Maduro acaricia la idea de disolver el Parlamento

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

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MIGUEL GUTIÉRREZ | Efe

La disolución de la Asamblea Nacional, que significaría un golpe de Estado, no contaría siquiera con la aprobación de buena parte de la cúpula del partido que gobierna Venezuela

05 jul 2016 . Actualizado a las 06:41 h.

Dentro de la cúpula del chavismo se acaricia la idea de disolver la Asamblea Nacional, algo que significaría un golpe de Estado y que no contaría, siquiera, con la aprobación de buena parte de la cúpula del partido que gobierna Venezuela desde hace 17 años, según señaló a La Voz de Galicia un miembro del mismo. Según esta fuente, semejante decisión significaría en el ámbito interno un estallido social y, de cara al exterior, un aislamiento que probablemente el país debería resolver retirándose de la Organización de Estados Americanos, según ha afirmado el propio presidente del Parlamento venezolano, el opositor Henry Ramos Allup.

En dos oportunidades, durante la semana pasada, el presidente Nicolás Maduro señaló que una de las dos prioridades del segundo semestre del año será «la derrota» de la Asamblea Nacional, a la que llamó a «despedirse de la historia». El jefe de su bancada parlamentaria, Héctor Rodríguez, ha comenzado a referirse a la Asamblea Nacional, también desde la semana pasada, como «la moribunda», en evidente alusión a la Constitución de 1961, a la que Hugo Chávez, el antecesor de Maduro, se refería en los mismos términos antes de sustituirla por una de su agrado en 1999.

«Es evidentemente una estrategia que apunta a acostumbrar a la gente a la posibilidad de disolver la Asamblea Nacional, algo que no pueden hacer ni el Tribunal Supremo de Justicia ni, mucho menos, el presidente de la República», señaló la fuente. Las referencias a 1999 «obvian el hecho de que Chávez tenía, en ese momento, un 80 % de popularidad, cifra igual al rechazo que en este momento tiene Maduro». Un rechazo que muestran todas las encuestas de opinión y que en algunas alcanza, incluso, el 90 % de desacuerdo con la gestión del mandatario.

Una posición aislada

La semana pasada, uno de los portavoces más desprestigiados del chavismo, el exgobernador Didalco Bolívar (quien tiene una hija diputada por la oposición), acudió al Supremo a solicitar la «abolición» de la Asamblea Nacional, basándose en que esta «se cree un poder constituyente que pretende poder abolir leyes». El argumento, que no tiene sustento jurídico, no ha sido respondido aún por el tribunal, claramente identificado con el Gobierno (no ha fallado una sola vez en contra de este en trece años).

Algunas voces dentro del chavismo, sin embargo, han calificado de aislada la posición de Bolívar. Así al menos se ha expresado el exdiputado Freddy Bernal, que la ha calificado de «inconstitucional»; pero el exgobernador ha tenido amplia cobertura en los medios del Estado, que solo transmiten las posiciones que interesan al Gobierno.

El último presidente que disolvió el Parlamento inconstitucionalmente en América fue el peruano Alberto Fujimori, en momentos en que contaba con amplia popularidad. La posterior condena de la OEA provocó, igualmente, que su país abandonara la organización panamericana. Actualmente tanto Fujimori como sus principales ministros cumplen prolongadas condenas de prisión. Desenlace que, seguramente, también sopesa Nicolás Maduro.