Cinco grandes bancos controlan ya más del 60 % del negocio en España

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

RALPH ORLOWSKI | Reuters

El BCE certifica en su último informe que es el país que más avanza hacia el oligopolio

02 ago 2016 . Actualizado a las 07:49 h.

La fortísima reestructuración bancaria española -que es probable que se reabra con nuevas fusiones a partir del 2017- deja una foto fija con un menor número de operadores, cada vez más grandes y cada vez con más cuota. Camino a un oligopolio, con gran parte del negocio en manos de unos pocos, algo que ya se ha vivido en el sector energético, y que se está replicando también en las telecomunicaciones. Según el último informe sectorial del BCE, hecho público hace unas semanas, las cinco mayores entidades bancarias del país concentran ya más del 60 % de todos los activos. El regulador europeo no da nombres, pero son claramente identificables: Caixabank, Santander, BBVA, Bankia y Sabadell (el Popular es algo inferior a este último, medido por volumen de activos).

Cuando arrancó la crisis, en el 2008, había unos 15 bancos comerciales y 45 cajas de ahorros con mayor o menor presencia por todo el territorio. Los cinco grandes grupos financieros de entonces controlaban poco más del 40 % (el 43 %, según el mismo documento del BCE). En apenas siete años ese porcentaje ha crecido hasta superar el 60 %, un nivel de absorción de negocio que no se había alcanzado nunca en España y del que están lejos otras grandes potencias económicas europeas.

¿Qué explica tal concentración en tan poco tiempo? La desaparición de entidades por todo el mapa, sobre todo cajas de ahorros. De aquellas 45 apenas queda hoy una decena, convertidas todas ellas en bancos, con una presencia mucho más reducida tras el cierre de oficinas y la salida de miles de empleados; de casi 250.000 trabajadores a poco más de 196.000 en solo cinco años.

A la vez, los grandes del sector han ido creciendo gracias a la compra, fusión o adjudicación en subasta de competidores. Caixabank, por ejemplo, arrancó el proceso de fusiones llevándose una pequeña caja catalana y se ha hecho con Banca Cívica y Banco de Valencia. Por negocio doméstico y red es el mayor banco de España. BBVA acaba de cerrar la integración de Caixa Catalunya, y antes se quedó Unnim. Para el Sabadell fueron los intervenidos Gallego y CAM, e integró el Guipuzcoano. Y Bankia es una suma de siete cajas, bajo el paraguas de las poderosas Caja Madrid y Bancaja (otra cosa es lo que escondían en sus balances). A todo ello hay que sumar un rescate financiero que llevó a ejecutar un fuerte ajuste en todo el sector bancario.

La consecuencia es que España es el país en el que más ha crecido en este tiempo esa concentración del negocio bancario. Y sigue aumentando la cuota para los grandes; en solo un año, del 2014 al 2015, pasaron del 58,3 al 60,2 % de los activos bajo el paraguas de cinco grandes. En Francia, Alemania o Reino Unido, por ejemplo, la concentración no llega a esos niveles. Se mueve entre el 30 % (el caso germano, con las todavía influyentes cajas de los Länder) y el 47 %.

La excepción gallega

Así las cosas, que el mercado lo copen cinco o seis marcas reduce de forma notable la competencia y la oferta. Y es algo que han ido avisando las asociaciones de consumidores.

En Galicia, sin embargo, ese proceso de oligopolio se nota menos porque hay una entidad que mantiene el liderazgo desde hace años y que no está en esa lista de cinco grandes. Se trata de Abanca, que según los datos que facilitó en su última presentación, controla el 31 % del crédito (los activos) de los clientes gallegos, una cuota muy alta que denota una fuerte fidelidad. La segunda entidad es el Popular-Pastor, y luego están esos cinco grandes de España. Además, en los últimos meses está penetrando la Caixa Rural Galega, con un plan de expansión por todo el territorio. Por ello la oferta es mayor.