La alemana Trimet descarta invertir en España y comprar las tres fábricas de Alcoa

f. fernández, m. g. balseiro REDACCIÓN / LA VOZ

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MARCOS MÍGUEZ

El grupo sonó como posible inversor y ahora cobra fuerza la opción del gallego Clemente González

16 jul 2016 . Actualizado a las 09:44 h.

«Trimet no tiene en la actualidad ningún plan para comprar ninguna fundición de aluminio en España». Con esa claridad se ha pronunciado el grupo alemán, vía correo electrónico, sobre la posibilidad de continuar su plan de expansión por el sur de Europa comprando las tres fábricas de aluminio primario que la multinacional estadounidense ha puesto a la venta en Galicia y Asturias. Se trata de las plantas de A Coruña, San Cibrao y Avilés. Trimet sonaba como un firme candidato a quedarse con esos activos. La compañía alemana posee siete factorías de aluminio en su país y en el 2013 adquirió dos en Francia. Su plantilla suma 2.900 trabajadores.

El presidente del comité de San Cibrao, José Paleo, comunicó a sus compañeros que el presidente de Alcoa en España, Rubén Bartolomé, le había confirmado que ningún inversor alemán había visitado las instalaciones.

Junto a Trimet, también se barajaba como posible aspirante a las instalaciones de Alcoa el grupo Alibérico, presidido por el gallego Clemente González Soler, el primer grupo privado del país dedicado al sector del aluminio. Alibérico posee diez plantas en España y siete más en el extranjero y da empleo a 1.200 trabajadores. Según publicó El País hace unos días, Clemente González establecería una alianza con el grupo Atlas Holding para lanzar una oferta por las fábricas de Alcoa. Sin embargo, Alibérico no ha confirmado esta información, aunque tampoco la ha negado, simplemente ha respondido con un «no hay comentarios». Atlas Holding tampoco se ha pronunciado todavía. A finales de mayo sí admitió que estaba buscando oportunidades de inversión, aunque avanzó que no confirmaría cuáles serían hasta que no estuviese cerrada la operación. 

La candidatura de Atlas Holding

Atlas Holding sonó desde el primer momento como posible comprador de las fábricas de Alcoa porque hace dos años ya se hizo con las de Amorebieta y Alicante, también de la multinacional estadounidense, junto con otra de Francia. Con estas tres plantas conformó la sociedad Aludium, con la que opera en España.

Mientras, Alcoa tampoco suelta prenda sobre los posibles candidatos a comprar sus plantas. A finales de mayo, la dirección de la multinacional comunicó a los presidentes de la Xunta y del Principado que había contratado al banco de inversión Goldman Sachs como asesor para buscar o compradores o inversores para sus fábricas de aluminio primario. Desde entonces, mutis, para desesperación de los casi 2.000 trabajadores de esas instalaciones. La multinacional sigue insistiendo en que no hay decisión alguna tomada.

Esta operación sale a la luz año y medio después de que intentara cerrar las plantas de A Coruña y Avilés mediante la presentación de un ERE de extinción para los 800 empleados.

El precio de la energía, vital para las plantas

La decisión de Alcoa de vender o dar entrada a un socio industrial para sus plantas de aluminio primario en España -la multinacional solo se quedaría con la de alúmina de San Cibrao, cuya titularidad comparte con un fondo australiano- se produce a pocos meses de que se celebre la subasta que decidirá de cuántas bonificaciones disfrutarán las fábricas en la tarifa eléctrica el próximo año. El gasto en electricidad representa el 40 % del total de los costes de explotación de las plantas, de ahí la importancia de conseguir incentivos para rebajar la factura eléctrica. La vía para lograrlos es participar en una subasta de periodicidad anual que se convoca desde hace dos años.

La puja estaba prevista para septiembre, aunque la falta de Gobierno retrasará el procedimiento a finales de año. Los futuros inversores o compradores de las fábricas también estarán muy pendientes de esa convocatoria.

En las últimas pujas, sobre todo en la primera, Alcoa denunció que los incentivos que había conseguido por el procedimiento competitivo eran insuficientes para garantizar la rentabilidad de las fábricas, sobre todo de las de A Coruña y Avilés. El anterior ministro de Industria, José Manuel Soria, acusó entonces a la multinacional de no presentar ofertas suficientes para conseguir los incentivos.