La libra se desfonda a niveles de la era Thatcher y ya vale menos de 1,3 dólares

Mercedes Mora REDACCIÓN / LA VOZ

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LUCAS JACKSON | Reuters

Otras tres gestoras bloquean sus fondos inmobiliarios por la desbandada inversora

07 jul 2016 . Actualizado a las 11:08 h.

No habían visto los británicos su moneda tan débil desde los tiempos de la Dama de Hierro. Hace ya mucho -tanto como desde 1985- que la libra no se pagaba a menos de 1,30 dólares, como ocurrió ayer.

Nadie sabe en qué va a acabar esto del brexit. Y el dinero, miedoso por naturaleza, prefiere poner pies en polvorosa. No quiere quedarse para averiguarlo. Y en esa desbandada de inversores la principal víctima es, de largo, la libra. Durante las últimas horas las ventas han golpeado su cotización con tanta fuerza que se han llevado por delante varias barreras: la de los 1,31 dólares, la de los 1,30, la de los 1,29 y hasta la de los 1,28 dólares. No tan estruendosa resulta su caída respecto al euro. Al fin y al cabo el brexit no es solo cosa del Reino Unido. Sus repercusiones se van a dejar sentir -ya lo están haciendo- en todo el continente. Por un libra se pagaban ayer menos de 1,17 euros.

Esa sacudida en el mercado de divisas tuvo también su replica en las bolsas, que han dicho adiós -quién sabe si definitivamente- a la minitregua de la que disfrutaron la semana pasada. El Ibex se dejó ayer, en su tercera sesión de caídas, un 1,75 %. Perdió de vista los 8.000 puntos y en el año pierde ya un 17 %. Y la Bolsa de Londres fue otra vez la que menos sufrió de todas las grandes plazas europeas. Bajó un 1,3 % El fuerte peso de las compañías exportadoras -las que sacan tajada de la depreciación de la libra- en el parqué londinense se encarga de amortiguar la caída.

Y ¿a dónde huye el dinero? Pues a donde siempre: oro, franco suizo y, cómo no, bonos alemanes, todo un búnker donde refugiarse de la tormenta.

Los que no pueden llevarse su dinero a otra parte son los inversores atrapados en el corralito impuesto en el Reino Unido por algunas gestoras de fondos inmobiliarios. Hasta el martes eran tres las que habían tomado esa decisión: Standard Life, M&G y Aviva. Ayer ya eran seis: Henderson, Canada Life y Columbia Threadneedle siguieron la estela de las anteriores y bloquearon sus fondos de inversión inmobiliarios en el Reino Unido ante la avalancha de inversores que habían llamado a sus puertas solicitando deshacer sus posiciones para poner pies en polvorosa. El motivo, que, tras el brexit, temen un colapso del mercado inmobiliario británico, por la falta de inversores extranjeros. Un miedo del que da buena cuenta el varapalo que están sufriendo en la bolsa las grandes inmobiliarias británicas, con quebrantos superiores al 20 %, lo que retroalimenta el pavor al estallido de la burbuja, sobre todo, en Londres.

En total, los fondos bloqueados hasta ahora ascienden a unos 15.000 millones de libras, más de la mitad de los 25.000 millones que suponen los fondos inmobiliarios en este país. Y así seguirán hasta que las compañías que los gestionan logren liquidez. ¿Cómo? Vendiendo propiedades. Y todo el mundo sabe que para vender una casa las prisas no son precisamente buenas. Puede tradarse meses.

Francia desoye a Alemania y anuncia que bajará su impuesto de sociedades para sacar tajada del «brexit»

Dijo ayer el todopoderoso ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, halcón entre los halcones, que Europa no iba a responder al anuncio de la rebaja del impuesto de sociedades del Reino Unido -barajan recortarlo del 20 a menos del 15 %- con «una carrera por ver quién los tiene [los niveles de imposición] más bajos». Y en esta jaula de grillos en la que se convierte la UE más veces de las que a muchos les gustaría, le faltó tiempo a Francia para desautorizarlo. Ya había dicho su presidente, François Hollande, la semana pasada que estaban dispuestos a cambiar sus leyes, «incluidas las fiscales», para incrementar el atractivo de instalarse en el país. En un claro guiño hacia quienes están pensando abandonar el Reino Unido ahora que se va de la UE. Ayer, el primer ministro, Manuel Valls, puso negro sobre blanco a qué se refería Hollande. La primera, en la frente de Schäuble. «El impuesto de sociedades se reducirá progresivamente hasta el 28 % [ahora está en el 33 %]», dijo Valls para disgusto de Schäuble.

Además, y entre otras medidas, el primer ministro galo puso sobre la mesa que los trabajadores extranjeros que se instalen en Francia gozarán de deducciones fiscales durante ocho años, y no cinco como hasta ahora. Lo que quiere Francia es lo que buscan todos los socios europeos, sacar tajada de la salida del Reino Unido de la UE. Atraer a suelo patrio a aquellas empresas y, sobre todo bancos, que decidan hacer las maletas. No lo va a tener fácil París, ha de batirse con otras plazas, como Fráncfort, que en esta partida está jugando la baza de albergar la sede del BCE.

La Fed no moverá ficha hasta tener claro el impacto del portazo británico

La Reserva Federal (Fed) estadounidense no quiere correr riesgos. Y, por eso, prefiere tener claro cuál puede ser el impacto del portazo británico a sus socios antes de mover ficha. Esto es, antes de acometer una subida de tipos. Así se desprende de las actas de la reunión de junio -celebrada pocos días antes del referendo británico-, en la que la máxima autoridad monetaria de Estados Unidos decidió mantener los tipos de interés entre el 0,25 y el 0,50 %, donde están desde diciembre. Mientras, el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, admitió ayer que el triunfo de los partidarios de la salida del Reino Unido de la UE tendrá un impacto «muy intenso» en la economía.