Más del 30 % de los asesinados en Niza son de origen musulmán

Francisco Espiñeira Fandiño
FRANCISCO ESPIÑEIRA REDACCIÓN / LA VOZ

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OLIVIER ANRIGO | Efe

Francia supera su tiempo máximo en estado de emergencia desde la guerra de Argelia

20 jul 2016 . Actualizado a las 09:17 h.

Niza sigue aturdida por los ecos del atentado del 14 de julio. El ataque de Mohamed Lahouaiej Bouhlel que causó 84 muertos y 300 heridos sigue arrojando datos estremecedores. Ayer se supo que un treinta por ciento de todos los asesinados en el paseo de los Ingleses por la embestida del camionero de origen tunecino profesaban la religión musulmana, según confirmó el imán de Niza y presidente de la Unión de Musulmanes de la Región de los Alpes Marítimos, Otmane Aissaoui.

Musulmana fue la primera víctima del atentado, Fátima Charrihi, una marroquí de 62 años, madre de siete hijos, asentada en Francia desde hace más de cuatro décadas y asidua de la gran mezquita de la Misericordia, donde predica el propio Aissaoui. Y muchos de los heridos son también de origen musulmán, como el pequeño Medhi, de doce años, que es uno de los 70 ingresados aún en los hospitales de Niza y que perdió a su hermana gemela en el bárbaro atentado.

Mientras los llamamientos a la calma se suceden entre los responsables de las distintas comunidades étnicas existentes en la multicultural Niza, la situación política también sube de temperatura y el debate entre los distintos líderes se ha recrudecido con una sucesión de reproches sobre el papel de unos y otros en la lucha contra el terrorismo. En medio de las críticas de la extrema derecha a la ineficacia de sus políticas y la exigencia de endurecer la vigilancia y el control sobre los sospechosos, el presidente de Francia, François Hollande, avanzó ayer que por su cabeza pasa alargar el estado de emergencia en todo el país por espacio de tres meses, hasta alcanzar un máximo de seis. «Mi prioridad absoluta es garantizar la seguridad de los franceses», afirmó.

Marco democrático

Hollande, que aseguró que cualquier decisión respetaría el marco jurisdiccional de las leyes francesas «para no dejar al país fuera del marco democrático», decretó el estado de emergencia por primera vez el pasado 13 de noviembre. Entonces, París sufrió un terrible atentado con más de 130 fallecidos en el peor de la historia de Francia, que arrancó en el estadio de Saint-Denis y acabó en la sala Bataclan. Esa medida excepcional estaba previsto que expirara el próximo 26 de julio, pero el Gobierno galo estima conveniente prorrogarla y superará el tiempo máximo continuado de la norma desde la guerra de Argelia.

Esas medidas parecen satisfacer en parte las demandas del entorno más próximo a Nicolas Sarkozy, cuya figura política sigue ganando adeptos a pesar del turbio final de su etapa como presidente. Las medidas anunciadas ayer por Hollande coinciden en buena parte con las reclamadas por el referente de la derecha moderada francesa, aunque habrá que ver si esos pasos avanzados ayer por la máxima autoridad gala son suficientes para contentar a Sarkozy y frenar las críticas a la supuesta blandura del Ejecutivo socialista ante la ofensiva del Estado Islámico en Francia.

Hallan dinamita en una vivienda al detener a un joven atrincherado en su interior

La policía francesa detuvo en la noche del domingo al lunes a un hombre que estaba fichado por los servicios secretos por radicalización islámica y al que se le encontraron explosivos en su domicilio y la imagen en su teléfono de una bandera del Estado Islámico (EI), según reveló ayer Europe 1 y recoge Efe.

El ministro de Justicia, Jean-Jacques Urvoas, interrogado por el arresto del hombre de 23 años, que trabajaba con un taxi, se negó a dar detalles por considerar que no le corresponde interferir en la investigación. En cualquier caso, Urvoas quiso señalar que esta operación demuestra que la policía y la Justicia «trabajan» y que no es verdad que «entre dos atentados no ocurre nada».

En el domicilio del sospechoso en la localidad de Boissy-Saint-Léger, al este de la región de París, se requisaron dos bastones de dinamita, cables y detonadores. Estos elementos estaban operativos y almacenados en condiciones peligrosas, en particular con el calor de estos últimos días.

Las fuerzas del orden fueron a por él pensando en un principio que se trataba de un ladrón que aprovechaba la información de clientes a los que conducía al aeropuerto para desvalijar sus domicilios. Pero las pesquisas cambiaron de dirección cuando se vio que tenía una bandera del EI en el teléfono, explosivos en casa y un carné de identidad robado el pasado jueves. De hecho, los investigadores tratan de determinar a quién y a qué iban destinados esos explosivos.

Psicosis en todo el país

La situación de psicosis por terrorismo es tal que cualquier suceso dispara los temores de un nuevo atentado. Ayer, por ejemplo, un hombre supuestamente en posesión de un arma blanca y con un paquete sospechoso se atrincheró en un hotel de la cadena Formula 1 de la localidad de Bollène, en el sur de Francia, tras mantener un altercado con el gerente del establecimiento.

La Gendarmería Nacional desalojó el hotel y estableció un perímetro de seguridad de 230 metros alrededor del mismo, aunque era una riña «ordinaria».