem, también se ha alineado con Schäuble, quien no ha dudado en amenazar a Bruselas con desautorizar sus decisiones en favor de soluciones intergubernamentales.