La campaña de Trump trata de frenar la sangría en el partido

Adriana Rey NUEVA YORK / E. LA VOZ

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MARK WALLHEISER | AFP

Hillary Clinton aprovecha el terremoto republicano y saca diez puntos a su contrincante en las encuestas

05 ago 2016 . Actualizado a las 07:26 h.

«Lamentable». Así definió el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, el estado en el que se encuentran las relaciones entre el Partido Republicano y su candidato, Donald Trump. En su primera entrevista tras la convención y después de que el magnate se negase a refrendar su apoyo en las primarias del Congreso estadounidense, Ryan dejó claro que su respaldo al neoyorquino, tampoco es «un cheque en blanco». El republicano se mostró profundamente incómodo con el rendimiento del multimillonario al frente de una campaña que muchos definen como «autodestructiva»: «Sus comentarios sobre la familia Khan estuvieron fuera de lugar. Usted no puede hacer eso con las familias Gold Star (familias de soldados muertos en combate)», sentenció Ryan en WTAQ Radio. «Ha tenido un extraño comportamiento desde la convención (?) Nos gustaría que se centrase en Hillary Clinton y todas sus deficiencias. Es una candidata tan débil, que es normal que se pregunten por qué no estamos inmersos en una ofensiva contra ella. Es lamentable que no estemos en eso», añadió.

Las palabras de Ryan han caído como un jarro de agua fría en la campaña del magnate, donde se han esforzado en negar la evidencia e insistir en la unidad entre partido y candidato. Sin embargo y tras esta entrevista, Paul Manafort, jefe de campaña de Trump, se vio obligado a reconocer la ruptura entre ambos y hablar de «conflicto», en ABC News. En la misma línea se han pronunciado fuentes consultadas por NBC News, que aseguran que «el ambiente es mucho peor del que se piensa» y que los comentarios de Trump no han hecho más que desgarrar una campaña puesta en jaque por su propio líder.

Pérdida de apoyos

La cuerda se tensa y los estrategas se preguntan hasta dónde está dispuesto a llegar un partido cuyos valores no son protegidos por sus dirigentes. Es más, The Washington Post ya advierte de que con la candidatura de Trump, «el partido republicano ha perdido su alma». Así lo cree también el «Club Republicano de Harvard» donde ya han anunciado que retiran su apoyo al magnate y piden a los líderes republicanos que hagan lo mismo.

La guerra civil republicana tampoco ha sido obviada al otro lado del Atlántico, donde el presidente francés, Francois Hollande, ha asegurado que los comentarios del magnate le producen «arcadas». No muy lejos, el ministro de exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, ha acusado al multimillonario de ser «un predicador del miedo».

La gran beneficiada sigue siendo su rival, Hillary Clinton, quien protagoniza un importante rebote que le lleva hasta diez puntos por encima de Trump. Así lo recoge la última encuesta de Fox que le otorga un respaldo del 49 % frente a un 39 % del magnate. En paralelo y lejos de reconocer la caída, la campaña del neoyorquino presume de finanzas gracias a las bases. El pasado mes de julio recaudaron casi 82 millones de dólares, alejándose así, de los tradicionales grandes donantes del Partido Republicano.