Rajoy presiona para acelerar el diálogo y celebrar la investidura el 26 de julio

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Se verá con Rivera e Iglesias el martes y deja en manos de Sánchez la fecha de su cita

08 jul 2016 . Actualizado a las 08:33 h.

«Estar todo el verano perdiendo el tiempo no es de recibo. No sé qué podemos arreglar en agosto que no podamos arreglar en julio». Mariano Rajoy está seguro de que acabará gobernando a pesar de contar con tan solo 137 diputados, y por eso se permite, antes incluso de ofrecer nada a cambio, presionar a sus rivales políticos para que le hagan presidente cuanto antes. Una posibilidad que, descartada la gran coalición, pasa ineludiblemente por la abstención del PSOE en una votación de investidura. Y en ese objetivo de formar Gobierno de inmediato, el líder del PP ha encontrado a su mejor aliado precisamente en las filas socialistas. El expresidente del Gobierno Felipe González instó ayer en un artículo a su partido a dialogar con el PP, permitir que se forme un Ejecutivo «cuanto antes» y evitar a toda costa unas terceras elecciones. Y Rajoy, claro, afirmó que coincide plenamente con la opinión de su predecesor en la presidencia del Gobierno, que calificó de «muy cualificada».

Investidura antes de agosto

Para elevar esa presión, el líder del PP recordó que el Gobierno lleva ya 200 días en funciones, que no se han enviado proyectos de ley a las Cortes desde septiembre del 2015 y que el país «no puede seguir parado ni vivir sin Presupuestos». Y, en cuanto a la posibilidad de unas terceras elecciones para desbloquear la situación, consideró que sería «un disparate» y que «nadie en su sano juicio» puede defender algo semejante. Entre otras cosas, porque los ciudadanos «están hartos». Rajoy pidió por ello a todos los partidos «sensatez y sentido común».

Tras recoger en el Congreso su acta de diputado, dejó claro que su intención es poder someterse a la sesión de investidura este mismo mes. De hecho, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, puso ya plazo a ese debate, al afirmar que la investidura podría celebrarse en la última semana de julio, presumiblemente el día 26, después de que el 19 se constituyan las Cortes. Y todo esto, sin que Rajoy se haya reunido todavía ni haya hablado, al menos oficialmente, con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, que es quien tiene en su mano que se forme o no Gobierno. No existe todavía fecha para esa reunión, que se producirá, en todo caso, después del comité federal del PSOE de mañana, en el que los socialistas fijarán su posición, al menos para la primera votación en la sesión de investidura. «Pedro Sánchez no me ha contado su opinión y si la hubiera, si esta sería definitiva o no», señaló ayer Rajoy.

«El día que quieran»

Quienes sí han sido citados ya son el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que se verá con Rajoy el martes por la mañana en el Congreso, y el de Podemos, Pablo Iglesias, que lo hará el mismo día a las cinco de la tarde. El voto en contra de Podemos está asegurado. Y, en cuanto al de Ciudadanos Rivera afirma que, aunque no hay «veto» a Rajoy, de momento están también en el voto en contra. El líder del PP pretende dar todas las facilidades para el diálogo y también ofrecer tiempo a los socialistas para reconsiderar con calma su actual negativa a facilitarle la presidencia. Ayer, ante las reticencias a celebrar los encuentros en la Moncloa, aseguró que él está dispuesto a reunirse «con todo el que quiera y será donde quieran, el día que quieran y a la hora que quieran, y los encuentros serán públicos o privados en función de lo que quieran». «Son ellos lo que elegirán», añadió, antes de que se concretaran las citas con Rivera e Iglesias en el Congreso.