Trump lleva al límite a los republicanos al acusar a Obama de «fundar» el Estado Islámico

ADRIANA REY NUEVA YORK / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

Donald Trump
Donald Trump CRISTOBAL HERRERA | EFE

Clinton centra su plan económico en conseguir una mayor inversión en empleo

12 ago 2016 . Actualizado a las 08:58 h.

¿Qué será lo próximo? Se preguntan los líderes republicanos ante la imposibilidad de controlar a su candidato. Así es Donald Trump. Fuente inagotable de altercados que no solo suben de tono sino que desmontan las normas básicas de comportamiento político, tal y como ha quedado evidenciado tras su última ofensiva.

Desde un mitin en Miami Beach y horas antes en Fort Lauderdale, Florida, Trump llevó la desproporción a sus cotas más altas asegurando que el presidente Barack Obama y la candidata demócrata, Hillary Clinton, son los fundadores del grupo terrorista Estado Islámico: «El ISIS honra al presidente Obama. Él es el fundador de ISIS ¡Él fundó ISIS!», dijo entre ovaciones. «Y yo diría que la cofundadora es la tramposa Hillary Clinton», añadía desafiante el empresario. Es más, Trump se refirió al presidente por su nombre completo «Barack Huseín Obama», como suelen hacer sus más críticos, los que siguen dudando de su nacionalidad.

Mientras, en la campaña demócrata se hablaba otra vez de despropósito: «No, Barack Obama no es el fundador del ISIS (?) Cualquiera que esté dispuesto a caer tan bajo, nunca debería poder servir como comandante en jefe», contestaba Hillary Clinton. «Este es otro ejemplo de la basura que desprende Donald Trump», denunció Jake Sullivan, asesor demócrata. «Lo que llama la atención de los comentarios de Trump es que, otra vez, se está haciendo eco del discurso de Vladimir Putin para atacar a los líderes e intereses estadounidenses, sin llegar a ofrecer ningún plan serio», añadió.

En cuestión de segundos, el incendio se propagó por los mismos medios de comunicación que llevan días reclamando acción al Partido Republicano, manchado de una retórica exacerbada que se aleja de la decencia. «Esto ya no es una broma», advertía el New York Daily después de que el magnate sugiriese la violencia contra Clinton para proteger la Segunda Enmienda. «La violencia política no es una broma», insistía The Washington Post. «Ha jugado con el derramamiento de sangre política», denuncian en la CNN. «Paul Ryan [presidente de la Cámara de Representantes] y todo líder republicano debe revocar su respaldo a Trump», reclaman en MSNBC, en un intento de que el magnate se haga a un lado «en un ajuste de cuentas con su propia locura».

En las últimas horas, la embestida también ha recibido reproches desde las más altas esferas. Familiares de los expresidentes Ronald Reagan o John F. Kennedy han asegurado sentirse «horrorizados» con una retórica que va en caída libre. Y es que la rapidez del descalabro republicano en las últimas encuestas y las deserciones registradas, no han tenido precedentes: «Sería el presidente más irresponsable de la historia de EE.UU.», denunciaban medio centenar de expertos en seguridad nacional.

Ante este panorama y según la revista Time, el presidente del partido, Reince Priebus, harto del pulso de Trump, levantó el teléfono para advertir al magnate sobre la deriva de sus asaltos aunque de momento, la desesperación republicana parece tener de respuesta la indolencia del multimillonario que por si acaso, sigue preparando el terreno: «Habrá que estar atentos (?) porque estas elecciones estarán amañadas», auguró hace escasos días.

Clinton en Detroit

Entretanto, la candidata demócrata preparó su artillería y presentó sus propuestas económicas en Detroit. Desde la capital del motor de Estados Unidos, Hillary Clinton rebatió los planes de Trump y aseguró que sus recetas solo servirán para «una vuelta a la recesión».

La demócrata se comprometió a oponerse al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y a conseguir la mayor inversión en creación de empleos, desde la Segunda Guerra Mundial.