«Con la tarifa eléctrica nos jugamos el potencial industrial de la región y muchísimos empleos»

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

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Jenaro Martínez, secretario general de MCA-UGT Asturias
Jenaro Martínez, secretario general de MCA-UGT Asturias

Jenaro Martínez, secretario general de MCA-UGT en Asturias, analiza sus primeros meses al frente de la federación y explica los principales retos a los que se enfrenta el sindicato

15 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Jenaro Martínez es desde el pasado mes de mayo el hombre fuerte de la federación de Metal, Construcción y Afines (MCA) de UGT en Asturias. Martínez tiene la difícil tarea de sustituir a un sindicalista histórico como Eduardo Donaire y para ello cuenta con el respaldo del 82% de los delegados que asistieron al congreso en el que fue elegido. Entre los retos a los que tendrá que enfrentarse en los próximos meses está la fusión con el SOMA, una unión que, asegura, «llegará a buen puerto más temprano que tarde». El líder de la federación con más afiliados de UGT repasa sus primeros meses al frente de su formación y analiza los principales problemas que afectan a la industria y a la construcción en el Principado.

-¿Qué balance hace de estos primeros al frente de MCA-UGT?

-Estamos todavía aterrizando, poniéndonos al día de lo que es la situación y buscando soluciones a problemas que se van dando. Aquí no se para, no hay tiempo para aprender, ya se tiene que venir de alguna manera aprendido. No me puedo extender mucho en este tema porque es un periodo de dos meses, así que es pronto para hacer un balance serio.

-¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la federación a corto-medio plazo?

-A corto plazo estamos en medio de la reorganización del sindicato, tratando de adaptarnos a la situación real de la sociedad y de llevar al sindicato a tres federaciones. El objetivo es dotar de mayor recursos a nuestras bases para poder defender mejor los intereses de los trabajadores. Nuestros sectores tienen empresas grandes con fuerte implantación sindical, tenemos 538 delegados en las diferentes empresas, pero vamos a potenciar el sindicato en la pequeña y mediana empresa por las complicaciones que tiene realizar la actividad sindical allí.

 -Habla de adelgazar la estructura para llegar mejor a las bases. ¿Es esa la forma de recuperar la capacidad de movilización de los sindicatos?

-Es una situación muy pensada, no es algo nuevo del 42 congreso confederal sino que ya viene aprobado del  41 congreso confederal. La sectorialización dentro de las federaciones es el método adecuado para conjugar mejor el sindicato y poder llegar de una manera más efectiva a los trabajadores.

-¿En qué fase se encuentra ese proceso de fusión de MCA con el SOMA?

-Es un tema interno que estoy seguro que llegará a buen puerto. La voluntad de diálogo está ahí y la obligación de cumplir las resoluciones del congreso confederal también. Pero resalto que es un tema interno que llegará a buen puerto más temprano que tarde.

-¿Cuáles son los principales escollos para alcanzar esa unión?

-No hay ni escollos ni no escollos. Es un tema que tenemos que solucionar dentro de la casa. Los temas internos se solucionan dentro y con estabilidad se puede trabajar mejor.

-Llega a una federación que estaba muy vinculada a la figura de un sindicalista histórico como Eduardo Donaire. ¿Es su sombra alargada?

-Es evidente que los liderazgos largos lo que hacen es, visto desde fuera, hacer pensar eso. Desde que entré el 31 de mayo no es una cosa que me preocupe. Estoy trabajando con total libertad, Donaire ha hecho un gran trabajo pero ahora nos ha tocado a otros recoger el testigo. Siempre se compara cuando hay un liderazgo largo, es razonable, pero cuando Donaire entró había habido otro liderazgos, por lo que mi compromiso es luchar para defender los intereses de MCA Asturias y no es una cosa que me preocupe en exceso.

-300 sindicalistas en toda España, cinco de ellos en Asturias, condenados a penas de prisión por sus actuaciones en huelgas. ¿Consideran que están sufriendo una persecución?

Tenemos en Asturias a cinco compañeros condenados a penas de prisión que han sido conmutadas a nivel económico. Hemos decidido, como no puede ser de otra manera, defender nuestra inocencia en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. A raíz de la crisis se ha intentado hacer hincar la rodilla a los sindicalistas y la forma de hacerlo es la aplicación del artículo 315.3 del código penal. Esto ha llevado a que existan más de 300 sindicalistas encausados en España a penas de prisión, algo inconcebible porque no han hecho nada. Se está tratando como delincuentes a los que representan y defienden los derechos de los trabajadores a través de un derecho constitucional como es el derecho a la huelga. No solo son los cinco sindicalistas, también cuatro testigos por falso testimonio. Algo totalmente inconcebible. Por muchas trabas que intenten poner a la acción sindical, no lo van a conseguir. En una sociedad como la nuestra, esto no se puede aceptar. Sin sindicalistas, no quiero imaginarme lo que podría ser de los trabajadores de este país.

-El sector de la construcción no levanta cabeza. ¿Qué medidas deben impulsarse para que comience a recuperarse?

-La situación es muy preocupante. Es el único sector que tiene más desempleados que ocupados. En este momento hay más de 10.000 parados y 8.000 trabajadores. La fuerte caída de la licitación de obra pública ha tenido consecuencias demoníacas. En Asturias, esa bajada de licitación ha sido de 946 millones en 2008 a 201 en 2015. Eso se traduce en una caída del empleo. Bien es cierto que también debemos defender a los trabajadores y a las empresas asturianas del sector. Entendemos que se debe de corregir el método de subasta de licitación. No vale solo fijarse en el precio porque quien paga eso son los trabajadores.  Hay que introducir cláusulas sociales en los contratos y que de esta manera favorecer los trabajadores de la región.

-¿Pasa el futuro del sector por la rehabilitación de viviendas?

-Apostamos por un plan de rehabilitación integral. Hay un volumen importante de viviendas con más de 50 años de antigüedad y eso dinamizaría el sector. Ahora hay un plan de rehabilitación de fachadas pero consideramos que es insuficiente.

-No solo cae el empleo en el sector sino que también aumenta la precarización de los que mantienen el puesto de trabajo...

Somos conscientes de esa realidad. Esa precarización se utiliza desde parte del empresariado y se utilizan fórmulas como la del falso autónomo. Eso hace que los trabajadores bajo esa figura tengan un empobrecimiento de sus condiciones.

-La industria del metal aguanta mejor en la región pero está muy vinculada a las grandes multinacional. ArcelorMittal cierra en Zumárraga, vende en Zaragoza... Aunque esas fábricas no tienen nada que ver con las asturianas, ¿teme que la empresa pueda tomar medidas similares en Asturias?

-Yo espero que no. Lo que tenemos de empresas como Arcelor son buenas noticias a nivel de inversiones, tanto en baterías de cock como en la acería de Avilés, y eso garantiza el futuro. Este sindicato ha tenido mucho que ver en solucionar esa situación. Cuando en 2012 hubo problemas el sindicato se fijó como objetivos el mantenimiento del empleo, la consolidación de las producciones, la petición de inversiones y la inserción de jóvenes. La realidad es que tres años después, complicados, podemos ver que los frutos están ahí. Han entrado eventuales, la producción está en un nivel óptimo y las inversiones garantizan para las próximas generaciones. Todo esto dicho con la debida cautela.

-El principal problema al que se enfrentan estas grandes compañías es el de la tarifa eléctrica. ¿Qué solución hay?

-Tenemos una gran preocupación. El gobierno de la nación está mirando para otro lado desde hace varios años. Ha puesto en marcha la subasta en unas condiciones que afecta a los grandes productores de energía.  Somos la región más afectada. Si de verdad se apuesta por la industria no valen las palabras, hay que llevar a cabo los hechos. Es un tema de voluntad política y se puede solucionar. Tenemos que mirar a los países de nuestro entorno. Alemania, Francia o Italia toman medidas que protegen su industria. En Alemania y Francia están exentos los peajes de la energía para la industria. ¿Eso no son ayudas de Estado? Por otra parte, el coste de la energía industrial en España es alrededor de un 23% superior a la media de la UE. Eso genera una desventaja competitiva. El gobierno, si apuesta por la industria, debería corregir esto. Y debe hacerlo con subasta a largo plazo, dotada de mayor presupuesto y que sea una solución para unas empresas que aglutinan unos 9.000 trabajadores al región. Si no se toman medidas, más pronto que tarde puede haber problemas en estas empresas. También se deberían impulsar los contratos bilaterales empresa-grandes consumidores, como en Canadá e Islandia, donde tienen contratos a 20-30 años. Eso es dar estabilidad. Cualquiera que conozca cómo funcionan estas empresas, sabe que no realizan inversiones sin saber los costes de la energía a dos o tres años. Es un tema muy preocupante que reivindicaremos con fuerza. Nos estamos jugando el potencial industrial de la región y muchísimos puestos de trabajo.

-¿Hay alguna novedad respecto al futuro de Alcoa?

Poco sabemos más allá de la rumorología. Ahora no hay nada concreto. Sabemos que Alcoa está en disposición de vender y no descarta ninguna posibilidad. A nosotros lo que nos interesa es que la producción, el empleo y las condiciones socioeconómicas de los trabajadores se mantengan. Si se vende, reivindicaremos eso.

-Otro de los grandes problemas es la competencia que llega desde China. ¿Teme que se agrave la situación?

-Tenemos preocupación por la denominación de China como economía de mercado. A finales de diciembre se tomará esa decisión y China es un país que produce en condiciones sociales, económicas y medioambientales muy inferiores a las nuestras. Sus empresas reciben ayudas de estado y pueden exportar su producción a costes muy por debajo de lo que se produce en UE. SI realmente pasa a ser economía de mercado, me preocupa. A corto- medio plazo puede tener consecuencias graves. La UE debe defender sus industrias y tomar medidas proteccionistas. Se han tomado algunas pero con la nueva situación de China desaparecerían.