La OCDE desmonta el mito: en los países ricos no se trabaja más

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

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Horas trabajadas en los países de la OCDE

Alemania es el país en el que se hacen menos horas al año, 1.371, por la alta tasa de empleo a tiempo parcial

08 jul 2016 . Actualizado a las 08:29 h.

Los alemanes pueden ser los trabajadores más productivos del mundo. Pero no son, ni de lejos, los que más horas echan en la oficina. La radiografía del mercado laboral en los países más industrializados del mundo, publicada ayer por la OCDE (el organismo que agrupa a los 34 economías más desarrolladas), desmonta el mito de que en los países ricos se trabaja más. La muestra, las 1.371 horas anuales que pasan de media los alemanes en sus puestos, la jornada más reducida de todos los países analizados. Pero no es un caso aislado. Las economías más prósperas del Viejo Continente, desde los Países Bajos a Suiza, están por debajo del promedio de la OCDE, de 1.766 horas anuales. También España, aunque aquí la jornada es un 23 % más larga que la de los germanos.

La cosa tiene su lógica si se tiene en cuenta que en estos países es mayor la tasa de empleo a tiempo parcial, lo que contribuye a bajar la media. Mucho menos extendida está esa modalidad de jornada en México, que con sus 2.246 horas anuales, es el país analizado donde más horas se pasan en la oficina, seguido de Costa Rica (2.230) y Corea del Sur (2.113). En la cuarta posición, los griegos, cuya productividad siempre se pone en tela de juicio, pero que echan casi 700 horas más al año en sus puestos que los alemanes.

Recuperación con riesgos

Fuera de las diferencias de jornada, el informe de la OCDE concluye que, diez años después de que estallara la crisis, en el próximo ejercicio se recuperará la tasa de empleo que había en el 2007. Pero el equilibrio no será global. Hay países, entre ellos España, pero también Irlanda y Grecia, donde el organismo entiende que «la recuperación total de empleo sigue estando ciertamente lejos y existe el riesgo de que no se consiga antes de que se produzca una nueva recesión».

Y es que en España, donde en el 2007 trabajaba el 59,8 % de la población activa, la crisis rebajó la tasa de ocupación en más de once puntos, hasta el 48,3 %. A finales del año pasado solo se había conseguido cerrar una cuarta parte de la brecha, hasta situarla en el 51,3 %. En sus proyecciones, la OCDE prevé que se pueda llegar al 54,1% a finales del próximo año, pero aún quedará mucho camino para volver al punto de partida. Solo Grecia avanza más lenta en la recuperación el empleo.

Y eso a pesar de que el organismo es entusiasta sobre los efectos de la reforma laboral aprobada en el 2012, que según su análisis ha permitido incrementar en un 45 % la proporción de contratación indefinida en los nuevos empleos que se crean y ha reducido en un 24 % el número de bajas que estiman que se habrían producido en caso de no haber modificado la legislación laboral, entre contratos no renovados (calculan una caída del 32 %) y despidos (un 15 %). Con todo, la OCDE insiste en reclamar una nueva vuelta de tuerca a la reforma para abaratar el coste del despido de los trabajadores indefinidos y así reducir la segmentación del mercado laboral.

Sobre los jóvenes, advierte el organismo que casi el 13 % de los ninis españoles no han acabado la secundaria (en el resto de países la media es del 5 %), lo que los pone en riesgo de «quedar permanentemente rezagados».